El autor de esta nota es director de la Consultora RestinPack, especializada en soluciones de packaging para vinos, espirituosas y espumantes. Trabajó en conjunto con la empresa mendocina Label Solutions, del grupo Palero Impresores, líderes en la industria gráfica argentina. Fue durante 15 años jefe de Desarrollo e Innovación de Packaging en la empresa de origen francés Pernod Ricard, productora de bebidas alcohólicas en todo el mundo. Cueto enfoca aquí en las características y el rol de comunicación fundamental que desempeñan las etiquetas en las botellas de vino, así como en los avances tecnológicos que existen para imprimirlas, los distintos tipos de papel, los colores y los relieves. Destaca la revolución que produjo la impresión digital y el uso de las app en el diseño.
Mario Cueto
Director de RestinPack
Si bien los insumos críticos de un vino son aquellos que están en contacto directo con el producto, es decir la botella y el cierre, el protagonismo del mensaje lo tienen las etiquetas, y de ellas hablaremos.
Lo haremos desde todo punto de vista. Comenzando por los papeles, las aplicaciones sobre éstos y el trabajo de los convertidores, tomando en cuenta el mensaje desde el diseño y el arte relacionado a éste y la información que queremos dar al consumidor. También la performance de las etiquetas y su comportamiento en el tiempo, así como la resistencia a la humedad y principalmente a las severas exigencias del servicio del vino, cavas, heladeras y fraperas.
El papel
Papeles, los hay coteados y brillantes, no coteados, metalizados y luminosos, de pasta negra y los llamados sensoriales.
Hay papeles para aplicar con adhesivo húmedo y papeles autoadhesivos. Estos últimos son sumamente versátiles, con menor requerimiento de herramental para su aplicación, con infinidad de formas posibles y posibilidad de dividir la etiqueta en dos o más cuerpos. Soportan las más audaces ideas de diseño.
Los papeles sensoriales y texturados son importantes protagonistas del diseño. En muchos casos, su superficie no se cubre con impresiones plenas si no que se muestra en gran parte de la etiqueta, jerarquizando el diseño.
Por otra parte, está todo lo que no vemos de un papel, no por eso menos importante, como:
- La composición del adhesivo que asegura el pegado de la etiqueta sin defectos.
- La composición del papel que asegura su imprimibilidad compatible con distintos métodos de impresión y finish (un tema que da para otra nota).
- Su resistencia a la humedad, definida por sus categorías WS (Wet strengh) y UWS (Ultra wet strengh), esta última con un polímero plástico combinado con la fibra de celulosa, lo que le confiere un excelente comportamiento en condiciones muy severas.
Complementando las condiciones que el papel nos ofrece, están los acabados y curados superficiales post impresión, que además de colaborar con los atributos ya mencionados protegen de la incidencia de los rayos UV evitando la decoloración de la impresión.
Tecnología
Continuando con los procesos y el trabajo de los convertidores, digamos que éstos se han visto beneficiados por la tecnología aplicada. Sin pretender aquí hacer una línea de tiempo entre el 1440 de Johannes Gutenberg y nuestros días, sólo mencionaremos los avances más contemporáneos.
En su momento, el sistema CTP (Computer to plate) mejoró la calidad de reproducción de imágenes y disminuyó considerablemente el trabajo y los tiempos de pre prensa.
La irrupción del sistema de impresión digital aportó aún más mejoras de tiempo de puesta en máquina, impresión, cambios y ni hablar de las posibilidades de impresión secuencial, como etiquetas con numeración correlativa y personalización… Y hasta podemos pensar en tener una partida de vino con etiquetas exclusivas en cada una de sus botellas, aplicando esa técnica de secuenciación.
A esto podemos agregar el uso de app de realidad aumentada que permiten superponer a la etiqueta una imagen o video de contenido. Con una simple aplicación descargada en nuestro teléfono móvil podemos encontrar mucha más información que la impresa, que nos cuenta historias y hasta nos permite interactuar con ellas.
Los diseñadores, por su parte, saben y conocen todos estos recursos técnicos a la hora de encarar cada nuevo proyecto.
Contenido e información de la etiqueta
En cuanto a la información que queremos transmitir en las etiquetas, sin entrar en aspectos regulatorios que son mandatorios e ineludibles, debemos ser cuidadosos en la sobrecarga o concentración de información en la contraetiqueta.
La experiencia de haber participado de muchos Focus Group (técnica cualitativa de estudio de las opiniones y actitudes de un público) me indica que la cantidad de texto objetivo y subjetivo concentrado en la contra etiqueta no es atractivo a la lectura del consumidor.
En cambio, han mencionado que mucha de esa información debe constar en la etiqueta principal. Entre el diseño gráfico y el texto, el consumidor busca obtener la mayor información posible a primera vista.
Hoy, para los enófilos, es muy importante conocer la procedencia del vino, más precisamente el terroir, así como el nombre de la variedad. Si se trata de un vino de altura, como de zona fría, por ejemplo, estos también son datos relevantes.
Recomendación: utilicen el dorso o contra etiqueta para datos de consumo, legales, logísticos y comerciales. No mucho más.
Performance
Por último, me referiré a la performance de las etiquetas, muchas veces sobreexigidas. Para asegurar buenos resultados, es conveniente recurrir a materiales y procesos como los que he mencionado.
Evitar la aplicación de cuño seco en una gran superficie o cerca de los bordes. Esto disminuye la superficie de pegado y permite la filtración de humedad.
En lugar de cuño seco, aplicar laca serigráfica táctil o de volumen para lograr el efecto de relieve. Los resultados estéticos son excelentes.
Cuando mencioné las sobreexigencias, me refería al servicio en eventos donde se utilizan grandes contenedores con hielo y agua para mantener frías cantidades de botellas de vinos blancos y espumantes. O cuando una botella estuvo en la frapera por varias horas y no se consumió, volvió a la cava, se secó y vuelve en otra ocasión a sumergirse en agua y hielo.
¿Les parece exagerado? Analizando reclamos de clientes he podido constatar estas situaciones ¡El hecho real es que en estas situaciones el papel sucumbe ante tanta adversidad!
Es en este punto donde sólo me queda recomendar el uso de etiquetas plásticas de OPP, polipropileno orientado, perdiendo la calidez y el glamour del papel, pero consiguiendo las mejores condiciones «subacuáticas».
Volviendo ahora al título de la nota, éste nos hace suponer que el mensaje está dentro de la botella. Sin embargo, en la realidad del vino el mensaje está afuera de la botella y pretendemos que el agua lo devuelva intacto a la playa.
Fotos: Equipos y etiquetas en la planta impresora de Label Solutions, del Grupo Palero Impresores de Mendoza.