Las cepas enviadas por el Vivero de origen francés con plantas de producción en Mendoza serán destinadas a la creación de un viñedo de la Asociación Trabajadores Unidos por la Tierra, integrada por unas 250 familias de los departamentos de Santa María y Calamuchita, en Córdoba. La viña estará emplazada en un predio donde a fines de la década de 1970 funcionó un centro de detención clandestino de la dictadura militar. La organización social cordobesa trabaja desde 2016 con huertas comunitarias y criaderos de pollos, en unas 40 unidades productivas, con el objetivo de fortalecer el arraigo rural en la zona.
La Asociación Trabajadores Unidos por la Tierra, fundada en 2016, es una organización social rural de la Economía Popular y tiene sede en la provincia argentina de Córdoba, en los departamentos de Santa María y Calamuchita.
Sus primeros emprendimientos fueron huertas comunitarias, gallineros y criaderos de pollos. Hoy, menos de 6 años después, ya cuentan con más de 40 unidades productivas con eje en el concepto de soberanía alimentaria y la producción agroecológica de verduras, huevos y carnes. Unas 250 familias de la zona integran la organización y la gestionan de manera cooperativa, con una perspectiva de creación de fuentes de trabajo digno que fortalezcan el arraigo rural.
El nuevo proyecto de la Asociación consiste en la creación de un viñedo, con el objetivo de diversificar y agregar valor a la propuesta productiva de la comunidad.
«La plantación inicial será de 750 plantas donadas por Vivero Mercier, estará a cargo de 3 grupos familiares y contará con el asesoramiento del técnico agrario y enólogo Rafael Brico, quien trabaja en viñas y bodegas de la zona hace unos 10 años», contaron referentes de la organización.
Este proyecto de cultivo de vid y producción de vinos se llevará a cabo en el predio rebautizado como Refugio Libertad, que funcionó como centro clandestino de detención durante la década del ’70. La Asociación accedió a este sitio en 2018 y armó allí 8 unidades productivas (avícola, vacuna, porcina, ovina, apicultura, horticultura, cunicultura y reciclado). El sitio es, además, sede de los talleres de formación y de las asambleas de los integrantes de la organización.
En el predio también se está montando un espacio cultural y deportivo, junto con un sitio de reconstrucción de la memoria histórica. «Buscamos regenerar un lugar que estuvo al servicio del proyecto de muerte, en una clave de reproducción y cuidado de la vida en comunidad”, comentaron desde la Asociación.
«Para Vivero Mercier es muy grato poder sumarnos a iniciativas de esta naturaleza, que incluyan a la vid y al vino como parte del desarrollo de una comunidad», aseguró Daniel Bergamín, gerente de producción de Vivero Mercier.
En 2021, y de la mano del técnico Rafael Brico, la Asociación accedió a las plantas donadas y ya se ha procedido a su implantación en el predio del Refugio Libertad.
«La idea es inscribirnos en el INV como elaboradores de vino artesanal»
El enólogo Rafael Brico, nacido en Mendoza y afincado en las sierras de Córdoba, nos contó cómo fue el acercamiento al Vivero Mercier y la filosofía del proyecto de la Asociación, del cual también participa como productor.
«Al Vivero Mercier -relata el técnico- nos acercamos por referencias de otros productores, que nos comentaron el buen rendimiento de sus plantas. Además, por afinidad con los profesionales que allí trabajan. En varios emprendimientos vitivinícolas en los que participo en Córdoba hemos sido clientes de Mercier y hemos podido constatar esa productividad de sus vides. Está bueno, como técnico, tener un contacto estrecho con ellos, que están avalados por trayectoria y prestigio.«
«Con las familias de la Asociación -explica Brico-, compartimos la filosofía del trabajo comunitario, de la integración y de poner en valor los espacios y los lugares donde vivimos. Dentro de los núcleos productivos que conformamos, dos familias venían pensando en montar una viña y bodega como unidad económica de trabajo digno, y a eso apuntamos a partir de la plantación de 750 plantas que nos dona Vivero Mercier. La idea es este año inscribirnos en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) como elaboradores de vino casero, comprar unos 2.000 kg de uva en Cruz del Eje y elaborar ese vino para que las familias se vayan poniendo a punto para el momento en que podamos disfrutar de las uvas propias.«
Finalmente, Brico describe cuál es su rol en la organización: «Mi tarea va a ser la de coordinación y seguimiento, y por supuesto ser parte del trabajo diario que implica plantar una viña y elaborar vino de manera artesanal. Me parece que todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de estudiar y tener una profesión, podemos mancomunarnos y trabajar en pos de un desarrollo económico, productivo y social».