Productores y profesionales del Oasis Sur de la provincia de Mendoza, pertenecientes a la Asociación Centro de Enólogos de General Alvear (Acega), se asociaron en un proyecto con el objetivo de revalorizar y promocionar su región y el vino que allí se produce. Y elaboraron un blend de tintos con las mejores cepas de cada terroir de la zona, buscando que las diversas variedades se potencien unas a otras y den como resultado un vino de características únicas.
En un mercado altamente exigente y competitivo, donde es importante reinventarse, los blend emergen como una de las principales opciones para los consumidores de vino que buscan renovar el paladar. Basándose en esta premisa, un grupo de enólogos integrantes de la Asociación Centro de Enólogos de General Alvear elaboraron en común un vino con el fin de promover la región vitivinícola del sur de Mendoza.
Así nació el “Blend Valle Sud Del Atuel”, proyecto en el que participan bodegas de General Alvear y San Rafael comprendidas dentro del Valle Sur del río Atuel, y de ahí el nombre que busca expresar, precisamente, las bondades de ese terruño.
Este blend, con una mayor proporción de malbec, combina el cuerpo y la amabilidad del varietal emblemático de Argentina con otras uvas más astringentes como el cabernet sauvignon, variedad compleja y estructurada. También se encuentra el merlot, que aporta taninos suaves y un color rubí intenso. Y variedades versátiles como syrah, tempranillo y bonarda, que se amalgaman ajustadamente, resultando un sólido ensamblaje de aromas y sabores dignos de disfrutar.
Los vinos fueron creados por cada enólogo de cada una de las bodegas participantes. Una vez culminada la elaboración de cada varietal, en la Bodega Jorge Rubio se realizó el corte o ensamble de los distintos ejemplares.
Posteriormente, se realizó una degustación, se los agregó a una cuba, se fraccionó y se etiquetó artesanalmente. Las etiquetas fueron creadas por diseñadoras de la empresa Icónica, “que desinteresadamente imaginaron una etiqueta que identifica a este vino único”, manifestó Daniela Cisterna, enóloga de Bodega Familia Martínez Croce del distrito de Real del Padre y presidenta de Acega.
“Este elegante tinto se proyecta al país y al mundo con calidad y carácter, dando a conocer la particularidad de nuestros viñedos, él espíritu y la fuerza de la familia vendimiadora. La proyección es ambiciosa, pretende darse a conocer al paladar de todos los consumidores con la fuerza de la identidad que lo caracteriza e ir tras la conquista de nuevos amantes del vino, para ser parte de la mesa de todos los argentinos”, enfatizó Daniela. Y, a modo de agradecimiento, destacó que «esta iniciativa contó con el apoyo constante de la Municipalidad de General Alvear; conjuntamente con el área de Turismo hemos realizado distintas actividades al aire libre, donde el vino ha sido el punto de encuentro para compartir un momento único e irrepetible.”
Peatonal del Vino Gral Alvear Enólogas Valeria Chesse y Daniela Cisterna Semana Federal Mendoza Capital Reina de Gral Alvear
Por el momento, por tratarse de una edición limitada de 600 botellas (450 litros), el Blend Valle Sud Del Atuel se está dando a conocer en eventos tales como fueron la Peatonal del Vino y la Semana Federal de Vendimia 2020, en la Capital mendocina, donde se vendió por copa a $ 30. Próximamente será presentado en la “Evaluación de los vinos del Valle Sud Del Atuel” (Evinsur) 2020, evento que se realiza cada mes de octubre, organizado por Acega, desde hace 25 años. Es decir que por ahora es un producto para promocionar la región, con la esperanza de producir luego un stock para la venta de botellas.
