Según datos de la aduana rusa, analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Rusia aumentó sus importaciones de vino en 2021 un 5,8% en volumen y un 15% en valor, hasta los 374,7 millones de litros y los 91.980 millones de rublos (unos 1.410 millones de dólares). El precio promedio subió un 8,7%, hasta los 245,51 rublos por litro (RUB/litro). ¿Habrán previsto que invadirían a su vecina Ucrania y que eso provocaría un boicot internacional, y por eso «llenaron la bodeguita» con anticipación?
Rusia importó en 2021 20,7 millones más de litros que en 2020, cuando redujo sus compras en 93,5 millones. Sin embargo, en 2021 Rusia gastó más que nunca en vino, tras crecer por sexto año consecutivo, al precio promedio más elevado de su historia. El volumen sigue muy lejos del registrado en años atrás. En lo que llevamos de siglo, las importaciones rusas de vino han crecido a un ritmo anual medio (CAGR) muy superior en valor (+15,3%) que en volumen (+5,8%), ya que el precio medio ha subido, de media, un 8,5% anual (de 43,90 a 245,51 RUB/litro).
El 2021 fue un año marcado por la desaparición casi total de las importaciones rusas de vino a granel, consecuencia de la nueva Ley del Vino en el país, en vigor desde junio de 2020 y que restringe las compras de este formato para favorecer la -insuficiente- producción local. Esto ha provocado un gran aumento del resto de categorías de vino, como analizaremos a continuación. Gran subida de las importaciones en 2021, aunque 2022 se prevé nefasto, debido a las sanciones comerciales a Rusia derivadas de su invasión militar a Ucrania.
Por tipo de vino
La nueva Ley del Vino provocó que Rusia redujera de forma drástica sus compras de granel en 2021 (-85,6%), hasta situarse en apenas 3,6 millones de litros, lejos de los 24,9 millones de 2020, cuando ya se desplomaron (116,2 millones en 2019). La caída en valor fue del 82,5% en 2021, hasta los 186,3 millones de rublos, a un precio medio que subió un 21,6%, hasta los 52,05 rublos/litro.
Tras el gran aumento de 2021, las importaciones de vino en Rusia afrontan 2022 con un gran pesimismo, debido a las sanciones comerciales que han impuesto Estados Unidos y la Unión Europea contra el país, a raíz de la invasión militar de Ucrania.
La desaparición del granel ha impulsado las compras del resto de categorías de vinos: el vino tranquilo envasado batió récords con 305,3 millones de litros (+8,7%) y 64.447,6 millones de rublos (+11,3%), el 81,5% del volumen y el 75,5% del valor total adquirido en Rusia durante 2021. Su precio medio subió un 2,4% hasta los 227,46 RUB/litro, el más elevado de la serie histórica.
Las compras de vino espumoso aumentaron por encima del 35%, hasta los 64 millones de litros y los 22.094,4 millones de rublos, las más altas hasta la fecha. Fue el único vino que bajó de precio (-1,4% hasta los 344,65 RUB/litro).
Por último, las importaciones rusas de vino en bag-in-box crecieron un 7,4% en volumen y un 19,7% en valor, hasta los 1,7 millones de litros y los 252 millones de rublos, las mayores desde que tenemos datos para esta categoría (2017). Su precio medio subió un 11,5%, hasta los 152,59 RUB/litro.
Por países proveedores
Italia fue el principal protagonista del crecimiento global de las importaciones rusas de vino en 2021, su mejor año hasta la fecha con 112,5 millones de litros y 29.806 millones de rublos. Se consolidó como primer proveedor al crecer en torno al 20% respecto a 2020, cuando superó a España, a un precio medio estable (264,83 RUB/litro).
Rusia importó mucho más vino italiano, francés y portugués. El vino español suavizó su caída en volumen y creció ligeramente en valor.
Tras perder casi un 50% de sus ventas a Rusia en 2020, España suavizó su descenso en 2021 (-10,5%) y repitió como segundo proveedor con 60,5 millones de litros, seguido de los 46,6 millones de Georgia (+15%) y de los 40,3 millones de Francia (+8,9%). Sin embargo, Francia es el segundo vendedor en valor, con 17.182 millones de rublos (+25,2%), su máximo histórico, seguido de los 11.449,3 millones de España (+2,9%), que logró crecer en su segundo mejor año hasta la fecha, ya que su precio medio subió un 15% hasta los 189,24 RUB/litro, el más alto hasta ahora.
Francia también subió de precio un 15%, hasta los 426,39 RUB/litro, el más alto de su historia y superior al resto de países analizados. Georgia repite cuarto puesto, con 9.610,4 millones de rublos (+7%).
Por otra parte, Rusia aumentó cerca del 40% sus importaciones de vino desde Portugal, que alcanzó sus máximos históricos, en un gran año también para Sudáfrica, Alemania, Nueva Zelanda, Australia o Estados Unidos, entre otros. En cambio, Rusia importó mucho menos vino desde Chile, Moldavia y Argentina, si bien los dos últimos crecieron en valor.
La región caucásica de Abjasia cerró el año como quinto proveedor en volumen (-5,9%), superado en dicho puesto por Portugal en valor, al ser el único que cayó en este aspecto, junto a Chile, entre los 15 primeros proveedores.
Por tipo de vino y país proveedor
El 2021 fue el año récord para las importaciones rusas de vino espumoso italiano, francés y español.
