La defoliación de las vides en el área de los racimos es una práctica común en climas templados y fríos, usualmente efectuada entre el cuajado y el cierre de los racimos, con el objetivo de crear un microclima menos propenso a las enfermedades fúngicas y para mejorar la maduración de las uvas. Cuando se efectúa antes de la floración, la defoliación afecta al cuajado y es, por lo tanto, una efectiva herramienta para el control del rendimiento, reduciendo el largo proceso de aclareo manual de racimos; también mejora la estructura de las bayas y su composición, convirtiéndose en una práctica sustentable y profiláctica.
Para comprobarlo, un equipo de investigadores suizos realizó el estudio «Mecanización de la defoliación prefloral bajo condiciones climáticas temperadas», publicado el 24/10 en la revista técnica OenoOne de la Sociedad Internacional de Viticultura y Enología (IVES por sus siglas en inglés), artículo que a continuación replicamos.
Autores: Thibaut Verdenal, Vivian Zufferey, Ágnes Dienes-Nagy, Gilles Bourdin y Jean-Laurent Spring
Investigadores de Agroscope -centro de competencia de la Confederación Suiza en el campo de la investigación agrícola y agroalimentaria- realizaron una prueba durante 5 años como continuación a un estudio previo sobre la defoliación prefloral bajo condiciones ambientales idénticas (Verdenal et al., 2019), validando la sustentabilidad del deshoje prefloral moderado y su posible mecanización bajo condiciones climáticas temperadas (en este caso suizas), usando un doble flujo de aire a baja presión.
Materiales y métodos
La prueba fue llevada a cabo del 2016 al 2020 en los viñedos experimentales de Agroscope en Nyon, Suiza (46°23’52.4″N 6°13’48.7″E) en los cultivares Doral y Gamay (plantados el 2003 y 2007, respectivamente).
Se aplicaron tres tratamientos por cultivar : 1) defoliación mecánica post cuajado, 2) defoliación manual prefloral, y 3) defoliación mecánica prefloral.
La defoliación manual del área de los racimos consistió en la remoción a mano de las seis primeras hojas de la base de cada sarmiento, incluyendo las hojas de los laterales.
La defoliación mecánica de la misma área consistió en usar una defoliadora de aire comprimido montada en un tractor (E 3000 3P, 2003; Collard, Bouzy, Francia) con diferentes velocidades para los tratamientos prefloral y post cuajado. La velocidad del tractor fue menor para la defoliación prefloral (0,6 km/h) debido al área foliar más pequeña durante esa etapa temprana (Figura 1). Se realizaron medidas en campo, así como análisis de las hojas y uvas. El aclareo de racimos fue completado por un tratamiento en una sola vez, antes del cierre de los racimos, con el fin de igualar las cuotas regionales y obtener rendimientos comparables por tratamiento; se elaboraron vinos con cada tratamiento y estos fueron degustados por un panel. Los materiales y métodos completos se encuentran publicados en OENO One 57(2).
Defoliación prefloral versus post cuajado
Comparada sólo con la defoliación mecánica post cuajado, la defoliación mecánica prefloral afectó las observaciones de los viñedos y la composición del mosto en la cosecha, aunque la ganancia en madurez de la uva en la vendimia fue pequeña y principalmente relacionada con el año y el cultivar. La defoliación prefloral indujo un menor cuajado, resultando en menos bayas por racimo (-26 % y -31 % para la Doral y la Gamay, respectivamente) y una estimación del rendimiento proporcionalmente menor antes del aclareo de racimos para ambos cultivares (Figura 2).
A pesar de la impredecibilidad del clima, la defoliación prefloral tuvo un efecto consistente en la fisiología de la vid : la defoliación mecánica prefloral intensiva condujo de manera consistente a aproximadamente un 30 % de pérdida de rendimiento (i.e., 33 ± 11 y 29 ± 11 kg/m2 en promedio para la Doral y la Gamay, respectivamente) en comparación con la defoliación mecánica post cuajado. El aclareo de racimos fue mayor en la defoliación prefloral del 2016 y 2019, porque los racimos eran más pequeños en ese tratamiento (menos bayas por racimo) que en el tratamiento post cuajado.
Aunque la ganancia en madurez de la uva no fue significativa para cada año, se observó una tendencia a lo largo de estos : la defoliación prefloral indujo un incremento en la acumulación promedio de SST (+3 % y +2 % para la Doral y la Gamay, respectivamente) junto con una menor concentración de ácido tartárico (-3 % y -4 %, respectivamente). Esto podría explicarse por el menor rendimiento y la exposición más temprana al sol.