Las bodegas que participaron en este proyecto son: Bodega Villa Atuel S.A., Bodega Solandes S.A. y Bodega Goyenechea, del distrito Villa Atuel, Departamento de San Rafael. También están Bodega Romanel, Cooperativa Agraria Real Del Padre y Bodega y Viñedos Familia Martínez Croce, del distrito Real Del Padre, perteneciente a San Rafael. Y Bodega Familia Jorge Rubio, Bodega Cavas del Artesano, Cooperativa Algarrobo Bonito, Bodega Viñas de Alvear S.A., Cooperativa La Regional, Bodega New Bowen y Cooperativa La Bowense, del departamento de General Alvear, Mendoza.
Características del terruño del “Blend del Valle Sud Del Atuel”
El siguiente informe fue realizado por el ingeniero agrónomo alvearense Marcelo Sauer, director de la Escuela de Agricultura dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo de General Alvear, entidad que cumple 66 años.
Suelos
La región desciende desde los 800 msnm en los distritos de las Paredes y Cuadro Nacional, hasta los 450 m en el distrito de Carmensa en General Alvear, configurando pendientes cercanas al 1%.
Los suelos son de origen aluvional, poco evolucionados, presentando perfiles diversos, pobres en materia orgánica. En general son abundantes en material calcáreo, pudiendo variar de franco a franco-arenosos a limosos. A menudo están asentados sobre un subsuelo pedregoso, pobres en materia orgánica, lo que redunda en rendimientos moderados. Presentan balances hídricos (diferencia entre lo que entra: lluvias y lo que sale: evapotranspiración) deficientes durante todo el año, lo que genera que sea necesario el riego.
Si bien los suelos mendocinos son pobres en materias orgánicas, no carecen en general de los elementos nutritivos mayores: nitrógeno, fósforo y potasio, especialmente este último. La salinidad, muy frecuente en las partes bajas, no implica un inconveniente serio, ya que predominan los sulfatos, lo cual permite su amplio uso con la ayuda del riego.
Es muy grande la variabilidad de textura y es fácil encontrar, a pocos metros de una tierra de perfil totalmente arenoso otra donde se observan capas limo-arcillosas. Estas variaciones tienen un significado agronómico interesante: explican frecuentemente problemas relacionados con el estado del cultivo y obligan al estudio detallado de cada caso en particular.
Teniendo en cuenta la composición granulométrica predominan las texturas gruesas areno – franco y franco-arenosa, existen situaciones con texturas más finas, aunque el limo supera ampliamente a la arcilla.
La parte sur del área cultivada presenta problemas de drenaje y salinización de suelos en distinto grado, que limitan la producción potencial de los cultivos. Para mantener la productividad de los suelos ha sido necesaria la construcción y mantenimiento de una red de colectores y drenajes, que atenúan en mayor o menor medida la problemática planteada. La red de drenaje existente en la cuenca del río Atuel representa el 60% del total provincial.
El agua de riego en el Dpto. General Alvear, proviene del río Atuel y tiene una conductividad eléctrica media (CE) de 1,7 dSiemens.m-1 (C3S1 según clasificación de Riverside) con variaciones anuales entre 1,6 dS.m-1 en verano y 1,9 dS.m-1 en primavera (Pereira, DGI. 2010)..
El río Atuel está regulado por el dique embalse El Nihuil (227 Hm³) y el compensador Valle Grande (161 Hm³), permitiendo durante el periodo agosto – mayo la regulación de caudales para riego e hidroelectricidad. En junio y julio se almacena el agua para la próxima primavera.
En la práctica, el viticultor suele tratar a todas las zonas con el mismo calibre, salvo las empresas que pueden y quieren asesorarse convenientemente.
Clima
El clima de la provincia de Mendoza es muy complejo y dinámico; los diversos factores de orden geográfico producen transformaciones en la confluencia de las diferentes masas de aires que afectan a esta provincia (Capitanelli, 1967).