El vino espumoso italiano creció en Rusia por encima del 30% en 2021, algo menos que la media de la categoría, aunque lideró de nuevo el mercado con 42 millones de litros y 12.889 millones de rublos, sus máximos históricos. Representó el 65,6% del volumen y el 58,3% del valor total.
Francia creció por encima y se consolidó como segundo proveedor en un año récord para sus ventas de espumoso a Rusia, con 10,4 millones de litros (+56%) y 6.471,7 millones de rublos (+42,2%), a un precio muy superior al de sus competidores, pese a bajar un 8,8%. El espumoso italiano se mantuvo estable a nivel de precios. España, tercer proveedor, también batió récords con 6,7 millones de litros (+18%) y 1.683,5 millones de rublos (+19,2%), a un precio medio un 1% superior, hasta los 251,47 RUB/litro.
Lejos de los anteriores, Moldavia se consolidó como cuarto proveedor al crecer de forma exponencial, en un gran año para Abjasia y Alemania, con caída para Portugal.
El valor del envasado italiano y francés creció más que el del español.
Italia también alcanzó récords en la categoría de vino tranquilo envasado y repitió como primer proveedor a Rusia de forma clara, con 70,2 millones de litros (+14%) y 16.851 millones de rublos (+12%), casi el 25% del total. España recuperó en 2021 gran parte de lo que perdió en 2020 y repitió como segundo proveedor en volumen, con 52,4 millones de litros (+3,8%), seguido de los 46,4 millones de Georgia (+14,7%), que se distanció de los 29,7 millones de Francia (-1,3%).
Sin embargo, Francia se situó tres años después como segundo vendedor en valor al crecer un 16,9% hasta los 10.678 millones de rublos, superando a los 9.640 millones de España (+5,4%), al que se le acercó Georgia, con 9.565 millones (+6,8%). Portugal creció casi un 40% y se estableció como quinto proveedor, superando a Abjasia y a Chile, que registraron pérdidas. Gran año para Alemania, Sudáfrica, Australia o Estados Unidos, entre otros.
España domina el mercado ruso de vino en bag-in-box con el 44,5% del total importado, pese a perder cuota en 2021.
España rompió con el crecimiento global de las importaciones rusas de bag- n-box, al caer en 2021 un 11,8% en volumen y un 2,3% en valor, hasta los 734.000 litros y los 91 millones de rublos. Su liderazgo no peligra, al suponer el 44,5% del volumen y el 36% del valor total, a un precio un 10,7% superior, pero inferior a la media de mercado.
Ante la pérdida de su primer proveedor, Rusia ha diversificado sus compras: Sudáfrica cerró el año como segundo exportador en volumen al crecer un 82,4%, por delante de Italia (+20,6%) y de Armenia (+10,8%). Sin embargo, Italia repite como segundo vendedor en valor (+16,4%), seguido de Sudáfrica (+93,6%), que sí superó a Armenia (+22,6%).
Gran aumento de las compras rusas de granel, en mínimos históricos tras la nueva ley.
España ha sido el más afectado, al liderar el mercado en los últimos años. La Ley del Vino de la Federación Rusa, en vigor desde de junio de 2020, ha provocado una desaparición casi total de las importaciones rusas de este tipo de vino, las cuales se desplomaron un 85,6% en 2021 hasta los 3,6 millones de litros, pese a comparar con un 2020 que ya fue desastroso. Rusia sólo importó granel desde 8 países en 2021.
España, que dominaba históricamente las compras rusas de granel, ha sido, lógicamente, el más afectado: cerró 2021 como tercer proveedor con apenas 676.166 litros, lejos de los 10,7 millones de litros de 2020 y, sobre todo, de los casi 65 millones de 2019. También cayó al tercer puesto en valor, con 35 millones de rublos, frente a los 2.474 millones de 2019.
Azerbaiyán creció por encima del 60% en volumen, según datos oficiales de la aduana rusa, y se situó como primer proveedor con 1,15 millones de litros, seguido de los poco más de 950.000 de Sudáfrica (-44,7%). Sin embargo, Sudáfrica (-50%) lideró las compras en valor, seguido de Azerbaiyán (+26,4%). Las importaciones de granel a Moldavia cayeron casi un 90%, con total desaparición de la realizadas a Argentina y Uzbekistán, entre otros.
Los efectos de la nueva Ley de Vinos rusa
En junio de 2020 entró en vigor en Rusia una nueva ley que restringe las importaciones de graneles extranjeros, con el objetivo de favorecer la producción local. Si en 2020 las compras de granel ya se desplomaron (de 116 a 25 millones de litros), 2021 cerró con un mínimo histórico (3,6 millones). La desaparición casi total de las importaciones rusas de granel impulsó de forma notable las compras de otras categorías de vinos, como son los envasados y los espumosos, que alcanzaron sus máximos históricos el pasado y protagonizaron el crecimiento global.
En definitiva, Rusia aumentó sus importaciones de vino un 5,8% en volumen y un 15% en valor en 2021, hasta los 374,7 millones de litros y los 91.980 millones de rublos. El volumen adquirido se recuperó en parte de la fuerte caída registrada en 2020, aunque el gasto alcanzó su máximo histórico, tras crecer por sexto año consecutivo, al precio medio más elevado de la serie histórica. Aún es pronto para conocer cómo evolucionan las compras en 2022 (los últimos datos de la aduana rusa están disponibles a enero), pero las expectativas no son nada halagüeñas.