En los últimos 5 o 6 años, los drones pasaron de ser pequeños juguetes a control remoto a colaboradores eficientes en diversas áreas como seguridad, transmisión de imágenes, monitoreo del tránsito y tantas otras. En el campo se utilizan para filmar cultivos, detectar plagas y realizar diversas mediciones por imágenes, sensores de calor y de movimiento. Una de sus mayores virtudes es la precisión del vuelo y la posibilidad de suspenderse sobre el objetivo, como un helicóptero. En nuestra provincia, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen) los incorporó recientemente para pulverizar sobre pequeñas fincas y cultivos abandonados la sustancia que provoca confusión sexual en los insectos machos lobesia botrana.
El manejo integrado de plagas en grandes áreas consiste en la utilización de diversas herramientas para el control de un insecto o plaga, a fin de obtener el mejor resultado con el menor impacto ambiental.
Para tal objetivo, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen) emplea diversas técnicas y herramientas, tales como la implementación de confusión sexual con entrega a productores de productos específicos contra la plaga, monitoreo, alertas fitosanitarias y un Servicio de Tratamientos Aéreos, exclusivamente destinado a cultivos de vid. A estas acciones se sumó, recientemente, la utilización de drones para fincas productivas pequeñas, o bien para cultivos en situación de semiabandono.
Las aplicaciones con drones constituyen la última etapa del actual operativo de control y están supervisadas directamente en el campo por técnicos especialmente capacitados del Iscamen.
Feromonas pulverizables sobre 20.000 hectáreas
Durante la presente temporada se distribuyeron insumos en mano a los productores para la aplicación de la técnica de confusión sexual sobre 18.000 hectáreas de vid en los diferentes oasis productivos de la provincia. Y actualmente se lleva a cabo el servicio de tratamientos aéreos, con feromonas pulverizables, en diversos puntos de los oasis Norte y Este, ampliando la superficie bajo la técnica de confusión sexual en más de 20.000 hectáreas, lo que es fundamental en este programa diseñado para grandes áreas de trabajo.
A diferencia de los difusores de feromona que emplean membranas plásticas, las feromonas pulverizables se adhieren a hojas, postes y mallas antigranizo existentes en los cultivos, y desde los mismos puntos en que el producto ha sido aplicado se emite gradualmente durante un período cercano a dos meses la feromona que ocasiona la desorientación de los machos de la especie lobesia botrana.
Los machos no encuentran a las hembras
Con la técnica de confusión sexual se evita que los machos puedan localizar a las hembras y se logra interrumpir así su ciclo reproductivo. Las feromonas pulverizables son productos de elevadísima especificidad que sólo afectan en este caso al insecto lobesia botrana; no son perjudiciales para la salud humana ni otros organismos. Se trata en definitiva de productos biodegradables cuyo empleo contribuye a proteger el equilibrio ecológico de los cultivos protegiendo a los insectos benéficos y evitando problemas con plagas secundarias.
Su empleo favorece un mejor control de la plaga en zonas donde coexisten viñedos en producción con cultivos de vid en abandono o con descuido sanitario.
Agroquímicos contra el segundo vuelo de la plaga
Por otro lado, se asistirá a más de 1.200 productores, la mayoría del Valle de Uco, entregándoles agroquímicos específicos para el control del llamado «segundo vuelo» de la plaga, totalizando 13.500 hectáreas de vid en esa zona.
Todo el operativo de lucha contra la lobesia botrana se enmarca en la ley nacional 27.227 que declara de interés nacional el control de la plaga, la ley provincial 9.076 que lo declara de interés provincial y el decreto provincial 1812/2017; además de contar con la Declaración de Impacto Ambiental de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de la provincia de Mendoza, según la Resolución Nº 449/18 de dicho organismo.
Fuente: Iscamen