Cada 14 de abril el país charrúa celebra el Día Mundial del Tannat, su vid y variedad de vino más conocida y difundida a nivel internacional. Así, rinde tributo a su mentor, el empresario vasco Pascual Harriague, quien en 1870, luego de años de ensayos con distintas variedades, encontró en esta cepa las condiciones para crear un vino tinto de calidad. Tras elaborarlo en sucesivas cosechas, lo presentó en 1887 y obtuvo reconocimiento con premios en las exposiciones mundiales de 1888 y 1889 en Barcelona y París. En la actualidad, existen en el país 1.575 hectáreas de Tannat y se cosechan al año 29.486.210 kilos de esa uva, con los que se elaboran 22.114.658 litros de vino, lo que convierte a Uruguay en el principal productor de esta cepa en el mundo.
La historia de la industria vitivinícola en Uruguay comienza antes de su independencia, a mediados del siglo XVII. Las primeras cepas fueron traídas desde España y se plantaron en el sudoeste del país, como parrales familiares para consumo de uva de mesa o vino casero, y probablemente se trataba de uva moscatel.
No fue hasta 1870 que el cultivo comenzó a realizarse a escala comercial. Fue gracias a Pascual Harriague, un inmigrante vasco nacido en 1819 que llegó a Uruguay en 1840, para dedicarse inicialmente a la actividad ganadera. Tras adquirir 200 hectáreas de tierras en la localidad de La Caballada, un sector costero de Salto, junto al río Uruguay, Harriage se convirtió en un vecino destacado, que ofrecía trabajo para iniciar allí un proyecto vitivinícola. Al poco tiempo, Don Pascual, como lo comenzaron a llamar en el pueblo, construyó una enorme bodega, equipada con 34 piletas de concreto, moderna y funcional para la época, con una capacidad cercana a los 2 millones de litros.
Durante varios años hizo pruebas con varias cepas, buscando la que se adaptara mejor al suelo y clima locales, y la encontró en las uvas tannat, con las que elaboró un vino tinto que fue presentando en 1887 y recibió elogios internacionales y premios en las exposiciones mundiales de Barcelona y París de 1888 y 1889, motivo por el cual se convirtió en la cepa insignia de Uruguay. Así lo reconoció el Instituto Nacional de Vitivinicultura de Uruguay (Inavi), que estableció la fecha 14 de abril, día del fallecimiento de Don Pascual, para celebrar la variedad.
Esta cepa es originaria de las zonas de Madiran e Irouleguy, al sudoeste de Francia. Los primeros sarmientos que llegaron a América fueron introducidos en Concordia, localidad ubicada en la provincia argentina de Entre Ríos, por el también inmigrante francés de origen vasco Juan Jauregui. Por entonces, la variedad se conocía en esa región como «Lorda». En su búsqueda incesante, Don Pascual dio con Jauregui, quien le entregó varios sarmientos, con los que Don Pascual logró elaborar de un vino criollo sumamente atractivo para los consumidores de la época, de color oscuro, casi negro y robusto.
La historia de la Bodega Harriague no tuvo un final feliz. En el año 1910 un incendio destruyó sus principales cascos e instalaciones, dejando a Don Pascual casi en la ruina. Allí se emplaza hoy el Centro Cultural Bodega Harriague en el cual se desarrollan tareas de investigación y de difusión del patrimonio vinculado al tannat, organizadas por una comisión integrada por Saltoko Euskaldunen Taldea (Centro Vasco de Salto), la Intendencia de Salto y la Asociación de Vitivinicultores de Salto, con la participación de Universidad de la República y de la Universidad del País Vasco.
En la actualidad, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura de Uruguay, el país tiene un total de 5.848 has de vid cultivadas, 866 productores y 164 bodegas. De esas hectáreas, 1.575 corresponden a tannat, donde se cosechan, según datos del 2022, 29.486.210 kg de uva, con los que elaboran 22.114.658 litros de vino, lo que convierte a Uruguay en el único productor del mundo donde existen viñedos significativos en cantidades aún mayores que en su tierra nativa, Francia.
Uruguay ha encontrado en el tannat su identidad como país productor de vinos. La capacidad de adaptación a sus suelos, sumado a la brisa atlántica, ofrecen condiciones excepcionales para esta variedad.
El tannat uruguayo
El tannat uruguayo es considerado único en el mundo debido a la conjunción de sus particulares características de suelo, clima y prácticas de vitivinicultura. Esto hace que el vino elaborado a partir de esta cepa tenga características diferentes a otras regiones productoras de esa variedad. Se cultiva principalmente en la región sur del país, donde las condiciones climáticas son ideales para su desarrollo, pero hay también en el litoral, en el norte y el este del país. Muchas de las plantaciones se encuentran a escasos kilómetros del mar, recibiendo la brisa atlántica durante todo el año. Esto genera particularidades en el cuerpo y el perfil sensorial del vino.
El clima atlántico, con pluviometrías similares a las de Bordeaux (Francia), y presencia de nubosidad, hace que la maduración de las uvas sea más lenta manteniendo la acidez natural, y sin tenores de alcohol potencialmente altos. El tannat, naturalmente, es una cepa que tiende a acumular azúcares en la pulpa, por lo que esta variedad en climas desérticos produce vinos con alcohol elevado (superior a 15°), lo cual va contra de la tendencia general del consumo de vinos con baja graduación. De esta manera se logra una maduración en conjunto de la piel, pulpa y semilla de forma equilibrada, vinos con taninos elegantes, acidez marcada y alcohol adecuado.
En cuanto al tiempo de envejecimiento, en Uruguay hay vinos tannat con 6 meses de crianza en barrica, los cuales tienen potencial de guarda de 3 a 7 años, así como otros de 18 meses de barrica con potencial de guarda de hasta 15 años o más. Y los más exportados son los que tienen un potencial de guarda que va de 3 hasta 10 años.
Las características más sobresalientes de los vinos tannat son sus notas a frutos rojos y especias. Son vinos armoniosos, sofisticados, elegantes y equilibrados. Sin embargo, hoy Uruguay cuenta con vinos diversos provenientes de esta variedad, que se adaptan a todos los paladares. Los hay potentes y corpulentos, más jóvenes y livianos, frutados, rosados y blends.
Es una cepa con muchos beneficios para la salud por su alta concentración de polifenoles, sustancias químicas conocidas por sus propiedades antioxidantes. Tiene también 2,7 veces más resveratrol que otras variedades.
Fuentes: Inavi, Wikipedia, Bodegas del Uruguay e Intendencia de Salto (Uruguay)