El presidente de Vivero Mercier Argentina y también CEO de Mercier Group a nivel global visita Mendoza, donde la empresa tiene viñedos, plantas de producción y bodega experimental. En esta entrevista, Mercier, integrante de una cuarta generación familiar de viveristas franceses, reflexiona sobre el rol del vivero como primer eslabón para la sostenibilidad de la vitivinicultura, pero no elude temas como la crisis del consumo de vino, las nuevas tendencias de los jóvenes bebedores y las estrategias para enfrentar el aumento de la temperatura global por el cambio climático desde el mejoramiento y adaptación de las vides.
Miguel Mercier es el presidente de Vivero Mercier Argentina y por estos días se encuentra en el país visitando la filial en Mendoza de Mercier Group, una empresa líder en la producción de plantas de vid, que cuenta con más de 130 años de trayectoria a nivel global y tiene presencia comercial en 35 países.
La visión de Miguel Mercier sobre el vivero en Argentina es positiva, y en este sentido señala: “Hemos podido soportar bien la crisis económica y también la del Covid, manteniendo esfuerzos de inversión, posicionándonos cada vez con más fuerza a nivel productivo, con un equipo que tiene alto nivel de formación, que responde con efectividad a las necesidades de los clientes y estamos felices con esta realidad”.
Para Mercier, el crecimiento de la empresa sólo es posible desde la mirada de la innovación y la sostenibilidad. “El crecimiento orgánico tiene que ser sostenible, desde el punto de vista económico, social y ambiental, no buscamos la rapidez del crecimiento, sino la solidez, crecer con bases fuertes y de allí parten nuestros protocolos productivos, entre los que se destaca la adhesión de Mercier Argentina al programa de certificación de plantas con sostenibilidad, que promueve Bodegas de Argentina”, agrega el presidente del vivero.
Invertir e innovar en respuesta a las nuevas tendencias
Al consultarle a Mercier sobre las tendencias en el consumo de vinos, tanto sobre la caída como los cambios en los hábitos de los consumidores, responde: “Creo que es la conjunción de dos factores: uno estructural y otro más coyuntural. Lo que está pasando en el mundo, por las guerras, hace decrecer la confianza global y eso no favorece el consumo del vino. Y, por otro lado, hay un tema más estructural que no es nuevo, que es la baja del consumo por parte de los jóvenes, que nos obliga a invertir e innovar para captarlos como consumidores cuando lleguen a la etapa adulta”.
Antes los vinos con alto alcohol eran sinónimo de calidad, hoy el consumidor nuevo está buscando bebidas con menos alcohol. Me parece que la cerveza ha abierto camino y el vino tiene que poder ofrecer alternativas con menor graduación alcohólica y al mismo tiempo, que sean opciones más frescas, más gustosas, para beber en toda ocasión”.
Miguel Mercier, presidente de Mercier Argentina y líder a nivel global del Mercier Group
Desde el sector viverista, hay plena conciencia de esta búsqueda por parte del consumidor y se procura dar respuesta, a partir de variedades que desarrollen menos alcohol y mantengan mejor la acidez.
En este sentido, los vinos blancos resisten mejor la caída del consumo. Según Miguel Mercier hay dos razones: “Por un lado, los vinos espumantes siguen creciendo y luego, los vinos blancos son más aptos para distintas ocasiones de consumo”.
Respecto de las variedades blancas mejor posicionadas, el presidente de Vivero Mercier asegura que siguen siendo Chardonnay y Sauvignon Blanc: “Chardonnay, porque es una variedad clave en la realización de espumantes de primera calidad y también porque tiene bastante plasticidad para adaptarse a varios climas. En cuanto al Sauvignon Blanc, es un cepaje muy fresco, con aromas finos, que le gusta mucho al consumidor. Para cultivar esta variedad hay que buscar lugares frescos para mantener la calidad de los vinos, ya que no se puede plantar en todas las zonas”.
Complementariamente, Miguel Mercier opina que conseguir vinos más frescos depende de varios factores, entre los que señala la búsqueda de variedades como Albariño y Garnacha Blanca, que son más aptas para resistir al sol y tienen capacidad para mantener la frescura y los aromas. Además, agrega que es muy importante realizar un trabajo con los viticultores, para conocer los suelos, las orientaciones, los portainjertos y otras claves que contribuyan a controlar un poco mejor la subida de azúcar y mantener la acidez hasta el final de la maduración de las uvas.
Sobre el cambio climático
Teniendo en cuenta que el calentamiento global es una realidad instalada, el Grupo Mercier trabaja desde la genética para anticiparse a las consecuencias de este fenómeno.
“En Argentina -comenta Miguel-, Mercier realizó un trabajo concreto que fue la caracterización genética del Malbec que ha permitido entender mejor a la planta y ubicar el genoma que pueden resistir y brindar una mejor respuesta de la planta como, por ejemplo, la rapidez para cerrar los estomas de las hojas y que así la planta pierda menos agua y la reserve”.
En Europa, la empresa está haciendo inversiones muy fuertes en tecnología new breeding, a fin de dar una respuesta futura más poderosa.
Proyecciones y cifras
“Hoy Mercier Argentina, después de 25 años de presencia en el país, se posiciona como el líder con más del 60% del mercado de las plantas injertadas. El nivel de producción supera los 2 millones y hasta 2,5 millones de plantas injertadas y la proyección para los próximos 3 años es aumentar la capacidad en un millón de plantas, todas de la categoría certificadas. Queremos ampliar nuestra oferta y que sea de calidad superior”, concluye Miguel Mercier.