Como cada año desde hace una década, la empresa de origen europeo fabricante de herramientas Bahco, organiza, en distintas fincas de la Mendoza, el país y América Latina, el «Concurso de Poda Profesional en Vid». La competencia, que premia al podador más hábil y veloz con la «Tijera del Campeón», ya se ha convertido en un clásico de esta época de trabajos en la viña. Pero este año, como no se puede andar juntando gente en las hileras, los concursantes sólo tienen que mandar su mejor foto. Aquél que, a criterio de los jurados, muestre la mejor actitud al podar, recibirá el galardón y un set de herramientas de yapa. Pero lo más importante: por cada participante, Bahco aportará un alimento no perecedero para personas carenciadas a las que asiste la fundación solidaria internacional «Techo».
En cada edición, el certamen reúne a los mejores profesionales argentinos del arte de podar y, desde 2019, de distintos países de América Latina. Los podadore, en la competencia presencial, tienen 30 minutos para demostrar sus habilidades en una finca ante un jurado especializado que evalúa la velocidad y calidad de los cortes realizados. Para poder seguir honrando este milenario, noble y fundamental oficio, este año se decidió dar continuidad al concurso en formato virtual, invitando a los participantes a compartir en las redes sociales el arte de podar a través de una imagen. Además de los productos como premio, por cada participante se donará un alimento a la organización Techo.
La idea es subir una foto podando a Facebook o Instagram mencionando a @bahcoargentina con el hashtag #podamosconbahco y así, el usuario participa por la tijera del campeón. Hay tiempo hasta el 15 de setiembre para mandar las fotos.
El concurso de «Poda Profesional en Vid» cuenta con el apoyo del Ente Mendoza Turismo, ya que se busca darles la oportunidad a mendocinos y turistas de aprender en forma directa los rudimentos de la técnica milenaria de la poda.
La importancia de la poda de la vid
La poda es un oficio milenario y esencial que se realiza antes de que la planta despierte de su letargo invernal. Consiste en reducir la parte vegetativa a fin de controlar su forma y limitar su crecimiento natural, y como resultado ésta permite acceder de un modo sencillo a sus frutos, mejorando drásticamente la calidad de sus uvas. La importancia de esta práctica reside en que la misma no sólo condiciona la futura vendimia sino también las subsiguientes, y a largo plazo el desarrollo de la misma cepa.
Fuente: Gobierno de Mendoza