La empresa francesa Biopythos fabrica una amplia gama de recipientes para el vino (tinajas, ánforas, huevos) que se pueden utilizar para la elaboración, la crianza y posterior guarda de los vinos para degustación. Uno de sus distintivos es el material con el que están fabricados, el Gres, una pasta cerámica formada por arcillas, materiales desengrasantes como el sílice, y fundentes como el feldespato. A esta novedosa técnica, recientemente sumaron la tecnología de impresión 3D, que permite esculpir los recipientes con total precisión y fabricarlos con diferentes formas y tamaños a criterio de las bodegas.
Biopythos, una empresa francesa a punto de desembarcar con sus productos en el mercado argentino, es una startup innovadora en el sector cerámico para la vitivinicultura, cuya principal especialidad es el control de la microoxigenación de ese material, dedicada particularmente a la fabricación de tinajas, ánforas, huevos y otros formatos de contenedores de porcelana y gres para el envejecimiento del vino y el champagne.
Nacida en la región francesa de Aquitania en 2016, gracias a sus desarrollos tecnológicos de avanzada y en respuesta a las nuevas demandas tanto de los enólogos como de los consumidores, tiene una importante porción del mercado francés y exporta a varios países europeos, principalmente España e Inglaterra.
Uno de los distintivos de los recipientes que fabrica Biopythos en su planta de Limoges -de más de 2.000 m² de superficie- es el material con el que están fabricados, el Gres. Se trata de una pasta cerámica, formada por arcillas, materiales desgrasantes como el sílice, y fundentes como el feldespato. Sus principales características son su dureza y su baja absorción de agua una vez cocido a su temperatura de sinterización vítrea.
El gres se compone de ¼ de arcilla, ¼ de caolín, ¼ de feldespato y ¼ de sílice, mientras que la porcelana se formula a partir de ½ caolín, ¼ de feldespato y ¼ de sílice, siendo el caolín el que aporta la blancura. En general, la porcelana es menos microoxigenante que el gres.
Tres métodos de fabricación
El primero es el tradicional, que consiste en utilizar una arcilla muy líquida llamada «slip». La densidad de esta pasta se mide con precisión. Luego, el slip se vierte en moldes de yeso, llenándolos completamente. El yeso absorbe el agua del slip en contacto con las paredes del molde, comenzando a formar una costra. El tiempo de fraguado se mide con gran precisión para asegurarse de que la costra alcance el grosor deseado. El exceso de slip se drena, y la costra restante en los moldes forma las paredes del tarro o huevo. La pieza se desmolda suavemente, capa por capa, a medida que se seca para garantizar que el tarro o el huevo no colapse.
El segundo método implica utilizar una bobina de arcilla muy gruesa que se talla tanto por dentro como por fuera para formar el tarro deseado.
Finalmente, el tercer método utiliza una impresora 3D, en la que el slip mencionado en el primer método se mezcla con un ácido justo al salir de la boquilla de la impresora para espesarlo. La forma deseada se programa en la computadora de la impresora, y capa por capa, se construye el tarro. Este método requiere la presencia constante de un alfarero junto a la impresora para suavizar manualmente las paredes por dentro y por fuera del tarro a medida que se forma. Gracias a este método, se pueden crear diferentes formas y capacidades.
Tecnología 3D y arte ancestral
La tecnología de impresión 3D es el método más reciente de la fábrica. Esta herramienta moderna -en la encrucijada de la tecnología y el arte ancestral- esculpe con una precisión inigualable lo que las manos por sí solas no podrían moldear. De este modo, la empresa puede realizar contenedores de gres para vino a criterio de las bodegas, siempre dentro de las limitaciones técnicas, una de ellas es que estos recipientes deben tener como máximo una capacidad de 700 litros.
La formulación de gres que se utiliza es la misma que para los otros productos, realizados por fundición. La permeabilidad también es similar, ya que se obtiene a través de la temperatura de cocción.
¿Por qué no imaginar un tanque cilíndrico que quepa por una puerta estrecha, un tanque cuadrado para optimizar el espacio en el suelo o un contenedor en forma de estrella para aumentar la superficie de intercambio con oxígeno?
Características
- Superficie interior y exterior lisa para una fácil limpieza.
- Cerámica inerte a los ataques químicos y climáticos.
- Vida útil muy larga
Las manos de la alfarera, guardiana de la tradición
En el corazón de este ballet de alta tecnología, la presencia de Audrey Bakx, la alfarera, es esencial. Como una guardiana de la tradición, observa y se asegura de que la máquina no se desvíe de su trayectoria. Su ojo experimentado detecta la más mínima irregularidad, su tacto afina cada detalle. Mientras la impresora deposita sus filamentos de arcilla, capa tras capa, Audrey interviene, alisando la superficie interior y exterior de las tinajas dotando a cada pieza de una suavidad y perfección que sólo la mano humana puede aportar.
Así, la impresora 3D, bajo la vigilancia de Audrey, se convierte en una aliada, una compañera en la creación. Juntas, crean formas únicas, juegan con las curvas y modelan contenedores que reflejan tanto el alma del vino como la de la tierra. Cada jarra, con esta forma, es una obra de arte, impregnada de la historia del viticultor, un testimonio de la unión entre la mano humana y la innovación tecnológica, lista para recibir las mejores cosechas.
Audrey es artista visual, graduada en la Academia Rietveld (BA) en Ámsterdam. Después de estudiar joyería y bellas artes, se adentró en el mundo del vino dibujando etiquetas para la bodega de sus padres. Poco a poco, aprendió todo sobre el vino trabajando en el viñedo y en la bodega. Descubrí la riqueza que aporta el mundo del vino, las catas, así como las complejidades de la venta del vino y su sistema.