Tras recientes reclamos y una reunión entre representantes de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) con funcionarios de gobierno, trascendió que desde el Estado provincial y sus organismos de crédito asociados se estudia ofrecer créditos con baja tasa a los elaboradores de vino. El objetivo es que las bodegas puedan pagar mejor el kilo de uva a los productores primarios, ya que, según cálculos de la AVM, coincidentes con los de otras asociaciones productivas, el precio a abonar por el litro de vino ha bajado de $500, como se pagó en 2025, a $400, porque, argumentan los elaboradores, todos los costos «aumentaron al doble». Así, dijeron los viticultores, «no correría peligro la cosecha 2026».
Una reciente acción de protesta de viñateros en la zona Este, nucleados mayoritariamente en la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM), con notorias manifestaciones de descontento en la ruta nacional 7 a la altura de San Martín, y también en la capital mendocina, motivada por los bajos precios del vino, puso de manifiesto una crisis que, según dijeron «amenaza la vendimia 2026». Al cabo de la manifestación, los productores primarios se reunieron con funcionarios de gobierno, y luego trascendió, aunque no hubo un comunicado oficial del gobierno, que el Estado provincial estudia ofrecer asistencia financiera a las bodegas con el objetivo de que puedan mejorar los pagos a los productores y reactivar la comercialización interna y las exportaciones.
En la reunión se planteó que, según los cálculos de AVM, la falta de liquidez es el principal problema: se necesita financiación para enfrentar el aumentos de los costos de energía y de cosecha, que se habrían duplicaron respecto al año pasado. También señalaron los viñateros que «el precio del vino tinto cayó de $500 a $400 por litro».
La crisis es alarmante. A los costos de energía y cosecha que subieron 100% se suman el corte de la cadena de pagos. Y un vino tinto se paga a $400 por litro contra $500 del año pasado«
MATÍAS MANZANARES, de la Asociación de Viñateros de Mendoza.
El costo de la cosecha es uno de los más altos entre todos los del sector vitivinícola. Tras la reciente actualización paritaria, que estableció un aumento del 9,9% para trabajadores de viña y del 12% para personal de bodega hasta febrero de 2026, bodegas y productores esperan que el crédito gubernamental aporte alivio financiero.

Desde el punto de vista de las bodegas, la sensible baja en las ventas de vino obstaculiza la chance de pagar más a los productores primarios, quienes no tienen otra que defender a rajatabla el valor el kilo de uva, porque está en juego su supervivencia. A esta situación se agrega que hay un considerable stock de vino en las cámaras y tanques de las bodegas, que según el Banco de Vinos ya llega a 7 meses.
Paralelamente, se estima que el 60% del vino sin despachar está en manos de terceros, y esos stocks deberían reducirse con ventas en el mercado interno y exportaciones para recuperar rentabilidad.
Ante ello, los créditos resultan imprescindibles, y a una tasa de priviletio, porque las tasas vigentes superan el 40% anual, lo que los hace inviable para muchas bodegas. Por eso, desde el sector se propuso adelantar líneas de crédito destinadas a cosecha y acarreo, que habitualmente entrarían en vigencia recién en febrero, como medida extraordinaria para garantizar la continuidad hasta la próxima vendimia.











