La ingeniera agrónoma, socióloga e investigadora especialista en agroecología Karly Buch trabaja actualmente en el Proyecto MaaraTech, que integra tecnologías robóticas, inteligencia artificial y asistencia humana para aplicar en viñedos de Nueva Zelanda, de donde es oriunda. En esta entrevista realizada por periodistas de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) cuenta cómo entrenan a trabajadores para optimizar la tarea de la poda y cómo preparan el software y los equipos para que robots autónomos «puedan podar vides solos dentro de unos años».
Karly Buch es investigadora en la Universidad de Otago, en el Centro de Sostentabilidad de Dunedin, Nueva Zelanda. Tiene una maestría en agroecología de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida e Iara-Lyon, Francia (mediante el programa binacional de doble titulación Erasmus Mundus), y un Doctorado en Sociología por la Universidad de Otago.
-¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Cuáles son los efectos de la tecnología de inteligencia artificial en la agricultura y sus aplicaciones en tu investigación?
-Actualmente estoy trabajando en el Proyecto MaaraTech, un plan interdisciplinario a gran escala que integra de manera colaborativa el diseño de tecnologías robóticas y de asistencia humana con tecnologías de inteligencia artificial para aplicar en viñedos, huertos de manzanas y huertos de arándanos en Aotearoa, una región de Nueva Zelanda.
El proyecto tiene su sede en la Universidad de Auckland bajo el liderazgo del profesor Bruce MacDonald. Está financiado principalmente por el Ministerio de Negocios de Nueva Zelanda, Innovación y Empleo (MBIE), con cofinanciación de socios de la industria. Actualmente soy codirectora del equipo, junto al profesor Hugh Campbell, y líder de investigación de la comunidad del proyecto.
Nuestro equipo es responsable de respaldar los procesos de codiseño de esas nuevas tecnlogías y de proporcionar estudios sociológicos y de ciencia y tecnología (STS) sobre los factores impulsores y las barreras que se presentan para que los productores adopten la tecnología.
Nuestro proyecto está diseñando tecnologías para ayudar con tres tareas de mano de obra intensiva que incluyen la toma de decisiones: poda de vides de uva para vinificación, raleo de frutos de manzana y cosecha de arándanos. Estas tecnologías incluyen equipos de realidad virtual (VR), auriculares de capacitación, un casco de realidad aumentada (AR) para ayudar en el trabajo (por ejemplo, para tomar decisiones de poda, apoyando el trabajo en el campo de los podadores), y tecnologías robóticas totalmente automatizadas que pueden completar estas tareas.
Si bien los tres estudios están enfocados por ahora en esas tres tareas, también se está buscando lograr los conocimientos para ayudar a los productores en otras cuestiones de interés, por ejemplo identificar enfermedades, estimar el rendimiento de una parcela. Y todo se hace en conjunto entre la Universidad, los productores y otros socios de la industria.
-¿Cuál es el estado de desarrollo y la implementación de esta tecnología, especialmente en el sector vitivinícola?
-Si bien faltan algunos años para que las tecnologías robóticas sean totalmente autónomas, la herramienta de entrenamiento con realidad virtual que nuestro equipo está desarrollando busca acercarse a la etapa de comercialización, especialmente para su uso en la industria vitivinícola.
-¿Cuáles son los principales beneficios que esta tecnología puede aportar al sector?
-La poda de uva para vinificación es una tarea enormemente laboriosa, que debe completarse anualmente dentro de una temporada particular, de un período de tiempo. Cada viñedo puede tener sus propias formas de poda, lo que significa que e hay qucapacitar a los trabajadores en cada poda en particular. La estrategia de hacerlo para cada viñedo en particular es extremadamente importante. Y el objetivo de utilizar equipos (gafas, auriculares, pantallas, simuladores) de realidad virtual es ayudar con la formación de los trabajadores agrícolas para completar estas tareas.
Hoy en día, en la práctica cotidiana, uno de los aspectos más difíciles de la formación de trabajadores es que la instrucción se lleva a cabo utilizando vides reales, lo que significa que los errores cometidos durante ese proceso tiene consecuencias reales en los viñedos, las que pueden ser perjudiciales. Entonces, las herramientas de realidad virtual permitirían a los trabajadores cometer errores en un mundo virtual antes de realizar cortes reales en las vides, algo muy importante para los productores.
Hemos recibido mucho interés de socios de la industria, productores y capacitadores agrícolas, que desean apoyo para simplificar y estandarizar sus procesos de formación y, por tanto, valorar esta tecnología.
-¿Ves algún inconveniente posible en la aplicación de esta tecnología?
-En este punto, todavía tenemos que realizar estudios de factibilidad sobre la herramienta de entrenamiento de realidad virtual, pero esperamos que será fácil de manejar y útil para todos los usuarios finales en el terreno.
Un aspecto que tenemos que tener en cuenta es que todos los equipos de realidad virtual puedan adaptarse a todas las personas sin discriminación. Por ejemplo, algunos cascos de realidad virtual están diseñados especialmente para hombres y pueden resultar incómodos para las mujeres, lo que no sería bueno para empresas comprometidas con la equidad de género. Por ejemplo, nuestro equipo está pensando en otras formas de realizar el entrenamiento sin casco ni auriculares, a través de un dispositivo de pantalla táctil.
Como científicos sociales, nuestro equipo quiere comprender mejor cómo la herramienta de entrenamiento de realidad virtual podría transformar el trabajo diario en viñedos y huertos, y han comenzado a realizar entrevistas en el terreno con posibles usuarios finales de esta tecnología: formadores agrícolas, supervisores y trabajadores estacionales y regulares implicados en la poda de uva para vinificación. Creemos que estas entrevistas con posibles usuarios finales en el terreno son extremadamente importantes para comprender mejor los matices implicados en el uso diario y la posible adopción de la herramienta de formación de RV.
-En el caso de entrenamiento con cascos de realidad virtual ¿cómo funcionan?
-En resumen, es una herramienta para capacitar a los trabajadores agrícolas en cómo podar las cepas de uva para vinificar de acuerdo con el estilo del viñedo en el que trabajarán. La tecnología se utilizaría para capacitar a los trabajadores agrícolas que podarán las vides. Los propietarios de los viñedos se harían cargo de los costos de los equipos, o las organizaciones de capacitación o contratación agrícola podrían potencialmente comprar estas tecnologías.
-¿Y en el caso de la tecnología con auriculares para asistencia remota humana?
-Utiliza el aprendizaje automático para ayudar a los trabajadores agrícolas a podar las vides. Por ejemplo, se transmiten instrucciones para que el operario determine los puntos de corte de poda.
-¿En qué medida cree que esta tecnología será implementada y adoptada por el sector del vino en los próximos 5 años?
-Según mis colegas, la herramienta de entrenamiento de realidad virtual y potencialmente los auriculares AR podrían comercializarse y adoptarse dentro del sector vitivinícola en los próximos cinco años. El robot de poda totalmente autónomo necesitará un poco más tiempo para desarrollarse.
Fuente: Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV)