En plena Patagonia, a 53 km al oeste de la ciudad de Comodoro Rivadavia y 40 km del límite con la provincia de Santa Cruz, en el extremo sur argentino, en 2022 se concretó en la localidad de Pampa del Castillo un ambicioso proyecto impulsado por el gobierno de la provincia de Chubut: la implantanción de vides en tierras fértiles donde siempre hubo sólo ganadería ovina extensiva. El proyecto busca una mayor rentabilidad para los productores locales y la promoción en la zona de la actividad vitivinícola, de alto valor agregado. Hoy la viña, batida por el viento patagónico y adaptada al clima frío, crece saludable.
Pronto despuntarán los brotes en las vides de la primera hectárea de viña implantada en Pampa del Castillo, cultivo que mostró buena adaptación a la duras condiciones ambientales de la zona, por lo que será viable escalar el proyecto a las diez hectáreas previstas en el plan original.
A mediados de julio, el titular de la Subsecretaría de Agricultura de Chubut, Claudio Mosqueira, recorrió el viñedo situado en Pampa del Castillo, entre Comodoro Rivadavia y Sarmiento, plantado en 2022. La recorrida fue motivada por los prometedores resultados que presenta el cultivo de la vid, comparado con otros cultivos o producciones agropecuarias. Esto demuestra la voluntad y espíritu emprendedor de productores patagónicos,que siguen asumiendo nuevos desafíos y orientando a ello importantes inversiones para lograrlo.
Un pueblo de origen ferroviario y petrolero
Pampa del Castillo nació como estación del desaparecido Ferrocarril de Comodoro Rivadavia. La estación y el caserío que la rodeaba se fundó en 1914. La localidad prosperó a principios de siglo XX, especialmente durante la década de 1930, albergando familias de trabajadores principalmente provenientes de las norteñas provincias argentinas de Catamarca y La Rioja.
El principal motivo del establecimiento del poblado fue mantener concentraciones obreras cercanas a las fuentes de explotación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la empresa petrolífera de bandera de Argentina.
La empresa estatal fue reemplazando aquellas antiguas y voladizas carpas de lona improvisadas al borde de la boca de pozo y llevó a los campamentos a transformarse en verdaderos pueblos.
Tras el apogeo gracias al ferrocarril y el petróleo, en la segunda mitad del siglo XX el pueblo decayó, pero hoy gracias a los nuevos proyectos agrícolas con tecnología de avanzada y el impulso del gobierno provincial, en especial la vitivinicultura, el pueblo y los alrededores recobran impulso.
Según lo informado, la zona implantada está ubicada en un valle ubicado a 650 metros sobre el nivel del mar, tradicionalmente dedicado a la cría ovina extensiva y que presenta la normal variabilidad de suelos y eventualmente presencia de roca calcárea, caracterizado por la gran amplitud térmica. En la zona no hay presencia de plagas ni enfermedades, lo que genera condiciones que auguran que este proyecto podrá posicionarse entre los más ambiciosos de la provincia por su rentabilidad y posibilidades de generar trabajo y valor agregado.
En este sentido, Mosqueira, señaló: “Este proyecto, así como tantos otros que de manera silenciosa se están desarrollando en Chubut, son clara evidencia de la existencia de un incipiente proceso de diversificación productiva, que de la mano del asesoramiento técnico especializado y respetando las premisas del logro de productos de alta calidad permiten captar mercados con diferencial de valor y den sustentabilidad económica”.
El funcionario agregó: “La provincia del Chubut sigue corriendo los límites de producción vitivinícola a nivel nacional, con productores con una clara visión e innovación”.
Fuente: El Patagonico.com