Desde el punto de vista de la producción agropecuaria, una temperatura adecuada y el déficit de humedad son las características climáticas del sur de Mendoza que atañen más directamente al cultivo de la vid. Destacable es también su alto índice de heliofanía (radiación solar). Los contrastes de temperatura (veranos muy cálidos e inviernos fríos) exponen a los cultivos a las heladas tardías, importante flagelo de incidencia económica en los cultivos bajo riego.
La unidad de las planicies, la de importancia agrícola, está dominada por las masas de aire del anticiclón del Atlántico, con precipitaciones de verano que varían entre los 350 y 250 mm. y está afectada por vientos Foehn (Zonda), como así también la Sudestada y el Pampero, con características bien diferenciadas.
Para el sur provincial (departamentos de General Alvear y San Rafael), las precipitaciones se producen especialmente durante la estación cálida (entre setiembre y abril el 90 % de las precipitaciones) y su distribución espacial se caracteriza por disminuir progresivamente hacia el oeste y el Sudoeste. La concentración de las lluvias en época estival, coincidente con altas temperaturas y con gran variabilidad interanual de las precipitaciones, es la causa determinante que convierte a estas zonas en ambientes sumamente frágiles y difíciles de manejar.
Los principales factores climáticos limitantes para la vida de los organismos en las zonas áridas son: la escasez de agua disponible para las plantas, las temperaturas extremas y la baja humedad relativa. La conjugación de estos factores provoca una elevada pérdida de agua por evapotranspiración, que está acentuada por los vientos fuertes y secos.
En el gráfico 1 se muestra la gran dispersión de los promedios anuales de precipitaciones para la ciudad de General Alvear:
El gráfico 2 muestra la gran dispersión de los promedios anuales ocurridos en la Estación Experimental del INTA en Rama Caída (San Rafael, Mendoza) durante los últimos 70 años.
La consideración de las cifras de humedad relativa y de precipitaciones pluviales, explica la necesidad del riego en toda la provincia de Mendoza.
Las lluvias con un acrecentamiento a partir de octubre, crean algunos años el problema de la peronóspora, ya que van ligadas a una temperatura óptima para el desarrollo del hongo. Para los fines de nuestro estudio, entonces, importa recalcar el carácter desértico del clima, que hizo del regadío la condición ineludible del desarrollo vitícola.
El clima es árido templado-frío con una precipitación media de 315 mm.año-1, siendo la temperatura media anual de 14,7 ºC, la máxima media de 24.3 ºC y mínima media de 8.1ºC. La máxima registrada alcanzó a los 43 ºC en verano y la mínima a -7 ºC en invierno.
Las temperaturas medias dejan un margen de comodidad para el desarrollo vegetativo de la vid. En el mes de la floración (noviembre), la media es de 20,9 C.; entre la aparición de los brotes y la madurez (setiembre a febrero inclusive), 20,5; desde la floración a la vendimia, 22,9. Tales temperaturas medias satisfacen ampliamente las exigencias térmicas de la planta. En cambio, su principal enemigo son las heladas tardías, que en ocasiones -caso de los años 1927 y 1932- ha arruinado casi por completo las cosechas.
En Mendoza, la primera helada en el norte se produce, término medio, el 19 de mayo, y en el sur, el 15 de marzo. La última, para el norte, corresponde al 15 de setiembre, y al 15 de noviembre en el sur. La primera helada registrada en Mendoza es la del 4 de abril de 1935; la más tardía, el 4 de diciembre de 1993.
Un último factor climático que merece citarse como flagelo, hermano menor de las heladas, es el granizo de los meses de verano.
Podríamos decir que todos los cepajes se han sumergido con amplitud en ese clima generoso. Desde hace algunos años los investigadores buscan una relación, un contacto más racional de cada cultivar con el complejo suelo-clima, que le acuerde posibilidades óptimas. Incluso el clima ha actuado soberanamente en su faz negativa, golpeando periódicamente al hombre con el efecto deprimente de la helada y el granizo.
Fuente: Asociación Centro de Enólogos de General Alvear (Acega)