Según un artículo reciente de los autores Anderson y Puga, que compila y actualiza una base de datos de la vitivinicultura australiana -de libre acceso en la web del Wine Economics Research Centre de la Universidad de Adelaida-, a fines de la década de 1980, impulsados por el aumento del precio de la uva, muchos viticultores comenzaron a plantar más viñedos. Luego de un período de crecimiento, desde 2020, por las limitaciones y altos derechos de exportación impuestos por China, principal mercado de los vinos australianos, el rédito por las ventas al exterior no acompañó al aumento del área de cultivo, causando un desequilibrio en ese mercado.
Este artículo resume y pone al día un artículo publicado originalmente por los autores Anderson and Puga (2023). El objetivo de esta nota es resumir observaciones clave de una base de datos anual, recientemente compilada y puesta al día, de la producción australiana de vinos y uvas para vinos. Esta base de datos, con sus 189 tablas, es de libre acceso vía el sitio web del Wine Economics Research Centre de la Universidad de Adelaida.
La industria vitivinícola australiana ha conocido cuatro ciclos y se encuentra ahora en su quinto ciclo. El período actual comenzó a fines de la década de 1980, con el crecimiento rápido de las áreas de cultivo de uvas para vino desde principios de los ’90, en lo que fue una reacción a los precios crecientes de las uvas (Figura 1).
Sin embargo, las bodegas apenas lograron expandir los mercados de exportación lo suficientemente rápido, y los precios de exportación comenzaron a caer, también por la impresionante apreciación del AUD en los 2000s gracias al veloz crecimiento de las exportaciones minerales a China. Esto condujo a un declive retardado y sólo modesto del área desde el 2008 al 2015, antes de que se alcanzara una meseta a medida que los precios comenzaron a elevarse nuevamente. Pero en el 2020, China impuso tarifas masivas a las importaciones de vino australiano y su mercado se redujo, lo que bajó nuevamente los precios (especialmente para los tintos).
A pesar de haber más de 180 variedades de uvas de vino cultivadas actualmente en Australia, la mayoría de la superficie del país está plantada con unas pocas variedades francesas clave. Solo 9 variedades poseen un área mayor al 1 %: syrah (30 %), cabernet sauvignon (18 %), chardonnay (15 %), merlot (6 %), sauvignon blanc y pinot noir (4 % cada una), pinot gris y semillón (3 % cada una), y riesling (2 %). Juntas, estas nueve variedades constituyen el 86 % de las áreas de viñedos de Australia en el 2023.
Esta concentración de variedades francesas no siempre ha sido el caso (Figura 2). En los 1950s e inicios de 1960s, la proporción de origen español era de más del 40 % mientras que aquella de origen francés no superaba a la griega, un poco por debajo del 20 %, seguida por la turca con cerca del 10 %. Pero la proporción de algunas variedades tales como la garnacha tinta de España y la sultaniye de Turquía se ha reducido enormemente. Al mismo tiempo, la proporción de ciertas variedades francesas ha aumentado tanto que ahora más del 90 % del área vitivinícola de Australia se encuentra plantada con variedades francesas.
Este grado de concentración se hace también evidente cuando se observa el índice de concentración varietal. El 2001, este era de 12 %, lo que significa que si dos parcelas de viñedos eran aleatoriamente seleccionas en Australia el 2001, había un 12 % de probabilidad de que estas compartieran la misma variedad. Para el 2023, el índice de concentración varietal aumento al 16 %. Esto es, la mezcla de variedades de uva se ha vuelto un tercio más concentrada a lo largo de las dos últimas décadas. Otro índice, conocido como el índice de similitud varietal, muestra que durante el mismo periodo en Australia la mezcla de variedades de uva se volvió más similar a la del mundo entero (y a Francia).
Además de estar concentrada en unas pocas variedades de uva, la industria vinícola de Australia se encuentra también concentrada en unas pocas regiones. Mientras que hay más de 60 regiones vinícolas en Australia, a menudo hasta dos tercios del vino es producido en solo tres regiones calurosas irrigadas mayores. Con tal proporción de la producción de uvas para vino ocurriendo en regiones cálidas, solo un poco más de un tercio del área de viñedos posee una temperatura óptima para el periodo vegetativo que permite producir vinos de alta calidad (basado en investigaciones por Jones, 2006). Para el 2050, las proyecciones del cambio climático sugieren que la proporción del área de viñedos con temperaturas óptimas durante el período vegetativo para producir vinos de alta calidad podría reducirse al 10-15 %, si el área por región y las variedades no cambian.
En el futuro, una estrategia para mantener los estilos de los vinos podría ser plantar variedades que se comporten mejor en climas más cálidos. No obstante, a pesar de la atención que portan los medios a variedades alternativas, estas representan solo una minúscula fracción del área de los viñedos en Australia. Otra estrategia para mantener los estilos de los vinos podría ser abastecerse de uvas de regiones con climas más frescos, como Tasmania. Esta región/estado goza de precios de uvas para vinos e ingresos brutos por hectárea más altos que cualquier otra región en Australia, y es la única región y estado en el cual los ingresos brutos por hectárea han presentado una tendencia creciente en los años recientes. Sin embargo, a pesar de que su área se ha triplicado en las dos últimas décadas, esta representa en la actualidad solo el 1 % del área vitivinícola de Australia.
Fuente: International Viticulture and Enology Society (IVES) Technical Reviews. Información extraída del artículo de investigación “Two Decades of Grape Variety Trends in Australian Wine Regions” (Wine and Viticulture Journal, 2023). Esta es una traducción de un artículo técnico escrito originalmente en inglés. Artículo técnico escrito originalmente en inglés. Kym Anderson, German Puga – Publicado : 8 marzo 2024.