En un informe elaborado por el economista mendocino Daniel Rada por encargo de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), presentado el pasado lunes 17 de noviembre en Fecovita, Maipú, Mendoza, se muestra una radiografía detallada del impacto en la macroeconomía provincial del sector de las cooperativas vitivinícolas, sistema que hoy representa -según las conclusiones del estudio- el 30% de la industria vitivinícola de Mendoza. Las cifras aportadas demuestran la importancia estructural de este modelo asociativo, que contribuye a la estabilidad, la generación de empleo y desarrollo regional en su conjunto.
La vitivinicultura es uno de los sectores económicos más relevantes de Mendoza. En este marco, el sistema cooperativo nucleado en la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) representa aproximadamente el 30% de la industria vitivinícola provincial.
Según el informe elaborado por el economista Daniel Rada, la producción primaria cooperativizada en Acovi equivale al 26% del total provincial, lo que permite a los productores mayor previsibilidad frente a fluctuaciones de cosecha y una participación significativa en el mercado.
En elaboración y fraccionamiento, la participación es del 27% y 26%, respectivamente, lo que garantiza estabilidad, diversificación de productos y mejores oportunidades comerciales.
En el Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia en 2024, y considerando a la vitivinicultura como una cadena completa -desde la producción primaria hasta el fraccionamiento- la actividad lidera el ránking con un 12,4% del Valor Agregado (VA) provincial. Dentro de ese total, las cooperativas vitivinícolas representan un 3,4% del PBG. Este análisis confirma que la vitivinicultura es la principal actividad agrícola de Mendoza y que su industrialización tiene un peso decisivo dentro del sector manufacturero.

Del encuentro participaron el presidente de Acovi, Fabián Ruggeri; miembros de la Comisión Directiva de Acovi y su gerente Nicolás Vicchi; directivos de Fecovita, con el presidente Rubén Panella a la cabeza; su vicepresidenta, Alicia Galante; el secretario Marcelo Federici; el prosecretario, Javier Vergani; el tesorero, Gustavo Aranguena y el gerente Juan Rodríguez. Por el gobierno provincial estuvieron el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo; el director de Agricultura, Alfredo Draque; la directora de Cooperativas, Andrea Nallim; representantes de la Mesa de Producción y Empleo; dirigentes de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y presidentes de cooperativas y productores de todos los oasis mendocinos.
Tras la presentación, Fabián Ruggeri señaló: “los productores que han visto el informe quedaron muy conformes. Son datos absolutamente contundentes de lo que nosotros preveíamos o considerábamos que era el sistema cooperativo. El porcentaje que representa la viticultura mendocina en el PBG de la provincia, el 3,4%, un dato que es superior a lo que representa la logística o el comercio minorista en la provincia”.


Durante la apertura, Rubén Panella destacó el valor del informe para los productores y para la economía provincial y la importancia de la integración: “La vitivinicultura es la principal industria en forma integrada. Es clave buscar que los productores estén agrupados de distintas formas a la cadena, desde la producción hasta la parte comercial, lo que nos permita el desarrollo de la viticultura”.
Por su parte, Andrea Nallim manifestó que “es un orgullo tener estos números que genera el sistema cooperativo vitivinícola, que significan un gran esfuerzo y compromiso de parte de todos los actores.”
Daniel Rada, autor del informe, expresó su satisfacción por los resultados y la recepción por parte de los asistentes: “El punto final es este estudio que marca el impacto y la importancia que tiene el sistema cooperativo vitivinícola en la provincia de Mendoza. Además, marca las ventajas que tiene pertenecer a un sistema como este respecto a un productor o a una bodega que no esté integrada en un esquema como este”.


José Zuccardi, vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) destacó la labor de las cooperativas vitivinícolas: “Creo que la integración de los productores es un pilar para darle estabilidad al sistema y para unir las dos puntas de la cadena, el productor y el consumidor«.
Sustentabilidad productiva: el impacto en cifras
El sistema cooperativo agrupa a 5.000 productores, es decir, el 50% del total provincial, que trabajan 25.000 hectáreas de vid sobre más de 143.000 hectáreas cultivadas en Mendoza. Esto representa el 17,5% de la superficie provincial, un indicador de estabilidad que contrasta con la reducción general de superficie cultivada en el país en los últimos años.
En empleo registrado, la producción primaria cooperativa genera 6.575 puestos de trabajo (26,7% de la mano de obra agrícola provincial). En elaboración y fraccionamiento se contabilizan 3.650 empleos adicionales, un 25% del total del sector. En suma, el sistema cooperativo sostiene más de 10.000 empleos, es decir, uno de cada cuatro puestos de la industria vitivinícola.
El sistema cooperativo mantiene activa la producción, el empleo y la demanda de insumos, incluso en contextos de incertidumbre climática y económica. Al respecto, Sergio Moralejo subrayó: “El sistema cooperativo, medido por la cantidad de productores y las superficies pequeñas, no solamente es necesario, sino imprescindible, porque representa el 30% del mercado vitivinícola argentino y cerca del 25% del mercado de uvas, conglomera la mayor cantidad de productores pequeños es un sistema que da territorialidad, equilibrio en los precios y participación en la renta del productor”.
En total, el Valor Agregado generado por el sistema -desde la uva hasta la botella- asciende a $184.430 millones, los que demuestra su capacidad para sostener la producción, generar empleo y promover la modernización tecnológica, la eficiencia industrial y el desarrollo de nuevos productos.
En consumo intermedio se destinan cerca de 180.000 millones a la compra de insumos (agroquímicos, envases, etc.) siendo un multiplicador territorial inmediato y en impuestos el sistema aporta más de $15.800 millones entre gravámenes nacionales, provinciales y municipales.
Ruggeri concluyó: “La única forma que tenemos de obtener economía de escala es esta, la que hemos elegido, la que nos hemos propuesto entre todos llevar adelante, que es el cooperativismo. Para los productores que no están integrados, que se integren, ya sea en nuestras cooperativas, en otras cooperativas, o en otro tipo de figura jurídica, pero la integración entre los productores y con la industria es lo que le da la previsibilidad que ellos necesitan”.













