El vivero de origen francés con arraigo en Mendoza desde hace décadas, conducido por el ingeniero agrónomo Cristóbal Sola, junto a un grupo de científicos locales y peninsulares, lleva adelante el proyecto Iberogen, que estudia la genética de los clones de la cepa insignia de Argentina, para así enfrentar los cambios que se producirán en la planta y en los vinos a causa del seguro aumento de temperatura en el planeta.
Enolife comparte con sus lectores este informe científico que adelanta sorprendentes conclusiones, divulgado generosamente por el equipo investigador de Mercier.
Desde finales de los ‘90, Vivero Mercier está abocado a la investigación y desarrollo comercial de diferentes selecciones masales y clonales de malbec. Con el auge de las exportaciones y la preferencia de los consumidores argentinos por el malbec, llegó el reconocimiento como variedad insignia de nuestro país. Como consecuencia, se evidenció un notable incremento de la superficie implantada (más de 40.000 hectáreas) y se amplió la diversidad de demandas, para la atención de diferentes nichos y mercados. A los requerimientos cualitativos de esos primeros años, se fueron incorporando los cuantitativos y en los últimos diez años, también se puso el foco en los aspectos sanitarios, fundamentales para la sustentabilidad de los viñedos en el tiempo.
“En 2016, incorporamos un nuevo aspecto en nuestras metas de investigación, para intentar dar respuesta al interrogante: cómo el Malbec sería capaz de enfrentar el inminente “cambio climático”, en Argentina. Frente a la clara tendencia del calentamiento global, las opciones pasaban por la “deslocalización” de buena parte de los viñedos hacia zonas más frías, o buscar –dentro de la variabilidad propia del Malbec–, clones adaptados a las probables nuevas condiciones”, explica el ingeniero Cristóbal Sola, de Vivero Mercier Argentina y director a cargo de las recientes investigaciones.
¿Por qué pensar en un proceso que recién podría evidenciarse plenamente en 50 años? “Porque es posible afirmar que el aumento de la temperatura acelera el desarrollo de la vid, altera la interacción entre los ciclos vegetativos y reproductivos y tiene efectos específicos en la uva: acelera la caída de ácidos orgánicos, induce un incremento en la concentración de azúcares, reduce la acumulación de antocianos y limita la maduración fenólica. Es decir que estas uvas dan lugar a vinos que pueden presentar un grado alcohólico excesivo, baja acidez, baja intensidad de color y caracteres fenólicos verdes”, argumentan los investigadores.
Anticipándose a estos escenarios, el Vivero Mercier junto a Bodegas Roda de España y la UNCuyo se pusieron a la vanguardia de la investigación sobre la diversidad genética existente en variedades de vid «bandera» en Iberoamérica: malbec y tempranillo, a través del proyecto de cooperación Iberogen.
Los organismos científicos de ambos países, que forman parte de esta iniciativa son: el Grupo de Genética y Genómica de Vid del IBAM (Instituto de Biología Agrícola Mendoza, Conicet-UNCuyo), y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino, de España. En 2017, fue aprobado el proyecto (que se desarrolla en el marco del convenio binacional denominado Iberoeka) y cuenta con financiamiento por parte de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (dependiente de Ciencia y Técnica de la Nación).
Cristóbal Sola recorriendo el vivero junto a Ingenieros Agrónomos invitados
“Para evaluar la variabilidad genética del malbec tomamos como base la colección de 27 clones de este cepaje que posee el vivero y que están ubicados en Perdriel, Mendoza. La primera tarea fue la caracterización de estos clones, la cual consistió en observaciones durante tres temporadas, sobre tres réplicas biológicas de cada clon, prestando atención a los estados fenológicos, indicadores de productividad, caracterización físico química de las bayas, –desde envero a madurez–, identificación y cuantificación de la materia colorante, y en la última fase, aún en ejecución, evaluando las icrovinificaciones de cada clon”, comentó Laura Bree, integrante del consorcio investigador y responsable del Departamento I&D de Mercier Argentina.
Racimos de uva «acelerados»
En paralelo, se puso a punto la técnica de “Fruting Cutting”, que permite a partir de estacas leñosas, obtener un racimo de uva (en un corto período y más de una vez en un ciclo) para así ratificar los resultados que en la colección solo se pueden obtener una vez por temporada. “Con los avances logrados en la caracterización fenotípica de clones, se definió un grupo con 6 de ellos que presentaban un perfil contrastante para al menos dos de los tres caracteres considerados: acumulación de azúcares, tenor ácido expresado como acidez total e intensidad y cantidad de antocianas en las pieles de las bayas”, describió Bree. Estos 6 clones serán analizados por medio de la metodología de secuenciación masiva de ARN (RNA-seq.) para determinar y evaluar la correspondencia de la expresión global de los genes con la caracterización fenotípica.
“Previamente, junto al equipo del IBAM, habíamos realizado la secuenciación masiva de ADN (Ácido Desoxiribonucleico) de cuatro clones de Malbec, de origen diverso e insospechados de cohabitación: uno de ellos español, otro francés y otros dos argentinos. Esto permitió detectar un conjunto de polimorfismos simples (SNPs) que solo involucran a los clones investigados, permitiendo construir un gran árbol de relaciones entre los progenitores de la variedad Malbec, Prunelard y Magdeleine noire des Charentes y 230 clones de Malbec provenientes de cuatro colecciones. Así se han determinado 5 Genotipos únicos y 9 grupos de Genotipo, (denominados con las letras A hasta la I), de los cuales el más numeroso, el Grupo A, contiene 94 de los clones estudiados incluyendo la mayoría de los clones locales”, especificó Cristóbal Sola.
Las diferencias entre clones se manifiestan en una pequeña y limitada cantidad de polimorfismos genéticos (aproximadamente 200), no así entre variedades, que suman cerca de dos millones de SNPs. Esta experiencia novedosa en la investigación clonal, ha requerido que se deba determinar “de novo” el genoma de Malbec, ya que el genoma de referencia utilizado hasta el momento corresponde al genotipo PN-40024, derivado por retrocruza de variedad Pinot Noir y descifrado en el año 2007. Con la colaboración del equipo del ICVV se ha completado la determinación del genoma de Malbec y solo resta el “ensamblaje informático”, para que llegue a ser publicado.
“Con el “propio” genoma de referencia Malbec, podremos ultimar los estudios y correlaciones entre los diferentes Biotipos (clones) y establecer cuáles son los mejor adaptados ante un nuevo escenario de “Cambio Climático”, y en qué parte del genoma se encuentran los polimorfismos que explican tal adaptación”, antició Daniel Bergamín, miembro del equipo de investigación.
Los estudios de genómica clonal en vides son innovadores en el mundo entero y esta investigación es la primera aproximación fundada para comprender la diversidad de nuestro varietal insignia, el malbec.
Fuente: Vivero Mercier Argentina