El ideólogo y factótum del congreso Wine Future -uno de los más convocantes del planeta para la industria vitivinícola, que este año 2021 tendrá su tercera edición en formato virtual- es no sólo una personalidad sino también un personaje que conviene no encuadrar en ninguna categoría para no perder de vista su verdadera dimensión. Fue tenista olímpico por Chile, su país de origen. Viajó del Ártico al África y al Caribe estudiando los efectos del cambio climático sobre los corales, los tiburones y el vino. Tiene línea directa con Barack Obama, Sting, Francis Ford Coppola, Pau Roca y otros gigantes del mundo contemporáneo. Ahora, radicado en España, desde su empresa Chrand y junto a su socio David Furer, ajusta las piezas del encuentro del 23 al 26 febrero que analizará el futuro del vino, del cual Enolife participa como medio de difusión asociado.
Entrevista: Lorena Mellone y Pedro Straniero
(info@enolife.com.ar)
Pancho Campo (59) se construyó a sí mismo a partir de una curiosidad sin techo por entender y mejorar el mundo real para que se pareciese al de sus sueños. Y a ello le sumó la disciplina y la ética que experimentó desde muy joven en el mundo del deporte, donde se destacó como tenista profesional.
Un día, con tanta inteligencia como constancia, fundó su empresa Chrand y se dedicó a juntar voluntades para solucionar los problemas más acuciantes que afectan al medio ambiente y a la vitivinicultura, una de sus pasiones.
Desde que en 2006 se le «ocurrió» organizar un congreso para estudiar los efectos de lo que entonces se llamaba «calentamiento global» sobre las vides y el vino, hasta este presente signado por el covid-19 y la virtualidad, decenas de líderes internacionales acudieron a sus citas y aportaron «inspiración para superar retos y evolucionar».
Aquí lo tenemos, en una entrevista exclusiva para Enolife, a menos de un mes para la próxima reunión internacional bajo su conducción, este año dedicada a evaluar y proponer respuestas ante múltiples desafíos que enfrenta la industria vinícola global, tales como el obstáculo del coronavirus, la sequía y las desigualdades sistémicas.
-Has sido pionero en estudiar la relación entre cambio climático y vino. ¿Cómo, cuándo y por qué surge en vos esa inquietud?
-Siempre he tenido un gran interés por el medio ambiente y desde hace muchos años por el cambio climático, al que a principios de siglo le llamaban calentamiento global. Ello me ha llevado a visitar el Círculo Polar Ártico y a conocer la tribu de los Sami para ver cómo les afecta el cambio climático. También estuve en Islandia viendo el deshielo de los glaciares, en el Caribe estudiando el impacto del cambio de temperaturas sobre las barreras de coral y en Bahamas con tiburones, en Sudáfrica entendiendo las sequías y en docenas de regiones vinícolas del mundo. En el año 2006 se me ocurrió organizar un congreso para estudiar específicamente los impactos del cambio climático en la industria vitivinícola mundial.
-¿Cómo influyeron en tu personalidad y tus actividades el entrenamiento como tenista de élite y los viajes por el mundo que realizaste?
-El intentar ser un deportista de élite y el haber sido entrenador de jugadores profesionales de tenis me dio una visión de la vida muy diferente. Te das cuenta de que para poder tener éxito y ganar tienes que trabajar muy duro, con constancia y con mucha disciplina. Estos valores, característicos de la gran mayoría de los deportistas de élite, resultan muy útiles en la vida empresarial. Si nuestros líderes políticos tuviesen la disciplina y la ética del deporte nuestro mundo sería mucho mejor. Con respecto a los viajes, siempre he considerado esto un gran proceso educativo, por eso a mis hijos los he llevado conmigo a la mayoría de mis viajes y aventuras. Hasta que llegó la pandemia, cada año hacíamos un gran viaje y dos o tres pequeños al año, en los cuales no solamente lo pasábamos bien sino que también había una parte educativa y cultural.
Si nuestros líderes políticos tuviesen la disciplina y la ética del deporte nuestro mundo sería mucho mejor».
Pancho Campo
-Tu pasión por el vino parece sólo comparable a tu entusiasmo por vincular a los protagonistas de la industria en tantos congresos y debates que organizaste. ¿Qué motiva esa vocación de buscar acuerdos y soluciones para los problemas del sector?
-Aparte del deporte, mi gran pasión siempre ha sido el vino y cuando decidí crear una división dedicada a esta industria en mi empresa lo hicimos con el ánimo de aportar lo que nosotros sabemos sobre organizar grandes eventos, en los que se reúnan personalidades importantes del sector pero también líderes internacionales. El objetivo de nuestras cumbres y congresos siempre ha sido el analizar los retos a los que se enfrenta un sector para aportar las soluciones más adecuadas e inspiración para superar dichos retos y así poder evolucionar.
-¿Qué cambió en el mundo del vino desde la Wine Future Hong Kong 2011 a la Wine Future virtual 2021 que se viene? ¿Por qué pasaron 10 años entre una y otra?
