El 30 de noviembre de 2020, la Organización Mundial del EnoTurismo (OMET) presentó el circuito Ruta Ibérica del Enoturismo, que podrá disfrutarse este año cuando, según se espera, concluya el confinamiento por el covid. Esta red de bodegas, viñedos y sitios patrimoniales serpentea a lo largo de la frontera hispanolusa, desde la desembocadura del río Miño hasta la del Guadiana.
En la misma línea de acción, la OMET en conjunto con el Improtur (Ministerio de Turismo de Argentina) y el Sernatur (Ministerio de Turismo de Chile) lanzaron la Ruta del Vino más Larga del Mundo (1.280 km), que conecta la zona de Coquimbo (Chile) con la provincia argentina de Santiago del Estero (Argentina), atravesando la cordillera de los Andes y pasando por zonas vitivinícolas no tradicionales de ambos países, como La Serena, San Juan, La Rioja Córdoba y Tucumán.
La puesta en marcha de la Ruta Ibérica del Enoturismo es fruto de un convenio entre la Asociación Española de Enoturismo (AEE) y la Asociación Portuguesa de Enoturismo (Apeno) y conducirá a la realización de varias iniciativas compartidas para la creación y promoción de productos enoturísticos conjuntos. Además, esta alianza tiene entre sus objetivos poner en marcha las infraestructuras de comunicación necesarias, tanto en conectividad como en señalética, por lo que se instará a las administraciones públicas de ambos países a realizar estas obras.
Esta ruta enoturística se convertirá en la más larga de la Unión Europea, con el fin de potenciar y destacar la riqueza patrimonial, histórico, arte y enogastronomía.
Según la presidenta de Apeno, Maria João de Almeida, era inevitable que España y Portugal aunaran fuerzas. “Dos países históricamente unidos y hermanados por la geografía, la hospitalidad de su gente y su patrimonio material e inmaterial”, señaló la dirigente.
La creación de esta nueva ruta del vino es una iniciativa de la OMET, que dotará de todas las herramientas para su éxito en los mercados, y es fruto del hermanamiento binacional en materia enoturística entre España y Portugal.
La Ruta Ibérica del Enoturismo serpentea a través de toda la frontera hispanolusa (La Raya-A Raia), desde la desembocadura del río Minho hasta la del río Guadiana, con un recorrido total de 1.215 kilómetros.
José Antonio Vidal, el presidente fundador CEO de AEE y de la Organización Mundial del Enoturismo (OMET) aseguró que la región cuenta con «la materia prima necesaria para la creación de oferta de calidad» y adelantó que «desde la Organización Mundial del EnoTurismo instaremos a las administraciones públicas de ambos países a realizar las obras de mejoras necesarias, tanto en lo que a infraestructuras de comunicación se refiere (conectividad), como a la señalética, en los destinos que incluirá la Ruta Ibérica del Enoturismo.»
«La coopetitividad será más esencial que nunca durante y después de la pandemia. Los empresarios y los actores del sector público estamos obligados a ser solidarios entre nosotros y con la comunidad, cooperando en acciones que aporten desarrollo socioeconómico a los destinos y sus residentes, como satisfacción a los consumidores».
José Antonio Vidal, presidente de la OMET
Al convenio AEE-APENO se suman los apoyos de las Academias de Gastronomía y Asociaciones de Restauradores (Facyre y Ahresp) españolas y portuguesas.
La gastronomía se ha convertido en un motor socioeconómico, que no sólo atrae a un creciente segmento gourmet, sino que enriquece la percepción del destino por parte de turistas nacionales e internacionales.
Toda propuesta enoturística -en bodega y en destinos- debe incorporar la fundamental armonía del vino con la comida, coinciden Rafael Ansón (presidente de Honor de las Academias Internacional, Iberoamericana y Española de Gastronomía), José Bento (presidente de Honor de la Academia Portuguesa de Gastronomía), Pepa Muñoz (presidenta de Facyre , Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España-) y Paulo Mendonça (vicepresidente de Ahresp, Asociación de Hostelería, Restauración y Similares de Portugal).
Fuentes: Tecnovino, Tur43.es y expreso.info