No es lo mismo plantar a fines de julio que en diciembre. Los viñateros lo saben, pero no siempre toman la decisión correcta. A veces, la elección de la fecha está condicionada por factores financieros, agronómicos, por la falta de preparación a tiempo del suelo o por no haber podido implementar previamente el sistema de riego. Como sea, lo importante para lograr el éxito económico del futuro emprendimiento vitivinícola es conocer el origen del material vitícola y la trayectoria del vivero proveedor.
El ingeniero agrónomo Fernando López -socio de Vivero San Nicolás junto a Víctor Barroso- aporta en esta nota sus recomendaciones sobre la mejor época para plantar vides. Su experiencia en la empresa líder de la Zona Este de Mendoza lo avala y contribuye a que el productor pueda resguardar su inversión.
¿Cuando es la época correcta para la plantación de vides?
Según la experiencia de los técnicos, ingenieros e investigadores de Vivero San Nicolás -expresada por el agrónomo Fernando López-, los mejores resultados se han obtenido en plantaciones tempranas (agosto, setiembre e incluso julio).
Cabe reconocer -apunta López- que muchas veces los agricultores se demoran en las tareas de preparación de suelos, instalación de sistemas de riego u otros factores importantes, como el financiero, y no tienen acceso a la opción de la plantación temprana.
Otra realidad es que muchos eligen plantar luego del período de heladas, lo que los obliga a realizar esa esforzada tarea en los meses de noviembre y diciembre. Los resultados en prendimiento de esta modalidad -indica López- no son tan relevantes, como sí lo son con el desarrollo de la planta en el primer ciclo verde, cuando se implanta en forma temprana.
De esta manera -explica el ingeniero agrónomo- se otorga al barbecho la posibilidad de un mejor y más largo desarrollo vegetativo, logrando así poder formar la planta en el mismo año, a diferencia de las plantaciones tardías, que llevan muchas veces a tener plantas formadas en el segundo verde.
Un brote helado en un barbecho tiene una gran capacidad de recuperación con sus yemas secundarias y terciarias, además de las yemas casqueras. Además, plantar temprano disminuye el estrés radicular, ya que la planta viene dormida y retoma su ciclo de enraizamiento en un suelo que está empezando a tomar temperatura en forma paulatina.
Por otra parte, la disponibilidad del agua es mayor en plantaciones tempranas por la época del año sin problemas hídricos y con una menor competencia con cultivos ya establecidos.
En definitiva, según recomienda López, esta modalidad de plantación temprana es lo más adecuado para asegurarse que la inversión en la compra de plantas dará el mejor rédito.
Material vitícola de calidad, un insumo clave
Las plantas de calidad comprobada constituyen un insumo clave para el logro del éxito económico del futuro emprendimiento vitivinícola. Por ello, es de fundamental importancia conocer el origen del material vitícola y la trayectoria del vivero proveedor, para asegurarse de la pureza varietal y evitar futuras mezclas, porque una vez implantado el viñedo ese problema es muy difícil de revertir.
Además, las plantas deben estar libres de plagas y enfermedades, con al menos 4 a 5 raíces de 0,40 m a 0,50 m de longitud, un sarmiento de un grosor de alrededor del centímetro, con 3 o 4 yemas invernales bien visibles, y su madera debe estar madura, verde e hidratada.
Plantas injertadas libres de virus, un objetivo ambicioso
En algunas zonas de nuestra provincia los suelos se encuentran con un nivel de contaminación con plagas, salinidad y otros factores que hacen necesario el uso de plantas injertadas.
Las plantas injertadas de vid requieren de tecnología de última generación para su correcta propagación y poder cumplir con los estándares internacionales de calidad. En Vivero San Nicolás han realizado inversiones para capacitar al personal y alcanzar ese objetivo.
En este momento, la empresa del Este mendocino construye las bases para ofrecer, a partir de 2022, plantas injertadas libres de virus, categorías certificadas y estándares de calidad a nivel global.
Fuentes: Vivero San Nicolás e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)