-Wine Future nació en el 2009 como una respuesta a la crisis económica que también estaba impactando al vino. En 2011 continuamos analizando los problemas económicos de la industria y también la evolución que había en esa época hacia los mercados asiáticos. Dejamos pasar estos años porque el mundo entró en una fase de crecimiento y no había grandes problemas. Decidimos volver a centrarnos en la crisis climática que se había descuidado por culpa de la recesión económica y fue en ese período cuando organizamos las cumbres con el presidente Obama o el vicepresidente Al Gore.
A finales del 2019 empezamos a ver que serios problemas nuevamente volvían a afectar el sector del vino, aparte de la crisis climática, como podrían ser los aranceles establecidos por Trump, la bajada del consumo en muchos países y así hasta que llegó la pandemia que fue el revulsivo que nos convenció de que había que revitalizar WineFuture.
-El covid-19 complicó todo, el consumo de vino en el canal Horeca, el comercio internacional, incluso las cosechas. Pero en muchos países, entre ellos Argentina, en el 2020 se bebió más vino que en los últimos 10 años… ¿Cuáles han sido las ventajas de quedarse encerrados y realizar casi todas las operaciones online?
-La pandemia ha tenido impactos en absolutamente todos los rincones del planeta, incluidos la Antártida y el Ártico, así como en todos los sectores y áreas de nuestra sociedad. Pero de toda crisis hemos de aprender y buscar oportunidades.
La pandemia que estamos viviendo y a la cual todavía le queda casi un año de muchas dificultades nos ha mostrado que existía un mundo de comunicación virtual no explorado hasta el momento. El sector del vino ha descubierto por fin que las ventas online son tan buenas como en persona, que se pueden llevar a cabo catas y eventos a través de plataformas como Zoom y por fin las redes sociales y el márketing digital han entrado en la industria vinícola.
Efectivamente, el consumo en el hogar subió considerablemente, sobre todo durante los períodos de confinamiento, pero si hacemos un balance nos daremos cuenta de que las pérdidas y la baja de consumo en el canal Horeca difícilmente pueden ser compensadas por ese consumo hogareño.
-¿Cuál es el futuro del vino y para qué servirá la Wine Future virtual 2021?
-Hoy en día es bastante complicado predecir el futuro en cualquier industria, porque ni siquiera los científicos saben cómo va a evolucionar el virus. Lo que sí podemos saber con certeza es que el mundo virtual ha venido para quedarse y las catas, ferias y eventos que se hacían de forma presencial evolucionarán al mundo virtual primero y eventualmente serán de forma híbrida.
Es evidente que el futuro pasa por una industria más sostenible y con un sector del vino que luche más activamente contra el cambio climático».
Pancho Campo
La forma de comunicar el vino, que necesitaba un replanteamiento drástico, ahora es más factible que utilice los canales digitales tan valorados por los consumidores más jóvenes. También creo que es evidente que el futuro pasa por una industria más sostenible y que el sector del vino luche más activamente contra el cambio climático.
-Si tuvieras que destacar una región vitivinícola del planeta por su responsabilidad y comportamiento sustentable, ¿cuál elegirías?
-Definitivamente hay países que se han puesto a la cabeza en la protección del medio ambiente, en proteger la biodiversidad y en la lucha para mitigar y adaptarse al cambio climático. Nueva Zelanda para mí estaría a la cabeza, junto a otras regiones como pueden ser Sudáfrica, Napa Valley, Chile o Champagne.
-En su plan estratégico 2020-2024 la OIV propone como puntos esenciales la digitalización y la sustentabilidad. ¿Creés que la industria vitivinícola está preparada para implementar esos fuertes cambios en el corto plazo?
-La industria vitivinícola hasta ahora ha sido muy lenta en adoptar nuevas estrategias de márketing, especialmente el digital, y más lentos todavía en la utilización de redes sociales. No obstante, te recuerdo que fue el sector del vino el primero que organizó una cumbre mundial sobre los impactos del cambio climático en una industria específica. Esa fue la conferencia que organizamos con mi empresa en 2006, a la que asistieron el vicepresidente Al Gore o Kofi Annan en ediciones posteriores. El sector vinícola suele tardar en adoptar nuevas tecnologías fuera de la bodega y el viñedo pero cuando lo hace se nota.
-¿Cuánto tiempo le puede llevar a la industria vitivinícola bajar sustancialmente los niveles de emisión del contaminante CO2?
-Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no sólo de CO2, tiene que ser una de las prioridades de la industria vitivinícola. Me consta que se están haciendo grandes esfuerzos a este nivel en la mayoría de las regiones vinícolas importantes del planeta. Ahora que Estados Unidos ha vuelto al acuerdo de París, si la industria vinícola sigue sus recomendaciones creo que volveremos todos al buen camino. Personalmente creo que ese acuerdo de París es bueno pero demasiado optimista y con el impacto de la pandemia y el impasse de los casi cuatro años que Estados Unidos se salió del acuerdo obligan a tener que revisarlo cuidadosamente.
-En la Wine Future 2021 participarán disertantes, periodistas, bodegueros, enólogos, médicos y biólogos de más de 60 países. ¿Cómo fue la elección?
