El profesor español Fernando Martínez de Toda (foto principal) publicó a fines de abril de 2021 un artículo en la publicación especializada en investigación sobre vitivinicultura Vitis Journal of Grapevine Research, en el que demuestra que, frente al cambio climático y en parte a causa de éste, se pueden producir dos cosechas de uva al año, la segunda unos 40 a 50 días después de la primera. Según la publicación Tecnovino, que comenta el trabajo en la nota que a continuación replicamos, el científico basa sus estudios y afirmaciones en experiencias con viñedos en su región, La Rioja, al norte de España, y no precisa si las mismas conclusiones pueden aplicarse en el hemisferio Sur, en sitios donde las condiciones de temperatura, humedad, altitud, etcétera, pudieran ser similares al territorio estudiado en su país.
El viticultor, Fernando Martínez de Toda, ingeniero agrónomo, catedrático de Viticultura de la Universidad de La Rioja e investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), Fernando Martínez de Toda señala en su estudio que habría 40-50 días de diferencia en las fechas de maduración y vendimia y que la composición de la uva de la segunda cosecha es totalmente distinta y claramente superior a la de la primera cosecha.
Martínez de Toda indica que la segunda cosecha, que se puede realizar unos 40 o 50 después de la primera, es completamente diferente y superior en calidad a la de la primera cosecha. Es un método audaz para luchar contra el calentamiento global, que sólo podría desarrollarse en regiones vitícolas realmente cálidas.
Esta sorprendente técnica consiste en acortar los sarmientos en crecimiento a varios nudos con el fin de forzar el rebrote de la vid. Y para forzar ese rebrote de los sarmientos y lograr la nueva cosecha, es necesario eliminar la fuente de inhibición, es decir que deben eliminarse los sarmientos laterales, las hojas y los racimos primarios, si existen.
La técnica de forzado de yemas
Mediante una adecuada ejecución de la técnica de forzado de yemas en las variedades estudiadas (garnacha, tempranillo y maturana tinta), es posible obtener una segunda cosecha de los brotes forzados, que se suma a la primera cosecha de los pámpanos principales. La segunda cosecha representa alrededor del 30% de la cosecha primaria, lo que supone alrededor de 1 kg/cepa. En relación con el control no forzado, la cosecha primaria madura unos 13 días más tarde y la cosecha secundaria unos 40-50 días más tarde.
La segunda cosecha produce racimos y bayas más pequeños con pH más bajo, mayor acidez, ácidos málico y tartárico más altos y antocianos mucho más altos en comparación con la cosecha primaria.
El principal inconveniente de la técnica de forzar el rebrote de la vid es la pérdida de rendimiento. Para evitar esta pérdida de rendimiento y no eliminar los racimos primarios ya formados en los sarmientos principales, se puede forzar el desarrollo de las yemas del quinto y sexto nudo, pero manteniendo los racimos de los sarmientos principales. De este modo, el rendimiento de las yemas forzadas se sumaría al rendimiento normal o primario de los sarmientos.
Ésta es la primera contribución a la literatura que estudia, en condiciones de campo y para tres variedades de vid, la distinta composición de la uva entre dos cosechas de uva, la primaria y la secundaria
Fernando Martínez de Toda es un profesional con larga trayectoria en viticultura y también es autor de varios libros, entre ellos «Técnicas vitícolas frente al cambio climático».
Quienes quieran consultar más información y leer el artículo completo (en inglés) descargar PDF: AQUÍ
Fuente: Tecnovino