Según un informe del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), en 2020, respecto de 2019, Estados Unidos redujo un 9,4% el valor de sus importaciones de vino, el menor gasto desde 2012, con un precio promedio de U$S4,56 (-9,5%) el litro, aunque aumentando el volumen de sus compras en un +0,1%. Para el caso de los vinos argentinos, las ventas a EEUU fueron las más bajas de los últimos 20 años en términos de volumen, pero con un precio promedio de U$S 3,68 el litro, es decir +0,4% con respecto a 2019. En este contexto, el Consulado argentino en Chicago comunicó que la empresa Meta Wine busca contactar compañías nacionales que exporten vinos a granel.
El 26/7, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), publicó en sus redes sociales una nueva oportunidad comercial en Estados Unidos para los vinos a granel argentinos.
La misma está publicada en la web de la Cancillería Argentina y se la puede identificar como como OPOCCHIC06849.
Los interesados pueden buscar en la web de Cancillería Argentina
Importaciones de vino en EEUU en 2020
Según datos de la aduana estadounidense analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), el país norteamericano importó en 2020 un total de 1.231 millones de litros de vino (+0,1%), su mayor cantidad hasta la fecha, y 1 millón más que en 2019, incluso a pesar del aumento de los aranceles hacia algunos vinos embotellados europeos.
Sin embargo, pese a registrar este máximo histórico en volumen, EE.UU. redujo un 9,4% el valor de sus importaciones hasta los 5.618 millones de dólares (-582 millones), el menor gasto desde 2016, ya que el precio medio cayó un 9,5% hasta los 4,56 USD/litro, el más bajo desde 2012. Además, el contexto ocasionado por el Covid-19 llevó a una falta de estabilidad en la importación de vinos, con subidas en meses como enero y febrero, y caídas entre marzo y octubre, para luego repuntar en los últimos dos meses del año.
En este contexto, para Argentina, EEUU fue el único de los 15 primeros mercados que cayó en términos de volumen, y a su vez, el único que no bajó de precio (+0,4%), y se sigue manteniendo como el principal destino y de forma destacada.
Sin embargo, las exportaciones de vino argentino a Estados Unidos fueron en 2020 las más bajas de los últimos 10 años, con 60 millones de litros (- 8,6%) y 221,5 millones de dólares (-8,2%), a un precio medio de 3,68 USD/litro, el segundo más alto entre los 15 primeros mercados.
En cuanto al tipo de vino, Estados Unidos vuelve a ser 6 años después el principal mercado para el vino espumoso argentino en volumen, pese a caer un 5,4% hasta los 513.500 litros, un tercio del total comercializado en 2020. En términos de valor repite como primer mercado por segundo año consecutivo, pese a caer casi un 20% hasta los 1,7 millones de dólares.
Para el vino envasado, pierde algo de cuota como principal mercado, al crecer solo un 0,7% en volumen y caer un 7,9% en valor, aunque su liderato es muy claro. Las ventas a Estados Unidos llevan tres años consecutivos ligeramente por encima de los 50 millones de litros, lejos de las cifras de años atrás, si bien cayeron por cuarto año seguido en valor, hasta los 212,8 millones de dólares. El precio medio bajó un 8,5% hasta los 4,18 USD.
De bag in box, Argentina exportó a Estados Unidos 76.441 litros (+18%) y 196.324 dólares (-2%), y, a un grupo denominado “No State Continent”, con 20.356 litros (+29%) y 47.634 dólares (+27%).
El granel tuvo una fuerte caída en volumen (-41%) y algo mas leve en valor (-15,3%), siendo el único país que subió de precio (+43,4% hasta los 79 centavos por litro).
Mercado del vino en EEUU, canales y consumidores
Según un análisis del mercado de vino en EEUU, realizado por la consultora española ICEX, la distribución de vino y otras bebidas alcohólicas en ese país está basada en el sistema de tres escalones o «Three Tier System«. Es necesario contar con un importador, con licencia federal, que realice los trámites para introducir el vino en el país. Éste negociará con un distribuidor o wholesaler, que necesita una licencia para cada estado en el que opere, y que venderá el producto al minorista. Cada uno de los agentes obtendrá un margen por su actividad, típicamente en torno al 30% los dos primeros y entre un 30% y un 150% en función del tipo de minorista.
Además EEUU tiene 17 estados controlados, lo que significa que el gobierno estatal ejerce algún tipo de monopolio sobre la distribución y, en algunos casos, la venta minorista. Además, en 21 estados existen las llamadas leyes de franquicia, que dificultan enormemente a un productor cambiar de distribuidor en ese estado, por lo que hay que seleccionar a éste cuidadosamente. Por último, cada estado regula de forma diferente el tipo de establecimientos minoristas en que se puede vender vino.
Los canales de venta tuvieron importantes modificaciones como consecuencia de la pandemia a partir de la cual se produjo un cierre de los establecimientos on-premise durante un periodo de tiempo, lo que desplomó las ventas de vino en este canal. Por el contrario, las ventas off-premise crecieron, especialmente durante los primeros meses de la crisis. Desde marzo hasta mediados de agosto, las ventas crecieron un 25,5% en volumen respecto al mismo periodo del año anterior.
Los envíos directos de vino desde las bodegas crecieron una media de un 39% mensual en volumen y un 24% en valor en los meses de la pandemia (marzo a agosto), respecto a los mismos meses del año anterior. Las ventas online de alcohol crecieron más de un 300% en los primeros 4 meses de pandemia.
Por otro lado, durante la pandemia hubo un incremento del tamaño medio de los envases de vino (cajas de 3L) y del tamaño medio de las compras y envíos. Además, se observa una tendencia a refugiarse en marcas conocidas para los consumidores.
La población en edad legal de consumo de alcohol en EEUU (21 años o más) se estima en algo más de 242 millones de personas (Beverage Information Group, 2020). De esa población, la agencia Wine Intelligence (2020) estima que unos 77 millones son consumidores de vino, esto es, consumen vino al menos una vez al mes.
Las mujeres suponen un 60% de las personas que beben vino. Ese porcentaje es mayor en el caso del vino espumoso.
En cuanto a la distribución por edades, se observa que en general, a más edad, algo mayor consumo de vino. Hay una lenta incorporación por parte de los millennials al consumo de vino, y la principal asignatura pendiente es superar la resistencia esta generación a la premiumización, esto es, el aumento del precio medio pagado por botella (a medida que aumenta la edad y poder adquisitivo del consumidor). Para recuperar la senda del crecimiento en EEUU, el vino tiene que lanzarse a conquistar a los jóvenes.
En cuanto a la relación entre consumo de vino y nivel de ingresos, está claro que hay una relación directa, el 52% de los consumidores de vino en EEUU declararon ingresos por encima de 75.000 dólares al año. En el caso de los vinos de mesa importados, el porcentaje es del 65%, y en el caso de los vinos espumosos 61% (Beverage Information Group, 2020).
Finalmente, la distribución por segmentos de precio entre el vino doméstico producido en EEUU y el vino importado tiene grandes diferencias. En general, el vino importado tiene un precio medio de venta por botella mayor (8,95 dólares) que el doméstico (7,89 dólares) (IMPACT, 2020). A su vez, el segmento de precio más bajo está dominado casi en su totalidad por los vinos estadounidenses, y especialmente los californianos.
Tanto en términos de volumen como en términos de valor, las ventas de vinos importados se concentran en segmentos de precio más altos que los domésticos.
Fuentes: Observatorio Español del Mercado del Vino y Consultora ICEX