La prestigiosa consultora argentina liderada por la especialista Dolores Lavaque Velasco, difundió una síntesis de su reciente encuesta -a fines de 2020- sobre el consumo de vino en nuestro país, en la que se muestran algunas tendencias y preferencias importantes de los consumidores argentinos de vino. Por ejemplo, que apenas un 12,9% de 1012 encuestados mayores de 18 años consume vino más de una vez por semana. Otro dato de relevancia es que, a la hora de probar una marca nueva, el 37,8% de los consumidores tienen en cuenta, antes que nada, la recomendación de sus amigos o de expertos enófilos.
El mercado del vino es uno de los mercados más diversificados de Argentina, con una oferta amplia tanto en términos de bodegas como de variedades, marcas, regiones productoras y estilos de vinos. Es por esto que llegar al consumidor es uno de los mayores desafíos que enfrentan las marcas y empresas del sector.
El universo de la encuesta
Para profundizar en el conocimiento de cómo se comportan los consumidores de vino, STG, consultora argentina especializada en la industria vitivinícola, realizó una encuesta a nivel país con una muestra de 1.012 personas mayores de 18 años. De la misma surgen datos sobre frecuencia de consumo, edad y género, motivaciones para elección de la marca y para realizar enoturismo.
En los resultados del análisis se refleja la frecuencia de consumo de vino: toman vino más de una vez por semana el 12,9% de los consumidores encuestados; una vez por semana el 18,7%; de una a tres veces al mes el 22,4%; menos de una vez al mes el 22,7% y nunca el 23,2%.
En cuanto al género, la mayor diferencia se da entre quienes toman más de una vez a la semana (7,7% de mujeres vs 18,9% de varones), y entre quienes no toman nunca, donde el número de mujeres es superior (26,9% vs 19,4%).
Por otro lado, según el estudio de STG, el rango etario más representado entre quienes no están interesados en el vino ni lo consumen, es el de 50 a 64 años (29%).
La segunda motivación a la hora de elegir un vino, después de la recomendación de amigos y enófilos, es el precio. Así lo mencionaron el 19,4% de los encuestados.
A la hora de probar un nuevo vino, los consumidores tienen en cuenta, antes que nada, la recomendación, ya sea de amigos o de expertos, para aventurarse con un producto (37,8%). Lo que, según la consultora, puede entenderse como un sinónimo de seguridad para el consumidor, en su elección, donde la clave es no equivocarse.
En segundo término consideran el precio (19,4%), cuyo protagonismo podría estar acentuado, en alguna medida, por momentos de crisis económica, como el que atravesamos en la actualidad.
Y en tercer lugar se ubica el reconocimiento de la bodega o la marca (17,8%). Respecto a la variedad o la región de origen, en cambio, no presentan tanta relevancia para quienes quieren probar algo nuevo (14,3%), y el aspecto o estética de la etiqueta es importante sólo para el 10,7% de los encuestados, esto último sin despreciar su contribución a la construcción marcaria.
Tomando en cuenta la importancia de la recomendación como uno de los factores decisivos para la elección de una marca de vino, hay que pasar entonces a otro aspecto de las conclusiones derivadas de este nuevo estudio: quienes consumen vino con cierta frecuencia declaran no ser entendidos ni saber mucho del tema.
Hay aquí un reconocimiento de la complejidad de la oferta del mercado del vino, y la necesidad de reducir riesgos a la hora de elegir. Un 38,9% de los encuestados afirma tomar vino con frecuencia pero no conocer mucho del tema, un 21,4% tomar regularmente pero tampoco dice ser un entendido, y solo un 15,7% admite tener cierto conocimiento de variedades y cepas.
La atracción por el mundo del vino también puede verse reflejada en el enoturismo, una herramienta muy efectiva para cautivar consumidores, y con gran potencial, ya que de los encuestados el 61.2% nunca ha visitado un establecimiento productor; esto vale tanto para hombres como mujeres, de manera pareja.
Los consumidores de Cuyo son los que más frecuentan las bodegas en visitas de enoturismo. En esta región argentina integrada por las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis, sólo el 32,1% manifestó no haber realizado nunca una visita a una bodega.
De manera especial, es notable este potencial de desarrollo del enoturismo en una región productora como el Noroeste Argentino (NOA), en la que el 60,8% no ha visitado nunca una bodega, en contraste con Cuyo, emblema de la vitivinicultura argentina, donde sólo el 32,1% no ha realizado una visita de este tipo.
También es llamativo que en la región NOA un 30% de los encuestados afirman no tomar nunca vino, y un 36% sólo lo hace menos de una vez al mes; indicador que marca cierta distancia de los hábitos de consumo locales con la industria.
En términos generales, y al margen de las particularidades de cada región o zona vitivinícola argentina, el 40,1% de quienes sí han realizado una visita de este tipo consume vinos de un rango de precio de $151 a $200 (precios tomados a setiembre de 2020); éste último un dato a tener en cuenta al pensar, por ejemplo, en públicos potenciales a conquistar.
Fuente: Consultora STG