En la localidad de Hernández, departamento Nogoyá de la provincia mesopotámica, un grupo de productores, impulsados por viñateros de la Victoria y asesorados por técnicos del INTA, comenzaron a incursionar en la actividad. Al cabo de unos años lograron cosechar sus propias uvas y muchos de ellos ya producen sus vinos. Saludamos desde Enolife el empuje entrerriano, un tema que nos apasiona y nos gusta poner en escena cada tanto. (Ver nota «Entre Ríos recupera su viticultura: con 165 tn de uva, ya está 13 entre las 17 provincias productoras»).
Desde hace varios años, la provincia de Entre Ríos, al noreste de Argentina, volvió a apostar a la producción vitivinícola. Hoy, cuenta con unos 60 viñedos, según registros del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Impulsados por Rubén Tealdi, productor de Victoria, en el 2019 siete productores de la localidad de Hernández comenzaron conformando un Grupo de Abastecimiento Local (GAL) “Uvas del Terruño”, con el asesoramiento de profesionales de la Agencia de Extensión Rural Nogoyá y la agente de Proyecto Cambio Rural, la ingeniera agrónoma Vanina Ezpeleta (INTA Victoria). El esmerado cuidado, su constancia y persistencia en el tiempo, permitieron que las viñas estén en producción y que algunos de los integrantes del grupo ya estén elaborando sus propios vinos.
«La uva de mesa también anda muy bien»
Jorge Martínez Arias fue uno de los primeros en iniciarse en la actividad. Cuenta con unas 200 plantas de las variedades malbec, chardonnay y marselan. Jorge vivió unos años en Neuquén, lugar donde valoró la importancia de los cuidados de la viña. “La presencia, constancia, riego, poda, enfermedades, punto de cosecha, fertilización… todo eso es muy importante”, dice Jorge.
“En nuestros orígenes, quisimos hacer una comarca de la Marselan entre la gente del grupo. Muchos están entusiasmados en hacer uva de mesa, que también anda muy bien”, remarca.
Entre otras ideas, cuenta Jorge, “tenemos la de hacer espumantes, aceto, oporto, cinzano. Quiero probar otros emprendimientos. Mi esposa está elaborando gran variedad de dulces artesanales con frutas del sur como arándanos, sauco, grosellas, rosa mosqueta, pelón, guinda, duraznos, naranja, ciruela blanca, peras, membrillo, frambuesa, frutillas y kinotos en almíbar”.
Entre las necesidades que destaca Jorge, se encuentra el asesoramiento y ayudas económicas de distintos tipos. “Debemos conocer, en primer lugar, dónde está la línea comercial para luego analizar qué producir”, agrega y finalmente cuenta sobre su proyecto de realización de ferias y eventos para mostrar dichas manufacturas, en acompañamiento de buena gastronomía.
Otro de los productores, Mario Bentancour, se inició en el año 2020, también con la variedad marselan, e incorporó nuevas plantas en el año 2022, apostando a alcanzar las 500 plantas, tener su propia bodega y un lugar turístico en donde pueda comercializar sus vinos.
“Este año estoy muy contento con la producción obtenida, la cual ya se encuentra en proceso de fermentación para la elaboración de vinos”, dice Mario esperanzado.
Entre las productoras del grupo está Araceli Spolidor, que junto a su hijo Miguel Carrizo se abocan al cuidado de 200 plantas. En sociedad con Mario Bentancour, están elaborando su primer vino, estimando una producción conjunta de 200 litros.
Araceli, que también es productora ganadera y de nuez pecán, resalta “la importancia del cuidado permanente en estos primeros años. De las hormigas, malezas, control preventivo de enfermedades, fertilización, poda, punto de cosecha, tareas que hace Miguel”. Y cuenta: “Estamos entusiasmados, soñamos en un futuro poder contar con una pequeña bodega y un posible lugar de encuentro para turistas o vecinos de la zona”.
Actualmente, algunos productores del terruño ya cuentan con asesoramiento privado a cargo de un especialista de la zona.
Los interesados en conocer más información sobre los emprendimientos entrerrianos, puede escribirle a la ingeniera agrónoma Silvina Butarelli (butarelli.silvina@inta.gob.ar).