La Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada -organización de referencia del campo argentino, que reúne a 120.000 empresas cooperativas y está liderada por el mendocino Carlos Ianizzotto- midió y representó la evolución de la competitividad en 18 economías regionales del país. El complejo «Vinos y Mosto» mostró el mayor retroceso de las 18 consideradas, con el deterioro arriba consignado. Y dentro de los factores que estudia el índice, el más afectado durante 2019 fue «Infraestructura» (-62% anual). A continuación, el estudio completo divulgado por Coninagro.
La competitividad de la industria vitivinícola se deterioró un 17% anual en 2019. No obstante, hubo un alza del 4% anual en el flujo de exportaciones y las empresas agregaron valor a los productos hasta en un 30%.
En el marco de la Vendimia 2020, según el Índice de Competitividad que elabora Coninagro -una construcción metodológica que permite medir y representar la evolución de la competitividad conjunta de las economías regionales argentinas-, 17 de las 18 economías regionales se encuentran peor que hace un año. A su vez, dentro de aquel grupo mayoritario se destaca el complejo Vinos y Mosto, economía regional que mostró el mayor retroceso de las 18 consideradas, con un deterioro de 17% anual en 2019, respecto de 2018.
Pese al dato negativo global, en lo particular hubo varios datos positivos, como por ejemplo el alza del 4% anual en el flujo de exportaciones y el crecimiento hasta en un 30% del valor que las empresas agregaron a los productos.
También hubo señales alentadoras.
De las 7 dimensiones que estudia el índice, la más afectada durante 2019 fue Infraestructura (-62% anual). Esto fue producto, principalmente, del recorte de más del 95% en gastos de capital que el Gobierno nacional destina a obras de infraestructura tendientes a mejorar el desempeño del sector agrícola.
En tanto, la actividad vitivinícola también fue afectada negativamente por el entorno macroeconómico e institucional (-18% anual). Dentro de este apartado, el principal causante corresponde al menor acceso al financiamiento: los préstamos otorgados al sector medidos en dólares se contrajeron 35% en 2019, como consecuencia de la devaluación y el incremento en las tasas de interés.
Por otra parte, en materia de desempeño económico, el precio percibido por el productor de Vino y Mosto se desplomó 45% en términos reales, mientras que al mismo tiempo se incrementaron los costos de producción. En este sentido, frente a la devaluación y a la escalada inflacionaria, el precio de los insumos medidos en dólares saltó 27% y el costo del combustible y de la energía eléctrica concluyeron el 2019 con incrementos del 9% y 8%, respectivamente. La buena noticia dentro de esta dimensión es que el consumo interno de los productos del sector aumentó 5% el año pasado.
Un aspecto favorable es que el transporte de productos de vino y mosto se incrementó 38% en el 2019, a través de un medio de transporte más económico como el ferrocarril.
Los recursos naturales, en rigor, se vieron afectados en un 9% anual producto de la declaración de emergencia agropecuaria en las provincias de Catamarca, Mendoza y Córdoba, debido a condiciones climáticas adversas que afectaron a productores. De la misma forma, en las provincias en las que se desarrolla la actividad de producción de Vinos y Mosto, la mano de obra se vio empobrecida en un 2% anual debido a un deterioro generalizado respecto al nivel de pobreza, el nivel educativo y la tasa de cobertura médica de la población.
«Sobre un total de casi 600.000 pymes registradas vigentes, el 88,3% son pequeños y medianos emprendimientos agroindustriales, en donde hay fuerte presencia de la vitivinicultura».
Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.
En contraposición con esos parámetros, hubo dos dimensiones que aportaron una mayor competitividad multidimensional de la economía de Vinos y Mostos en 2019. Por un lado, el Sector Externo (+4% anual), dado que las reiteradas depreciaciones del peso otorgaron una mayor competitividad para los productos argentinos promoviendo mayores exportaciones. En otro orden, en términos de Calidad y Diferenciación la competitividad aumentó un 30% anual, lo que refleja que aún ante un escenario adverso en general existe un creciente esfuerzo por parte de las empresas y las cooperativas en agregar valor a la producción, sumando certificaciones de calidad que ayudan a que los vinos argentinos logren insertarse en nuevos mercados.
Al respecto del índice que publicó Coninagro, el titular de la entidad Carlos Iannizzotto reflexionó: “Tenemos que trabajar culturalmente para cambiar el concepto que tiene la gente sobre el campo; pensemos que sobre un total de casi 600.000 pymes registradas vigentes, el 88, 3 % son pequeños y medianos emprendimientos agroindustriales, en donde hay fuerte presencia de la vitivinicultura”.
En las provincias en donde se desarrolla la actividad de Vinos y Mostos el poder adquisitivo de las familias asalariadas se redujo 8%
La viticultura ante el esquema de retenciones
Ante el esquema de retenciones, la industria de la vitivinicultura se vería afectada frente a un posible aumento del tipo de cambio.
Por ello, acciones como la eliminación de barreras al comercio a través de la celebración de nuevos acuerdos, la disminución de costos logísticos y el aumento en los reintegros a las exportaciones, permitirían un incremento de la competitividad exportadora, promoviendo un mayor flujo comercial de todos los productos vitivinícolas y posicionando al mercado externo como una alternativa de mayor peso a la hora de mantener acotados los stocks vínicos, robusteciendo así los precios pagados al productor primario y fomentando generación de divisas por parte del sector.
En tanto, si se considera el incremento del tipo de cambio estimado por el BCRA para diciembre de 2020 y se supone un escenario de igual nivel de exportaciones FOB que 2019, se estima que el monto pagado en concepto de derechos a la exportación del sector vitivinícola se incrementaría en un 31%. Al respecto, el dirigente ruralista Iannizzotto, remarcó: “En el momento en que las exportaciones de vino están repuntando, las retenciones pueden ser un freno”.
Fuente: Coninagro