Las uvas piwi -abreviatura de PilzWiderstandsfähig, que en alemán significa resistentes a hongos- son el resultado de cruces entre vides europeas y especies de vides americanas que han demostrado ser poco vulnerables al efecto nocivo de los hongos. La mayoría de ellas se desarrollaron en Francia entre 1880 y 1935. Desde hace muchos años se intenta crear con ellas vinos de alta calidad, aunque en general todavía no se logra. Sin embargo, los enólogos le «buscan la vuelta», tomando en cuenta que podrían ser las variedades que, al no necesitar prácticamente plaguicidas químicos antifúngicos y ser más resistente a los climas fríos y la altura, se conviertan en las «uvas del futuro». Una opción interesante para considerar y estudiar ante los cambios que necesita la vitivinicultura para adaptarse al cambio climático.
Las uvas piwi a veces también son denominadas, genéricamente, variedades resistentes a los hongos, tolerantes a los hongos o simplemente robustas. La mejora genética más reciente es muy compleja y también pueden intervenir vides asiáticas, en concreto por la resistencia a las heladas, una propiedad que también se busca. De todo ello se deduce claramente que todas estas variedades de uva no se han obtenido mediante ingeniería genética, es decir, sin transferencia de genes.
La mayoría de las variedades que hoy se denominan híbridas, interespecíficas o, erróneamente, portadoras directas (los híbridos no son necesariamente portadores directos) se desarrollaron en Francia entre 1880 y 1935. El objetivo era combinar la resistencia de las vides americanas a los hongos (especialmente al mildiú) y a la filoxera con la calidad de la especie europea Vitis vinifera. La esperanza de que estas vides pudieran cultivarse directamente, es decir, de pie franco sin injertos, a pesar de la filoxera, lamentablemente no se cumplió.
Por resistencia a los hongos se entiende la resistencia a diversas enfermedades fúngicas (especialmente al oídio (oidium) y al mildiú velloso (peronóspora), así como al moho gris (botritis), todas ellas presentes en todo el mundo. Estas enfermedades atacan a todas las variedades de uva tradicionales; un ataque fúngico de este tipo puede destruir totalmente la cosecha de uva. Las variedades de uva tradicionales tienen que tratarse con fungicidas entre 6 y 10 veces al año, lo que supone un fuerte impacto medioambiental. Esto puede reducirse a menos de la mitad con las variedades piwi. Además, muchas de estas variedades son resistentes a las heladas.
Especialmente en la viticultura ecológica, así como en otras formas de producción como la viticultura biodinámica y bioenergética, cada vez se utilizan más estas variedades.
Ya hay normativas piwi en la Unión Europea
Debido a sus variedades parentales, las variedades piwi contienen en su mayoría genes europeos y americanos, así como genes asiáticos en algunos casos con la especie Vitis amurensis. Algunos híbridos con genes americanos no estaban permitidos para los vinos de calidad en la Unión Europea (UE). Pero a finales de 2021, la UE decidió permitir también las variedades piwi para los vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP). Esto se hizo principalmente en respuesta al cambio climático y pretende tener en cuenta la sostenibilidad en la viticultura europea. Sin embargo, antes de poder incluir variedades híbridas en un reglamento específico de una DOP, se requiere el consentimiento de los Estados miembros y de las autoridades regionales competentes. Por ejemplo, una variedad piwi criada y aprobada en Francia bien podría no ser aprobada por las autoridades competentes de Italia.
Los requisitos ambientales, incluso políticos, de la Unión Europea para reducir el uso de plaguicidas químicos-sintéticos, están dando un gran impulso al tema de las uvas piwi».
Reinhard Töpfer, director del instituto alemán Kühn para el cultivo de la vid.
Según expertos como el profesor Reinhard Töpfer, director del Instituto Julius Kühn para el cultivo de la vid, de Siebeldingen, Alemania, la reducción de los plaguicidas químicos-sintéticos prevista por la UE hasta 2030 sólo podrá alcanzarse si se plantan muchos más viñedos con variedades resistentes a los hongos. «Los debates actuales sobre el cambio climático y sus consecuencias están dando un impulso al tema de las uvas piwi. El ‘green deal’ es un requisito político masivo de la UE que hay que cumplir. Y las piwi son un elemento importante en la estrategia que debe seguir la viticultura», explicó Töpfer desde su perspectiva de las nuevas variedades.
Una lista incompleta de variedades piwi
Piwi es una designación general sin criterios definidos que deban cumplirse en el sentido del registro, y también sin ninguna importancia en términos de legislación vitivinícola. Existen vinos elaborado a partir de variedades piwi, sobre todo en Europa, pero no está reglamentado que ese dato de las uvas deba aparecer en la, como tipo de «vino piwi».
El grado de resistencia a las distintas enfermedades fúngicas puede ser muy diferente en cada variedad. Esta lista no pretende ser completa, porque existen otras variedades tolerantes a los hongos además de estas nuevas variedades: Accent, Allegro, Anthoprim, Aromera, Baron, Blütenmuskateller, Bolero, Breidecker, Bronner, Cabernet Noir, Cabernet Cantor, Cabernet Carbon, Cabernet Carol, Cabernet Cortis, Cabernet Jura, Cabernet Soyhières, Cabertin, Calandro, Calardis Blanc, Divico, Divona, Donauriesling, Donauveltliner, Evita, Felicia, Hibernal, Johanniter, Jutrzenka, Malverina, Merlan, Merzling, Monarch, Muscaris, Orion, Pamina, Phoenix, Pinotin, Pinot Nova, Piroso, Pollux, Primera, Prinzipal, Prior, Rathay, Reberger, Regent, Roesler, Rondo, Saphira, Sauvignac, Sauvitage, Sirius, Solaris, Souvignier Gris, Staufer, Villaris y Zweigelt Stella.
Alianza internacional para impulsar las piwi
En 1999 se fundó en Einsiedeln, Suiza, un grupo de trabajo internacional para la promoción de variedades de uva resistentes a los hongos, la asociación PIWI International, que en la actualidad ya cuenta con más de 250 miembros, principalmente de los países germanoparlantes de Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein e Italia (Alto Adige), pero también de Hungría, la República Checa, Francia, Irlanda, Holanda y Estados Unidos.
Muchos miembros tienen experiencia práctica y cultivan ellos mismos vides piwi. Además, también forman parte del grupo de trabajo viveros de vid, así como diversos obtentores de vid e institutos estatales de investigación. En particular, el Instituto de Viticultura de Friburgo (Baden), pero también otros como Changins (Vaud, Suiza), Geilweilerhof (Palatinado) y Geisenheim (Rheingau) se dedican a la obtención de nuevas variedades piwi. El objetivo y la finalidad del grupo de trabajo piwi es intercambiar conocimientos científicos y prácticos en el ámbito de las variedades de uva piwi a escala nacional e internacional y aportar sugerencias. Por ello, entre otras cosas, se celebran periódicamente conferencias o grupos de trabajo regionales.
Fuentes: Revista Wein Plus y Vinetur