Desde el inicio de sus actividades en 2008, la empresa de Junín, Mendoza, dedicada a la producción de plantas de vid a pie franco e injertadas viene implementando normas globales de calidad en todos sus procesos, con el objetivo de proveer cepas sanas que den uvas y vinos competitivos en los exigentes mercados internos y externos. El trabajo de cuidar y reproducir las cepas desde su origen exige una serie de pasos que vale la pena conocer y se describen en esta nota.
Las buenas prácticas agrícolas son un conjunto de recomendaciones y actividades aplicables a las diversas etapas del proceso de producción agrícola orientada a generar productos de calidad, considerando la sostenibilidad económica, social y ambiental, garantizando a los consumidores la calidad y el cuidado del producto en toda su cadena. En este sentido, Vivero San Nicolás Vid, empresa dedicada desde 2008 a la producción de plantas de vid a pie franco e injertadas, implementa estas prácticas considerando la trazabilidad, las técnicas de producción, protección del medio ambiente, aspectos higiénicos y los aspectos sociales.
Trazabilidad
Es el seguimiento en toda la cadena productiva desde materia prima hasta producto terminado. Para el caso de la industria vitivinícola , va desde el origen de la uva desde su lugar de producción, lote, establecimiento hasta su destino final y producto terminado.
La trazabilidad en viñedos implica conocer y tener documentación sobre el origen de las cepas, identificación de lote, registros de las operaciones agrícolas del viñedo tales como labores, aplicación de productos (fitosanitarios-fertilizantes), higiene durante los procesos, las condiciones climáticas de la temporada, el control de las uvas durante la cosecha para detectar contaminaciones, registrar variedad, método de cosecha, rendimiento por lote, etc.
Todas las tareas relacionadas con la finca y las correspondientes con el proceso productivo deben ser documentadas bajo la forma de procedimientos e instructivos de trabajo, para evitar errores y fallas.
Técnicas de producción
Uso controlado y responsable de agroquímicos, agua de riego, prácticas de manejo de suelo respecto de conceptos como erosión, compactación, biodiversidad entre otros.
El material de propagación que se utiliza para las variedades y los portainjertos tiene la debida certificación que verifica el cumplimiento de las directrices de la legislación nacional (Referencia Ley de semillas 20.247 y Resolución INV C-108/92). Cumpliendo con lo establecido en la Resolución 435/05 (Registro Nacional Fitosanitarios para la habilitación de viveros).
El manual de Prácticas de Sustentabilidad para vitivinicultura elaborado por el INV, el INTA y el Gobierno de la Nación sugiere que se mantengan registros en el cuaderno de campo, en donde figuren el nombre de la variedad y portainjerto, la correcta identificación de la variedad, el número de lote y el vivero proveedor del material vegetal.
Además recomienda que las variedades posean tolerancia a las plagas y enfermedades comercialmente importantes, y que se aporten registros que así lo prueben.
Suelo: El uso de tratamientos químicos para el suelo previo a la plantación o con el viñedo establecido, debe justificarse. Es importante la utilización de cultivares con portainjertos tolerantes y preparar los mapas de suelo (perfil y análisis del suelo) del establecimiento productivo para los programas de plantación.
Uso de abonos: La utilización de insumos que mejoren la fertilización del cultivo, también debe ser justificada. Mediante análisis de suelo, foliares, otros. Para el caso de uso de compost, los guanos de origen vacuno por ejemplo no pueden provenir de sistemas intensivos.
Calidad del agua: Es importante evaluar la calidad de la fuente de agua para uso agrícola, mediante análisis periódicos, para determinar contaminación microbiana, como así también residuos de agroquímicos u otras sustancias nocivas. El sistema de riego adoptado debe permitir una distribución uniforme y efectiva del agua a fin de asegurar el mejor uso del recurso.
Productos agroquímicos Dentro de los productos agroquímicos utilizados en la finca, se hace hincapié en el buen uso de fertilizantes y productos fitosanitarios.
La aplicación de fertilizantes debe satisfacer las necesidades del cultivo además de mantener la fertilidad del suelo, lo cual debe controlarse a través de análisis rutinarios del suelo y/o foliares, y registrarse. Se debe evitar cualquier aplicación de nitrógeno por encima de los límites nacionales e internacionales, como así también la contaminación de las napas por lixiviación.
En cuanto a los productos fitosanitarios solo se emplean aquellos registrados ante Senasa y para este cultivo específico. Los tiempos de carencia y poder residual de los mismos deben ser muy tenidos en cuenta.
Protección del medio ambiente y aspectos higiénicos
Se evalúan los riesgos del sistema productivo garantizando la inocuidad del producto final y teniendo en cuenta la gestión de residuos.
Con el fin de minimizar el impacto negativo de la producción agrícola las normas referentes a las buenas prácticas agrícolas incluyen medidas para la protección del ambiente. Para ello, hace hincapié en el cumplimiento de la legislación vigente respecto del cuidado ambiental. En nuestro país, la política ambiental nacional fue fijada por la Ley General del Ambiente Nº 25.675/2002.
Aspectos Sociales
Es importante mantener un ambiente de trabajo adecuado e inocuo tanto para el personal permanente como temporario.
Todas las condiciones en que se desempeñen los empleados deben cumplir con las reglamentaciones locales y nacionales respecto de salarios, edad de los empleados, horas de trabajo, condiciones de trabajo, seguridad de las tareas, sindicatos, pensiones y otros requisitos legales y sanitarios.
Las personas que estén en el establecimiento deben tener un grado apropiado de aseo personal, tener conocimiento de su función entre otros.
Además reciben capacitación como por ejemplo respecto de condiciones de trabajo inocuas y procedimientos para actuar en caso de accidentes y emergencias.
El personal que manipula y aplica fitosanitarios está equipado con indumentaria de protección, de acuerdo con las instrucciones del fabricante del producto, y apropiada para los tipos de riesgos de seguridad y salud a los que estén expuestos.
El productor que implementa buenas prácticas agrícolas está en condiciones de colocar sus productos en mercados externos cada vez más exigentes y competitivos, como así también diferenciar el producto en el mercado interno.