Una resolución de 1992 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) establece que para que un vino sea considerado como tal deberá tener obligatoriamente más de 5°, lo que significa que las bodegas pueden elaborar vinos hasta ese piso de graduación sin trasgredir la regulación normativa. Sin embargo, un sector de los consumidores lo pide cada vez más y en Europa hay países interesados en importarlo. Ambas demandas ha sido considerada muy seriamente por el organismo de control, que ya estudia la aprobación de la bebida, y tiene todo listo para cuando aparezca la demanda.
El vino sin alcohol o vino desalcoholizado es tendencia en algunos países del Hemisferio Norte, principalmente en España. En Argentina hay vinos de baja graduación, pero no sin alcohol, porque el Instituto Nacional de Vitivinicultura no considera como vino a ningua bebida cuya graduación alcohólica sea menor a 5 grados. Es decir que aún no lo aprueba. Pero, según reveló al sitio Infocampo el director de Estadísticas Públicas del INV, Luis Sentinelli, la institución ya testea y analiza la aprobación de la bebida tal y como se comercializa en Europa.
«Si bien la resolución C.71 de 1992 del INV plantea que para que un vino sea considerado como tal deberá tener obligatoriamente más de 5°, lo que quiere decir que se pueden hacer vinos hasta ese piso de graduación, hay métodos en la actualidad para poder realizar vinos sin contenido alcohólico que el Instituto está testeando por estos días”, explicó Luis Sentinelli consultado al ser consultado por el periodista especializado Ezequiel Morales, de Infocampo.
El proceso industrial para elaborar vino desalcoholizado está reglamentado y validado por la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV). Se estima que el vino sin alcohol podría alcanzar en el mundo a 2.500 millones de consumidores.
En Chile también ya está permitida la producción de vino sin alcohol, por lo que ya se hacen chequeos sobre su elaboración y tendencias de consumo. A la par, se conoce el interés de importadores del sudeste asiático, China, América Latina e incluso Estados Unidos, que miran hacia los países del Nuevo Mundo vitivinícola por la calidad de sus uvas y sus relativamente bajos precios.
Al respecto, Sentinelli manifestó a Infocampo: “Habrá que ser muy creativos con las inversiones, y pensar en producir vinos con menor graduación alcohólica sin duda de aquí a los próximos años. Y eso la industria puede hacerlo rápidamente”.
Y agregó el especialista: «Esa práctica ya se está haciendo en España, donde la bodega Torres tiene la marca ‘Natureo’, con 0°. Acá el Instituto está investigando desde hace un año y medio, ha hecho ensayos, ha hecho algunas degustaciones de vinos de esos orígenes. Pero aún no tenemos precisiones sobre qué se resolverá”.
Hay un mercado de gente que por motivos religiosos no bebe alcohol, pero tal vez quiera almorzar o cenar con algún vino… Y con este tipo de vinos podría hacerlo».
Luis Sentinelli, director de Estadísticas Públicas del INV
“Una cosa es el cuidado personal de los que siempre tomamos alcohol y ahora queremos tomar menos por un tema de cuidado personal. Otra es el de los motivos religiosos, donde en ese mercado a lo mejor hay gente que no bebe alcohol, pero a lo mejor quiere participar de la ceremonia de almorzar o cenar con algún vino. Y con esta manera podrá hacerlo”, opinó Sentinelli.
Otro de los métodos para obtener vinos de baja graduación sin necesidad de industrializar, es realizar una cosecha temprana de la uva, para que el fruto no concentre mayores proporciones de azúcar, práctica permitida por el INV.
En la investigación realizada por InfoCampo, el enólogo Gustavo Egea, de la bodega mendocina Renacer sumó su consideración: «Si vamos a hablar de consumo, la curva ascendente es impresionante, de los mayores aumentos vistos en el último tiempo”.
El proceso está validado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)
“Es una ventana para entrar a otros países, andaría muy bien”, opinó por su parte un empresario sanjuanino consultado por Infocampo.
Vinos sin alcohol o de baja graduación
Un estudio de Wines of Argentina, divulgado hace dos años, indicó que «la respuesta de la industria del vino argentina a esta tendencia no se hizo esperar y ya son varios los vinos sin alcohol o de baja graduación alcohólica que han salido al mercado, y muchos más los que están en proceso de desarrollo».
Un ejemplo es Bajo Grado, un malbec elaborado por la bodega Fraccionadora San Juan, proveniente de esa provincia, con 7% de graduación alcohólica y tapa a rosca. Otro, el Críos Chenin Bajo Alcohol, de la bodega mendocina Susana Balbo Wines, con innovadores 9° de alcohol.
Valeria Gamper: «Los vinos sin alcohol o desalcoholizados, no son mosto»
La sommelier argentina Valeria Gamper -elegida la mejor de América y que figura en el ranking de las top 10 del mundo según la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), elegida en el Mundial de Francia- escribió a cerca de este tema en la web de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS) y explica que «Primero que nada, los vinos sin alcohol o desalcoholizados, no son mosto. El mosto es básicamente jugo de uva, es dulce, no tiene fermentación.»
Y agrega «Estos son vinos terminados que luego de la fermentación alcohólica, se les quita el alcohol por uno o varios métodos. La elaboración de estos productos es bastante compleja y requiere un doble proceso; fermentación y desalcoholización. La fermentación es un proceso que no sólo produce alcohol, sino una serie de compuestos que contribuyen al aroma, sabor y textura de los vinos. El gran desafío de estos productos, no es solamente extraer el alcohol sin alterar la sensación y el equilibrio en boca, sino evitar posibles oxidaciones o refermentaciones.»
«Estos productos pueden ser consumidos por mujeres embarazadas y lactantes, diabéticos, pacientes que toman medicamentos incompatibles con el alcohol, conductores designados, o personas que, por su religión, no pueden beber alcohol. Hacen hincapié en tener menos calorías, y ser perfectos para combinar y hacer tragos de bajo o sin alcohol. Y son una buena opción para aquellos que buscan una vida más sana reduciendo la ingesta de alcohol sin sacrificar ¨el gustito¨ ni la conducta social. Sin duda, mejor que una gaseosa.», concluye Gamper
Fuentes: Infocampo, INV, AAS y Diario de Cuyo