En 2020, un año marcado por la pandemia de coronavirus en todo el mundo, las ventas por internet crecieron porque el confinamiento y las reducciones de movilidad motivaron a muchos consumidores a cambiar del canal físico al canal online. Juan Park, director en España de la prestigiosa consultora internacional británica Wine Intelligence, expone su opinión sobre cómo cree que afectará al envasado del vino el aumento del comercio electrónico y de la entrega del producto a domicilio. A continuación, reproducimos la entrevista a Park, publicada originalmente en el medio español Tecnovino.
El packaging para vino o la forma en que el vino llega al consumidor tiene diferentes posibilidades. Va desde la omnipresente botella de vidrio de 750 mililitros (ml) o un formato más grande como el Magnum (entre 1,25 y 3 litros), hasta otros que como el bag in box desde 2, 3, 4 ó 5 litros y más, pasando por la lata, que está ganando terreno en algunos países. Hay muchas posibilidades, pero la pregunta es ¿cómo afectará el aumento del comercio electrónico al envasado del vino?
¿Por qué la botella de 750 ml?
Juan Park, director de la consultora Wine Intelligence en España, reflexiona sobre el packaging para vino en estos tiempos de cambio: «A fines de 2020 -que ahora parece que fue hace mucho tiempo- tuve el placer de compartir una sesión con Eladio Araiz, dirigente de La Rioja Alta (España) en un evento del Club de Márketing Rioja Wine Land 2020. El tema de debate era el envasado del vino. El modo en que los consumidores disfrutan de los productos me fascina desde hace tiempo, ya que se trata tanto de la tecnología como de la adopción por parte del consumidor».
Algunas bebidas calientes se consumen en bolsitas individuales, en especial el té, desde hace muchos años. Pero el café, por ejemplo, demoró en adoptar este formato. «De hecho, tuvimos que esperar a que George Clooney popularizara las cápsulas para que compráramos café en unidades individuales», menciona Park para ejemplificar los laberintos de los cambios de hábitos. Y reflexiona: «A menudo aprendemos que lo que parece ‘normal’ -como la bolsita de té- fue, en realidad, el resultado de un accidente. Las bolsas de té eran sólo la forma en que los comerciantes enviaban sus muestras. Nunca esperaron que la gente guardara el té dentro de cada bolsa para consumirlo».
Luego, Park se refiere al fenómeno de los envases de vino: «También encontramos ejemplos de diferentes niveles de adopción del envase. Por ejemplo, el bag in box se adquiere ampliamente en Escandinavia, donde los consumidores están motivados por el valor que aporta este formato. Casualmente, en estos mercados los descuentos en los precios están restringidos por los minoristas monopolistas. En otros mercados aún no se han producido niveles de adopción similares, aunque la concientización va en aumento».
Y aborda el envase más extendido: la botella de vidrio. «La prevalencia de la botella de vino de cristal de 750 ml también parece bastante arbitraria. ¿Por qué 750 ml? La hipótesis es que era la cantidad que un fabricante de vidrio podía soplar en una botella de una sola vez. Otra hipótesis es que era la cantidad de vino que una persona podía beber en una sola sesión (cuando los niveles de alcohol en el vino eran más bajos que hoy)».
El problema del transporte hasta el consumidor
Park pone el foco en que puede haber cambios en el packaging para vino ante las mayores ventas de vino online: «En mi opinión, la próxima frontera del envasado del vino es cómo transportarlo hasta los consumidores con el auge del comercio electrónico. El primer instinto del comercio es transportar las botellas de vidrio a los consumidores, pero ¿tiene que ser así a medio y largo plazo?». Habla del carácter pesado del vidrio y de que no es especialmente duradero «por lo que se necesita mucho cartón para reducir las roturas, lo que significa que se necesita mucho embalaje», hecho «que aumenta el impacto del carbono y los costos asociados al transporte».
Catas de vino y formatos sencillos
Otro de los ámbitos en los que se fija Park, en lo que al packaging para vino se refiere, es en las catas de vino: «Durante el covid, ya hemos visto el auge de los formatos fáciles de enviar y de consumir, como los formatos más pequeños o incluso el PET». Y se pregunta: «¿Reaccionarán los consumidores ante el despilfarro de la entrega online y, por tanto, cambiarán sus preferencias respecto a la botella de vidrio estándar?».
Y vuelve a la anécdota del té: «Las muestras revolucionaron el consumo de té con el descubrimiento accidental de las bolsas de té, así que veremos cómo el envase del vino se ve afectado por los cambios en los patrones de compra de los consumidores».
Envases que sí y envases que tal vez
Precisamente, teniendo en cuenta estas premisas que aporta Park, está claro que los fabricantes siguen dando respuestas a las bodegas en packaging para vino. Vale la pena recordar algunas de las más innovadoras y, por que no, algunas hasta curiosas.
En botellas de vidrio cabe consignar una innovación como la de Verallia, llamada «Verallia Easy Open», de la que dicen es la botella más fácil de abrir, ya que simplifica y asegura el proceso de descapsulado y respeta la estética original del recipiente.
En este mismo sentido se creó «Helix», una solución de envase corcho-vidrio que permite abrir, tapar y volver a abrir la botella con un simple giro de tapón, un desarrollo de Amorim y O-I.
Igualmente con la gama «Sommelier», la firma Estal ha perseguido la simplificación de la forma y la silueta de la botella de vino.
Sobre bag in box también han aparecido muchas opciones, y en otros materiales hay hasta botellas de aluminio, como la que emplean los vinos Sandara, de formato pequeño e individual para sus vinos Sandara Rosado y Blanco. O los que ofrece Tetra Pak, de vino en cartón pero bien conservado y con diseño.
Tampoco pueden faltar en este recordatorio el formato de vinos en lata o la botella para vino de ¡cartón reciclado! de la empresa Frugalpac (en la foto), o las botellas de plástico PET que ofrece Plastipak.
Así, hay que seguir atentamente todo lo que vaya apareciendo y que facilite la llegada del vino hasta las manos del consumidor.
¿Serán envases menos pesados y más sostenibles?
¿Seguiremos como estamos o poco a poco iremos viendo cambios?
Fuente: Tecnovino