El Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) aprobó el 15/4725 una reestructuración institucional en el ente. Entre las medidas dispuestas se encuentran quitar funciones y competencia a la Dirección Nacional para concentrarlas en el Consejo Directivo. Julieta Boedo, delegada de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) e integrante de la Coordinación Nacional de ATE-INTA, señaló que esta movida forma parte de un plan de ajuste del Gobierno, que busca reducir la planta de 6.100 a 4.500 trabajadores, utilizando mecanismos como los “pases de disponibilidad”.
Finalmente se concretó el plan oficial del gobierno argentino para con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Luego de varios meses de anuncios y consideración de modalidades y opciones, se materializó un fuerte ajuste del organismo de ciencia y técnica de orgullo mundial, que hasta ahora había encontrado resistencia.
Se trata de un plan “de reestructuración” del organismo, promovido por el propio Poder Ejecutivo al mando de Javier Milei, y bajado a tierra por las autoridades dentro del INTA: su presidente Nicolás Bronzovich y Beatriz Giraudo, ambos ex directivos de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
En concreto, el Consejo Directivo del INTA resolvió aprobar una modificación de la estructura, que agrega una Secretaría de Coordinación, que suplanta las facultades del Director Nacional, y con ella llegarían las reformas pedidas desde arriba.

La línea política prevaleció sobre la científica, y con una votación que sólo tuvo dos votos en contra y una ausencia, el resto votó a favor del desmantelamiento de organismo.
De acuerdo a lo trascendido, la resolución respectiva seguramente saldrá en el Boletin Oficial la próxima semana, y ahí se concretará el cambio del INTA.
El plan aprobado busca despedir al 30% del personal ocupado actualmente y poner en venta las tierras y edificios de ese organismo que se consideren “improductivas”, entre otras cuestiones.
“Esto es la puerta hacia otra avanzada, así que estemos atentos, atentas, estemos disponibles. Esto, tal vez recién empiece”, advirtió Julieta Boedo de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Lo que temen tanto empleados como directivos regionales del Instituto, es que a partir de ahora, comience un período en el que se prioricen los negocios privados, y el extensionismo se transforme en un modelo similar al que estableció Aapresid en su sistema de chacras. Es probable que la reducción del organismo lleve a un intercambio con los privados. Desde la Asociación de Profesionales del INTA (Apinta), sospechan que esto puede representar un paso previo a una privatización del INTA, en el que se entreguen negocios a “amigos”.
“Tomemos fuerza, venimos tomando mucha fuerza este último tiempo, sobre todo los últimos meses que se recrudeció y nosotros estuvimos en la calle, estuvimos cada vez haciéndonos más fuertes como organización y también con los compañeros que no están organizados. También hay que poner en valor lo que estuvo pasando estos meses. Así que esto no termina acá, recién empieza, y tenemos que estar a la altura”, comunicó Boedo a sus representados trabajadores del INTA.
Por su parte, Mario Romero, secretario nacional de Apinta, el gremio que nuclea a los trabajadores expresó: “Con respecto a cómo vamos a seguir, se va a analizar la vía cuando tengamos la resolución y reafirmamos la convocatoria para el 24 a la movilización. Hoy más que nunca porque vienen por todo en el INTA… Nos vemos el 24 y vamos a defender nuestro INTA y a nuestros compañeros y compañeras”.
Fuentes: Dirario La Nación y Bichos de Campo, por Diego Mañas