-Este programa lo hemos trabajado muy cuidadosamente con mi socio para esta edición que es el periodista David Furer. Ha sido precisamente él quien ha tomado la responsabilidad de coordinar el programa y los más de 80 conferenciantes. Cuando empezamos a diseñar dicho programa, por allá por el mes de junio del 2020, lo primero que hicimos fue elegir los 12 a 15 temas más preocupantes e inmediatos para la industria vinícola mundial. Hicimos un estudio muy cuidadoso con expertos de todo el mundo para identificar esos temas. Una vez que tuvimos la lista terminada nos hemos pasado todos estos meses buscando a quienes serían los profesionales a nivel mundial que mejor podrían hablar de dicha temática ofreciendo una experiencia contrastable pero sobre todo aportando soluciones e inspiración.
-Luego de la Wine Future 2021, ¿se viene la 2022 presencial?
– Efectivamente, esa es la gran pregunta que nos hacemos ¿como dar continuidad a Wine Future?
Por ahora, nos hemos propuesto lo siguiente: en primer lugar crear una fundación que organice seminarios, cursos de formación en los mismos campos analizados en nuestras conferencias, que ayude a ONGs como las que estamos intentando ayudar en esta edición y que sirva como una plataforma para compartir soluciones, casos de éxito e información de interés. Y, por supuesto, que sea responsable de la organización de futuras ediciones de este congreso.
Todavía nos quedan meses de sufrimiento y casi un año hasta que la vacuna alcance lo que se conoce como inmunidad de rebaño».
Pancho Campo
Personalmente creo que en 2022 se podrá hacer una edición híbrida de este congreso pero hacia finales del año porque todavía nos quedan meses de sufrimiento y casi un año hasta que la vacuna alcance lo que se conoce como inmunidad de rebaño.
-Los congresos presenciales tienen la ventaja de contactar personalmente a clientes, importadores, exportadores, directivos y gobernantes con poder de decisión. ¿Qué cambia en este aspecto en la reunión virtual? ¿Cómo se sustituye con igual efecto esa relación directa en el formato virtual?
-Efectivamente el gran problema de los eventos virtuales es la falta de contacto personal y la ausencia de networking. No obstante, hay muchas ventajas ya que permite la democratización de los eventos. Los congresos virtuales no necesitan sede, equipos audiovisuales, pagar por viajes y alojamiento, organizar cenas, comidas y coffee breaks, etcétera. Eso hace que los gastos se reduzcan considerablemente y que podamos cobrar unas matrículas muy baratas. Todo ello permite hoy en día que asistan delegados de cualquier parte del mundo, quienes quizás jamás se imaginaron que podrían asistir a eventos de tanta magnitud.
La tecnología virtual ha evolucionado tan rápidamente desde que empezó la pandemia que ya hay eventos en los que sí hemos logrado que haya networking y reuniones privadas. No es lo mismo que estar de forma presencial pero por lo menos nos permite seguir adelante hasta que superemos esta difícil situación.
-Volviendo sobre tu historia personal, contanos como nació tu empresa Chrand ¿Qué servicios brinda además de la organización de eventos y congresos?
-Cuando decidí retirarme del tenis profesional lo hice para crear una agencia de organización de eventos. Al principio organizamos sólo exhibiciones y eventos de tenis pero eventualmente lo hicimos en otros deportes, creamos una división de conciertos, desarrollamos la academia del vino y en los últimos 15 años nos hemos centrado en temas de medio ambiente y cambio climático.
El nombre Chrand viene de las tres primeras letras de los nombres de mis hijos, Christian y Andrea.
-Vemos fotos tuyas con personalidades del mundo contemporáneo como Barack Obama, Al Gore, Kofi Annan, Pau Roca, Sting, Francis Ford Coppola, Antonio Banderas, presidentes, artistas de Hollywood… ¿Cuál de todos ellos te pareció el personaje más fascinante? ¿Y cuál el más influyente?
-Es verdad que he tenido el honor de trabajar con grandes personalidades, líderes mundiales, empresarios de renombre, artistas de leyenda y deportistas muy famosos. Siempre que organizo mis eventos hago hincapié en conocer personalmente a todas estas celebridades y pasar tiempo hablando con ellas para intentar aprender de ellos.
Quizás quienes más me han impresionado han sido el tenista Andre Agassi, el presidente Barack Obama, el secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan y el cantante Sting. Casi todos ellos son muy influyentes en sus respectivos sectores pero creo que el personaje que más impacto ha tenido a nivel mundial, en todos las industrias, por su significado histórico, así como por su alcance internacional y por las aceptación que sigue teniendo por gente de todas las edades, ha sido Barack Obama.
-Para terminar, la pregunta clave: ¿Cuánto vino tomás por día?
-Me encanta el vino y disfruto muchísimo probando botellas de diferentes uvas, regiones y estilos. Durante el confinamiento mi esposa y yo bebimos casi un tercio de mi bodega pero ahora mismo me tengo que controlar porque sufro de un síndrome metabólico que me obliga a seguir una dieta muy estricta, pero los fines de semana no perdono.