En recientes declaraciones, dirigentes europeos vinculados a la vitivinicultura y funcionarios de la Unión Europea manifestaron su confianza en que, en general, la eliminación de aranceles y regulaciones para el comercio entre la UE y los países del Mercado Común Sudamericano (Mercosur) será beneficiosa para ambos bloques. Por ejemplo, asegurán que podrán vender más vino en Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, un mercado de 300 millones de habitantes. Sin embargo, Francia y otros países se oponen por considerar que los bajos precios a los que entrarían productos como la carne y el azúcar perjudicarían a los productores locales.
El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV), en el que se integra la Federación Española del Vino (FEV), reiteró su firme apoyo al acuerdo entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercado Común del Sur (Mercosur), subrayando el papel fundamental que desempeñará este acuerdo para garantizar la sostenibilidad económica a largo plazo del sector vitivinícola europeo.
“Después de 25 años de negociaciones, ha llegado el momento de finalizar y ratificar rápidamente este acuerdo. Las disposiciones iniciales sobre el acceso al mercado del vino y la protección de las indicaciones geográficas ya eran prometedoras, pero las últimas revisiones que abordan los problemas medioambientales aportan beneficios adicionales a ambas partes. En estos tiempos difíciles, el acuerdo representa una oportunidad vital para las empresas vitivinícolas europeas de acceder a nuevos mercados y atraer a más consumidores de vino”, señaló al respecto Mauricio González-Gordon, presidente del CEEV.
El acuerdo, que reduce los aranceles y simplifica las regulaciones comerciales entre la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia), está “destinado a impulsar significativamente las exportaciones de vino europeo”. Por ejemplo, en Brasil, país con un potencial de rápido crecimiento para los vinos europeos de calidad donde actualmente existen aranceles de importación de hasta el 27%, además de procedimientos de importación complejos y regulaciones nacionales que dificultan el acceso a los productos.
En el caso de España, el acuerdo se traduciría para el sector vitivinícola en una oportunidad para la diversificación de mercados dentro de una región que alberga a más de 300 millones de personas. En concreto, según el informe bilateral Mercosur 2023, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, vino y mosto ocupan el segundo lugar de los productos más exportados por la UE al bloque.
Y dentro de este bloque se destaca especialmente el mercado brasileño, que actualmente es el tercer destino para el vino español en el conjunto de Latinoamérica (por detrás de México y República Dominicana) y el primero entre los países de Mercosur, duplicando el valor total de las exportaciones en apenas 6 años.
Según cifras del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), la exportación de vino de España a Brasil alcanzó en el primer trimestre del 2024 la cifra de 2,2 millones de litros por valor de 5,3 millones de euros, con crecimientos superiores al 20% en valor tanto en 2023 como en el primer trimestre de este año.
Desde la Federación Española del Vino, su director general, José Luis Benítez, ha mostrado también su firme apoyo al acuerdo: “En la FEV apoyamos de manera general los tratados de libre comercio como catalizadores para nuestras exportaciones, que son una base importante de nuestro crecimiento y competitividad y Mercosur es un claro ejemplo de ello, un bloque con el que además compartimos vínculos culturales e históricos e incluso el idioma en muchos casos. Esperamos que la entrada en vigor del acuerdo permita que nuestras exportaciones continúen creciendo en valor y fortalezcan aún más nuestra marca país”.
Es por ello que desde la patronal bodeguera europea se hace un llamamiento a los responsables políticos para que reconozcan los significativos beneficios del acuerdo y procedan a su conclusión y ratificación sin más dilaciones.
Un beneficio general
Por otro lado, una reciente declaración del comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, ha subrayado los beneficios potenciales del acuerdo de asociación entre la (UE y el Mercosur para sectores específicos de la agricultura europea. Durante una rueda de prensa posterior a la primera jornada de la reunión de ministros de Agricultura de la UE en Bruselas, Bélgica, Hansen explicó que este acuerdo, lejos de ser una solución unilateral, representa un beneficio general para el bloque comunitario, especialmente en productos con denominación de origen como quesos y vinos.
Este acuerdo sería especialmente relevante para países productores de vino como España, Francia e Italia, que verían una mejora en la competitividad de sus productos en Sudamérica.
El pacto incluye la eliminación de los aranceles impuestos por Mercosur a productos europeos clave, entre ellos el vino, lo que podría abrir un mercado más amplio para los exportadores de la UE. En la actualidad, los aranceles aplicados a productos como maquinaria, vehículos, textiles y alimentos europeos representan una barrera comercial que el acuerdo busca desmantelar progresivamente.
Francia y otros países le tienen miedo a la carne y el azúcar
Sin embargo, no todos los sectores comparten el optimismo expresado por el comisario. Varios Estados miembros, encabezados por Francia, han mostrado reservas respecto al impacto que la apertura del mercado podría tener en las importaciones agrarias provenientes de los países de Mercosur. Las preocupaciones se centran en la posibilidad de que productos sudamericanos, como la carne de vacuno y el azúcar, inunden el mercado europeo a precios competitivos, poniendo en riesgo a los agricultores locales. Hansen reconoció estas inquietudes y subrayó que el acuerdo incluye cláusulas y mecanismos de salvaguarda destinados a proteger a los sectores más vulnerables.
A pesar de las críticas, Hansen insistió en que la Comisión Europea negoció este acuerdo siguiendo el mandato de los Estados miembros y dentro de los límites establecidos por los mismos. También aseguró que el proceso de traducción y pulido jurídico del texto será clave para que los ministros y legisladores puedan evaluar con precisión los términos alcanzados y tomar decisiones informadas.
El acuerdo UE-Mercosur está en sintonía con el compromiso del sector vitivinícola europeo hacia la sostenibilidad y las prácticas comerciales responsables. Esta alineación ofrece un escenario beneficioso para ambas partes, promoviendo tanto los objetivos comerciales como los de sostenibilidad”.
Cristophe Hansen, comisario europeo de Agricultura
El comisario hizo hincapié en que los sectores sensibles serán una prioridad en la implementación del acuerdo y aseguró que la Comisión Europea está comprometida con atender las preocupaciones planteadas por los agricultores. Además, destacó que la colaboración con el Parlamento Europeo y los gobiernos nacionales será esencial para equilibrar los intereses económicos y sociales en juego.
Mientras tanto, el sector del vino europeo, que representa una parte significativa de las exportaciones agrícolas de la UE, ve en este acuerdo una oportunidad para afianzar su posición en los mercados internacionales. La eliminación de aranceles podría traducirse en precios más competitivos y un incremento de la demanda en países como Brasil, Argentina y Uruguay, donde el consumo de vino europeo ha mostrado un crecimiento constante.
En este momento, las negociaciones con Mercosur abren una nueva etapa de comercio internacional para la Unión Europea, marcada por un intento de equilibrar la liberalización del mercado con la protección de las economías locales. Sin embargo, el proceso de ratificación del acuerdo podría dificultarse debido a la diversidad de intereses entre los Estados miembros y las preocupaciones de los sectores más expuestos a la competencia externa.
Fuentes: Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) y Vinetur.com