La original iniciativa del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen), dependiente del gobierno provincial, junto a la Dirección de Escuelas local, consiste en distribuir 34.000 biocontenedores con capullos de mosca del Mediterráneo en los 6tos. grados de los colegios primarios. Los biocontenedores son cajas de cartón con un visor en la parte superior que les permite a los alumnos seguir la metamorfosis del insecto hasta convertirse en adulto, y así entender cómo es el proceso biológico que lleva a estos animales a afectar la agroecología. Las moscas han sido previamente esterilizadas en la planta del Iscamen mediante una moderna técnica desarrollada en la provincia, con el objetivo de ir eliminando esta dañina plaga exótica que afecta a hortalizas y frutales, incluida la uva.
El Iscamen repartió 12.500 biocontenedores en las escuelas primarias de Mendoza. Y se planea distribuir otros 21.500 biocontenedores durante los meses de octubre y noviembre de 2024. El proyecto está orientado a la transferencia de saberes y a la generación de conciencia en los niños y jóvenes mendocinos y sus familias. Hasta la fecha, una cantidad similar de estudiantes y sus familias han trabajado sobre la importancia de proteger el patrimonio agroecológico de Mendoza a fin de favorecer la producción local.
La entrega comenzó en la Escuela 1-581 Martín Fierro del departamento de San Martín, Mendoza, con la presencia del intendente Raúl Rufeil; el presidente del Iscamen, José Orts, y la directora de Nivel Inicial de la Dirección General de Escuelas (DGE) de la Provincia, Adriana Rubio. Posteriormente continuó por todos los departamentos del Este provincial, Maipú, Capital y Guaymallén.
La semana que viene continuará la distribución en las secciones y supervisiones hasta completar, hasta fines de noviembre, 34.000 biocontenedores, según la currícula educativa de 6º grado de todas las escuelas mendocinas.
El control de plagas en el mundo hasta ahora se ha hecho con herbicidas. Esta planta que tenemos en Mendoza es una de las seis en Latinoamérica. Con la biotecnología, tenemos la posibilidad de avanzar con un control diferente de plagas. Es difícil eliminarlas, pero se pueden controlar”.
Rodolfo Vargas Arizu, ministro de Producción de Mendoza
Antes de que los biocontenedores lleguen a los niños, profesionales y técnicos del Iscamen, junto con representantes de la Dirección General de Escuelas, capacitaron a directivos, supervisores y, finalmente, a docentes de ciencias naturales de las escuelas públicas, privadas y especiales, para el desarrollo del proyecto en el entorno áulico.
¿Qué son los biocontenedores?
Los biocontenedores son cajas de cartón que contienen pupas o capullos de moscas del Mediterráneo esterilizadas, producidas en la bioplanta de insectos estériles de la provincia en Santa Rosa, Mendoza. A través de un visor ubicado en la parte superior de la caja, los estudiantes pueden seguir el proceso biológico de los insectos y su metamorfosis en ejemplares adultos. Además, desarrollan un proceso educativo en torno al biocontenedor que les permite conocer sobre la producción de Mendoza y la importancia de proteger el patrimonio agroecológico de animales exóticos que puedan generar un impacto en la biodiversidad local.
La experiencia es innovadora porque, a diferencia de los antiguos “insectarios”, permite la observación del material biológico vivo, facilita la comprensión del ciclo reproductivo y, fundamentalmente, está abierta al trabajo integrado de diferentes áreas, generando de esta forma un aprendizaje situado y significativo.
Las acciones articuladas entre la DGE y el Iscamen parten prioritariamente del método que emplea la provincia para el control de la mosca del Mediterráneo, que en Mendoza se realiza a través de la Técnica del Insecto Estéril. Esta consiste en la cría masiva de insectos a los que se esteriliza para luego ser liberados en la naturaleza y en gran número. Estos insectos esterilizados pueden competir y aparearse con los insectos silvestres. Como resultado, se produce una reducción de la fertilidad de la población natural, y su cantidad va en disminución, hasta provocar, incluso, su desaparición.
La mosca del Mediterráneo, un insecto exótico que daña las frutas
La mosca del Mediterráneo, cuyo nombre científico es Ceratitis capitata, es una de las llamadas «moscas de la fruta» o «moscas de los frutos», que se distribuyen en el mundo desde zonas tropicales a templadas, existiendo un registro de 4257 especies. La mayoría son fitófagas, es decir se alimentan de vegetales, y muchas de ellas son reconocidas como plagas de los cultivos, ya que provocan fuertes pérdidas en la producción.
Es más pequeña que la mosca doméstica, de cuerpo amarillo y negro, presenta un solo par de alas membranosas, con tres bandas de color amarillo-anaranjado y marrones, formando el característico patrón alar semejando al símbolo de matemática.
La cabeza es ancha y grande; ojos grandes con ocelos, el macho de Ceratitis capitata presenta en la cabeza un par de cerdas capitadas (ensanchadas) en sus extremos que la hembra no posee. Antenas cortas con tres segmentos y arista, aparato bucal con proboscis y labella grande característico de los dípteros (moscas). La cara es recta o inclinada hacia atrás con frente ancha donde se encuentra la sutura frontal.
La mosca del Mediterráneo es considerada mundialmente como una de las plagas agrícolas más dañinas para los frutales y hortalizas, capaz de atacar a más de 250 especies vegetales. En estado de larva o gusano se alimenta de la pulpa de la fruta, provocando su pudrición y destrucción.
Los «hospederos» de la mosca del Mediterráneo son las especies vegetales en cuyos frutos el insecto pone huevos que luego al transformarse en larvas, se alimentan de la pulpa de dichos frutos.
Estos son los principales «hospederos»: arándano, babaco, carambola, cerezo, chirimoya, ciruelo, cítricos (cidra, calamondín, kumquat, lima dulce, lima, mandarina, mineola, naranja, naranja agria, pomelo), damasco, durazno, grambuesa, granada, guanabana, cuayaba, higo, kiwi, kaki, litchi, locoto, lúcuma, mango, manzana, maracuyá, membrillo, nectarina, níspero, olivo maduro, palta, papaya, pasionaria, .pepino dulce, pera, pimiento, tomate de árbol, tuna, uchuva y uva.