Las bodegas de la comarca de Jerez, al sur de España, tienen su propia raza de perros, el Ratonero Bodeguero Andaluz, protector histórico de sus vinos y reconocido como «Patrimonio Cultural e Inmaterial» de Jerez de la Frontera (Cádiz) en 2020. Y en 2023, ese reconocimiento se convirtió en internacional. Su nombre se debe a la habilidad que tiene para controlar los roedores de las naves bodegueras. Genéticamente, estos canes proceden de Terriers de origen inglés, a los que trajeron a esta zona los comerciantes vitivinícolas durante los siglos XVIII y XIX y luego cruzaron con perros locales, dando lugar a una raza adaptada a las necesidades específicas del entorno vitivinícola.
El simpático perrito de raza Ratonero Bodeguero Andaluz debe su nombre a su función principal de cazar roedores en las bodegas de vino, donde se convirtieron en aliados indispensables para mantener los almacenes libres de plagas.
La base morfológica con la que el Bodeguero llegó al siglo XX guardaba una estrecha relación con el Fox Terrier. Se mantuvo la peculiaridad del manto con predominancia en color blanco debido precisamente a su funcionalidad. Los roedores aumentan su actividad durante la noche, y se solían encontrar en los lugares menos iluminados, como bodegas, pajares, graneros, almacenes, y un perro blanco es más fácilmente reconocido en lugares con escasa luz.



La raza está oficialmente reconocida por la Real Sociedad Canina de España y por el Ministerio de Agricultura, siendo presentados los primeros estatutos de la Asociación Nacional del Perro Ratonero Bodeguero Andaluz (Anpra) ante el Ministerio del Interior en 1983. Desde entonces, esta raza ha ido ganando presencia no sólo como perro de trabajo, sino también como animal de compañía. El Ratonero Bodeguero Andaluz ha recibido varios reconocimientos, incluyendo el reconocimiento como la 14ª raza española por la Federación Cinológica Internacional (FCI).
El camino hacia la oficialización del ratonero bodeguero andaluz ha sido extenso y riguroso. La FCI exige que una raza cumpla con una serie de estrictos requisitos, entre ellos, el registro de al menos cinco generaciones a lo largo de 10 años antes de ser considerada para un reconocimiento provisional. Sólo tras cumplir con estos y otros criterios se presenta la propuesta definitiva para su aprobación ante la Asamblea General de la FCI.
En el 2020, el Ayuntamiento de Jerez declaró a la raza Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad, convirtiéndose en la primera raza nativa española en alcanzar este estatus.
Al día de hoy, el Ratonero Bodeguero Andaluz ya no cumple su antigua función en las bodegas del Marco, al menos no de forma generalizada. Sin embargo, sigue siendo una raza muy valorada por su temperamento, su fidelidad y su gran inteligencia. Su carácter activo y curioso lo convierte en un compañero ideal para familias, especialmente en entornos rurales o semiurbanos donde pueda ejercitarse con regularidad.
Enérgicos, valientes y muy inteligentes
El Ratonero Bodeguero Andaluz es un perro inquieto e inteligente, con una constante atención a cualquier ruido o movimiento que se ocasione. Se trata de una raza de perro siempre dispuesta a realizar su labor de caza, ya sea ante roedores, alimañas, conejos, etcétera. Le «pega a todos los palos» gracias a su tenacidad y afán por el trabajo. Aprende a un ritmo muy alto cualquier función. Trabaja muy bien en equipo, y respeta la jerarquía del líder. Una raza muy completa y agradecida con las personas de su entorno, en especial con los más pequeños de la casa. Capaz de adaptarse a cualquier ambiente, temperatura o trabajo.
El carácter valiente, incansable y con una predisposición enorme a la caza de pequeños animales les llevó a posicionarse como una herramienta valiosísima para el control de las plagas de roedores y conejos con los que se lidiaba en la época.
Su talla se sitúa entre 37 y 43 centímetros de altura a la cruz en los machos, y un ideal marcado en 40 centímetros, algo menor en las hembras, más pequeñas, con una altura de entre 35 y 41 centímetros, encontrando el ideal en 38. En cuanto a la longitud de estos perros, el estándar lo describe como tendente al cuadrado (alzada a la cruz equivalente a la longitud), aunque el estándar admite hembras más elongadas. Su peso ronda los 7 y 9 kilos. Es una raza longeva, con una esperanza de vida que oscila entre los 12 y 15 años.


Tiene una cabeza de tamaño mediano y forma triangular, con un cráneo plano y un hocico alargado. Sus ojos son pequeños, de color oscuro y expresivos, mientras que sus orejas son triangulares y erectas, aunque algunos ejemplares pueden tenerlas semierguidas. Esta conformación física le otorga unas características muy valoradas en la actividad cinegética, sobre todo si hablamos de rapidez y agilidad, lo que le permite alcanzar a diente a su presa.
El pelaje del perro bodeguero es corto, liso y muy apretado al cuerpo, lo que facilita su mantenimiento y cuidado. Generalmente, presentan un color blanco predominante con manchas negras o marrones en la cabeza y a veces en el cuerpo. Esta combinación de colores, junto con su pelaje brillante, les da un aspecto limpio y elegante. La textura del pelo es fina y, al ser tan corto, no suele enredarse ni requerir cortes frecuentes.
Una constante en el carácter de la raza que destacan los criadores y apasionados del bodeguero es su capacidad de trabajo en equipo. Forma un compenetrado grupo con otros ejemplares, ya sea de la misma raza o de otra distinta, para conseguir una gran eficacia en la caza.
Fuentes: www.club-caza.com – Vinetur y www.tqel.es y www.20minutos.es
















