La Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) cumple a fines de noviembre 100 años de vida. Desde fines de 2023, en una serie de notas de rescate de sus resoluciones más importantes en este siglo, pone de relieve los temas en los que investigó y fijo pautas de referencia para la industria vitivinícola global. En esta ocasión, la entidad reseñó la Resolución OIV/OENO 427-2010, que sentó las primeras bases para la cuantificación de alérgenos en el vino, abordando la necesidad crítica de proteger a los consumidores de sustancias que podrían causar hipersensibilidad. Esta norma fue mejorada y ampliada posteriormente con la Resolución OIV/SECSAN 709-2022.
Con motivo del centenario de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), la entidad ha estado reseñando la importancia de diversos temas en los que actuó, investigó y reglamentó en el sector internacional de la uva y el vino. En este caso, se destacó el de la seguridad alimentaria. La Resolución OIV/OENO 427-2010 sentó las primeras bases para la cuantificación de alérgenos en el vino, abordando la necesidad crítica de proteger a los consumidores de sustancias que podrían causar hipersensibilidad.
Originalmente adoptada en 2010 por la Asamblea General de la OIV en Tiflis, Georgia, la Resolución OIV/OENO 427-2010 sentó las bases para la identificación de residuos alérgenos en el vino, como las proteínas de los agentes clarificantes. Este fue un paso crucial para armonizar las prácticas de identificación de alérgenos en el sector vitivinícola global, garantizando que los consumidores estén debidamente informados y protegidos.
La precisión como prioridad
Después de la resolución inicial OIV/OENO 427-2010, se produjo una mejora con la Resolución OIV/SECSAN 709-2022. Adoptada en 2022 por la Asamblea General en México, esta resolución introduce criterios actualizados que reflejan los últimos avances en métodos analíticos e incluyen límites mejorados de detección y cuantificación, mayor precisión, recuperación, especificidad y exactitud de los métodos utilizados para la detección de alérgenos.
Estos criterios han sido fundamentales para garantizar la precisión y sensibilidad de la cuantificación de alérgenos, mejorando así la fiabilidad y efectividad de la detección de alérgenos, de acuerdo con el Código de Buenas Prácticas de Clarificación para el Vino de la OIV (OIV/OENO 520-2014), que se aplica al uso de agentes clarificantes proteicos con potencial alérgico. La guía recomienda las mejores prácticas para evitar residuos, especialmente de agentes clarificantes con propiedades potencialmente alergénicas.
Para proteger la salud del consumidor
La presidenta del Grupo de Expertos de la OIV en Seguridad Alimentaria, Angelika Paschke-Kratzin, enfatiza la importancia de este trabajo: “Las alergias alimentarias son una preocupación creciente para más y más consumidores. Al menos alrededor del 1% de los adultos se ven afectados por sensibilidades alimentarias o alergias definidas por desafíos alimentarios. Aunque las alergias relacionadas con el huevo y la leche son más comunes en los niños, todavía hay adultos sensibles que presentan síntomas como urticaria, exantema, dolor abdominal o shock anafiláctico. Lo mismo ocurre con las proteínas del pescado. Por lo tanto, por ejemplo, en la Unión Europea (UE), los alimentos que contienen uno de los alérgenos listados en el Reglamento (UE) 1169/2011 deben ser etiquetados para proteger a los individuos sensibles en la UE. Este no es sólo un tema importante para la UE, sino también para otros países fuera de la UE.”
En este sentido, Patrizia Restani, secretaria científica de la Comisión de Seguridad y Salud, explica: “La resolución de 2010 ilustraba el método analítico de referencia (técnica ELISA) y los criterios de rendimiento requeridos. Entre estos, se estableció un Límite de Detección (LOD) de al menos 0.5 mg/L y un Límite de Cuantificación (LOQ) de al menos 1 mg/L. Siempre con el objetivo de garantizar la máxima seguridad del consumidor (incluso para los individuos más sensibles), la OIV decidió, con la Resolución OIV/SECSAN 709-2022, mejorar el rendimiento requerido para los métodos ELISA reduciendo el LOD a 0.25 mg/L y el LOQ a 0.5 mg/L. Esta mejora se implementó sabiendo que los métodos ELISA desarrollados específicamente para el análisis de vino eran capaces de alcanzar estos nuevos niveles de rendimiento.”
Un método preciso para la identificación de alérgenos no sólo mejora la protección del consumidor, sino que también facilita el comercio internacional al proporcionar un enfoque más completo y armonizado para la identificación y etiquetado de alérgenos.
Esto asegura que los vinos producidos y comercializados en todo el mundo cumplan con estándares de seguridad coherentes, alineándose con el International Standard for Wine Labelling de la OIV respecto a los aditivos y residuos potencialmente alergénicos.