En el Día Mundial del Malbec Argentino, compartimos esta breve historia del Malbec vernáculo, desde las primeras cepas llegadas de Francia a fines del siglo XIX hasta la actualidad, en que la potencia genética de la cepa emblemática del país permite selecciones clonales que mejoran aún más su calidad y variedad. Una historia que tiene a Vivero Mercier como protagonista, con sus 130 años de proyectos vitícolas en el mundo y más de 20 años de investigación y aportes a la vitivinicultura del país.
Existen decenas de selecciones masales y clonales de la variedad emblemática nacional, tanto de origen local, como importadas. Esta diversidad presente en el Malbec es una de las razones por las cuales existen múltiples expresiones enológicas de este cepaje, a lo largo de toda la Argentina vitivinícola.
Es conocida la historia que narra que allá por los ’90, Argentina conservaba apenas unas 10.000 hectáreas de las casi 40.000 que supo tener de la variedad Malbec.
El hoy considerado cepaje emblema atravesó numerosas amenazas antes de convertirse en el abanderado de los vinos argentinos. Y aquellas hectáreas de viñas bajas, sobrevivientes de la urbanización, se convirtieron “en el principal reservorio genético de esta variedad”, explica el ingeniero Cristóbal Sola, uno de los especialistas que por aquella época iniciaron los trabajos de obtención de selecciones masales de Malbec.
“La tarea se realizó a partir de viñedos de calidad reconocida, en los que se eligieron plantas sanas, de identidad indubitable, identificando algunos caracteres fenotípicos, que según los paradigmas de la época, estaban asociados a atributos cualitativos en los vinos”, indicó Sola.
Esta etapa -iniciada a finales del milenio pasado- se realizó en zonas de Mendoza donde se encontraban la mayoría de los viñedos de Malbec. “De las plantas elegidas, se cosecharon estacas y conformaron bloques de plantas madre, algunos a pie franco y otros, injertados sobre el pie americano MG101.14”.
De estos bloques se obtuvieron vinos que confirmaron la potencialidad del cepaje. “No buscábamos el Malbec perfecto, ya habíamos aprendido que en la diversidad encontraríamos el acervo genético que necesitábamos”, aseguró el experto.
De la selección masal al clon
Vivero Mercier Argentina es reconocido por su amplio portfolio de Malbec, tanto de selecciones masales como clonales. El ingeniero Sola explica acerca de estas últimas: “A comienzo del 2000 y siguiendo el modelo europeo, comenzamos a trabajar en la selección clonal, lo que permitió incorporar una notable mejora en el estado sanitario, y elegir plantas con un historial constante de productividad. A partir de cada una de estas plantas “elegidas” o cabezas de clon, se generaron bloques de plantas madre y cuando éstos comenzaron a producir las primeras uvas, iniciamos las microvinificaciones. Los exhaustivos estudios agronómicos, análisis fisicoquímicos de uvas y vinos, y los testeos realizados por importantes representantes de la industria vitivinícola, nos permitieron, en poco tiempo, el lanzamiento al mercado de los primeros clones de Malbec, obtenidos de viñedos ‘autóctonos’, como los clones M136, M502, M506, M512 y M713, entre los más destacados”.
Junto con los clones locales de Malbec, existe una amplia gama de clones de Cot (Malbec originario de Francia) que también son requeridos por el mercado argentino.
“En la actualidad, Mercier ofrece unas 30 alternativas diferentes de Malbec, entre selecciones masales y clonales, de origen local y extranjeras, de alto nivel sanitario, que son elegidas por nuestros clientes, de acuerdo a las necesidades de cada proyecto. Cabe aclarar que la mayoría de estos clones están disponibles como plantas certificadas por Instituto Nacional de Semillas (Inase)”, afirma el ingeniero Daniel Bergamín, gerente de producción del Vivero.
“El Malbec es la variedad mas comercializada por nuestro vivero. En 2019, el 70% del volumen de ventas correspondió a esta variedad, entre plantas injertadas, a pie franco, barbechos y macetas”, completó Eliana Lezaún, del departamento comercial de Vivero Mercier.
El Grupo Mercier en Argentina
Desde 1890, el Grupo Mercier es parte de proyectos vitícolas en todo el mundo. Partiendo de Francia, la familia Mercier se fue especializando en la producción de plantas de vid y la creación de viñedos, logrando extender su liderazgo con el foco siempre puesto en aumentar la calidad sanitaria y ampliar la diversidad de material vegetal.
En Argentina, Mercier está presente hace más de dos décadas, acompañando el desarrollo vitivinícola del país y ubicándose como empresa referente en la producción y comercialización de plantas de vid.
Sanidad, trazabilidad e identidad son los ejes de trabajo que impulsan a Vivero Mercier, una empresa distinguida por su constante innovación, su desarrollo tecnológico y la especialización de su equipo profesional.