Mecanizando la defoliación prefloral
Al compararse sólo con la defoliación manual en la misma fecha, la defoliación mecánica prefloral fue más brutal para la planta: indujo una cierta pérdida de inflorescencia -afectando así la formación de rendimiento- y un retraso en la maduración de la uva. Con la defoliación mecánica, se permitió que los sarmientos laterales crecieran y cubrieran parcialmente el área de los racimos, mientras que con la defoliación manual los sarmientos fueron completamente removidos (Figura 3). Esto podría ser de interés en el contexto de un clima más cálido.
El número de bayas por racimo fue menor (-14 % y -11 %, respectivamente) junto con el rendimiento estimado (-20 % y -16 %, respectivamente). Aún en comparación con la defoliación manual prefloral, la defoliación mecánica prefloral indujo una menor acumulación de SST en el mosto para la Doral (i.e., -1 %) mientras que se mantuvo sin cambios para la Gamay; también indujo una mayor AT (+2 % y +6 % para la Doral y la Gamay, respectivamente) debido principalmente a una mayor cantidad de ácido málico (+8 % y +13 %, respectivamente).
Al hacer una comparación por pares, no se observaron diferencias entre los vinos Doral en términos de análisis sensorial, mientras que los vinos Gamay con defoliación mecánica mostraron una tendencia a ser ligeramente menos amargos (-7 %) y con taninos más suaves (+6 %) que los vinos con defoliación manual (ambos p-valores ≤ 0,10).
La sustentabilidad de la defoliación mecánica prefloral
El doble flujo de aire a baja presión otorgó una defoliación prefloral efectiva sin dañar ningún sarmiento frágil, aunque se observó la pérdida de unas pocas yemas florales en las inflorescencias. Se requirió una menor velocidad en comparación con la defoliación post cuajado para mantener una eficiencia de defoliación equivalente a la defoliación manual, debido a la menor área foliar en aquella etapa temprana de la estación. Después de la defoliación mecánica prefloral, se redujo el trabajo de aclareo de racimos en 69 % y 27 % en términos de número de racimos removidos para la Doral y la Gamay, respectivamente, en comparación con la defoliación post cuajado (resultados para la Gamay en la Figura 2).
Las condiciones estacionales afectaron fuertemente la fisiología de la planta, y en particular los parámetros de rendimiento : fecundidad de los brotes, número de bayas y peso de los racimos, los que determinan el potencial de rendimiento. A pesar de la variabilidad causada por las diferencias estacionales, debida principalmente a la impredecibilidad del clima y al cultivar, la pérdida de rendimiento fue generalmente proporcional al potencial de rendimiento.
En el contexto de este experimento, a pesar del impacto positivo en los vinos Gamay, la defoliación mecánica prefloral pareció ser demasiado intensa e indujo una pérdida en la fecundidad de los brotes en el año siguiente en comparación con la defoliación post cuajado (i.e., -10 % y -8 % en promedio para la Doral y la Gamay, respectivamente). Las hojas fueron removidas en un momento en el que las vides requieren una importante fuente de carbono para florecer, lo que potencialmente afectó las reservas de carbono para el año siguiente. Esta reducción en los carbohidratos puede haber tenido un impacto tanto en la iniciación floral (fecundidad del año siguiente) como en el cuajado de la temporada en curso. El riesgo del impacto a largo plazo de la defoliación prefloral intensiva, es decir, la reducción de las reservas de la vid, del vigor y de la fecundidad, ya ha sido señalado por otros investigadores. Este riesgo puede surgir especialmente bajo condiciones restrictivas; i.e., en los casos de vides jóvenes, déficit hídrico o deficiencia nutricional. Además, incluso si no se rompió ningún sarmiento durante la defoliación mecánica, se observó cierto daño en las inflorescencias debido a la intensidad del tratamiento, lo que resultó en un menor número de bayas por racimo y un rendimiento menor que con la defoliación manual.
Conclusión
Confirmando pruebas anteriores que el mismo equipo de investigación llevó a cabo bajo condiciones similares, la conclusión del presente estudio es que la defoliación prefloral moderada parece ser una práctica sustentable y profiláctica bajo condiciones climáticas temperadas para limitar efectivamente el rendimiento mientras se mejora la madurez de la uva en algunos años. Además, la presente prueba valida la sustentabilidad de la defoliación mecánica prefloral moderada usando un doble flujo de aire a baja presión para reducir el tiempo y costo de la laboriosa defoliación manual.