En diciembre de 2024, el gobierno de Italia autorizó la elaboración de vino con bajo contenido de alcohol y sin alcohol, que hasta ese momento estaba prohibida. Fue la respuesta a una antigua demanda de los productores basada en la demanda de los consumidores. Sin embargo, aún existen trabas legales y reglamentaciones poco claras que impiden que esta industria se ponga en marcha. Las críticas de la Unión Italiana del Vino durante la Feria Vinitaly de Verona.
En la Feria Vinitaly realizada en Verona a principios de abril de 2025, la Unión Italiana del Vino (UIV) lanzó la alarma: el sector del vino desalcoholizado está paralizado por la falta de una regulación fiscal clara. Ante ello, los productores reclaman una con urgencia solución regulatoria transitoria para desbloquear la producción en 2025.
“En el sector de las bebidas desalcoholizadas hoy en día el problema es el siguiente: hay que resolver los problemas fiscales y regulatorios y hay que empezar a producir”. Así lo ha denunciado en Vinitaly el presidente de la Unión Italiana del Vino, Lamberto Frescobaldi (foto principal), el enésimo impasse legislativo que impide a la cadena de producción en Italia y hace inviable el decreto de autorización de este tipo de producción, firmado el pasado mes de diciembre de 2024.
“La producción de vinos desalcoholizados en Italia continúa acumulando retrasos”, explicó el secretario general de la UIV, Paolo Castelletti. «Si el Ministerio de Agricultura no interviene en las disposiciones fiscales establecidas por el Ministerio de Economía y Finanzas, las empresas tendrán que esperar hasta 2026 para poder iniciar la producción. Necesitamos una ley puente que nos permita definir el marco fiscal para la producción en esta fase de transición», continuó. «Es impensable que las empresas que han invertido en maquinaria de desalcoholización queden bloqueadas por un vacío regulatorio en el que la mano derecha de la Administración pública no sabe lo que hace la izquierda”, criticó el dirigente.
Entre las cuestiones críticas a resolver está también la norma relativa a la proximidad de espacios, que obliga a separar los ámbitos físicos donde se producen estos vinos de otros sectores de la bodega, y la relativa a la posibilidad de producir vinos espumosos desalcoholizados con gas. “Estamos dialogando con el Ministerio sobre ambos temas”, agregó Castelletti. “Deberían resolverse con una modificación al decreto oportunamente”, concluyó.
Según el análisis del Observatorio del Vino UIV de Vinitaly basado en datos de la consultora británica IWSR, presentado en Vinitaly durante la conferencia organizada en colaboración con Veronafiere, “Zero alcohol and market expectations”, el mercado mundial de vinos No-Lo (sin y bajo contenido alcohólico) actualmente vale 2.400 millones de dólares y se espera que alcance los 3.300 millones de dólares en 2028 con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR 2028/24) del 8% en valor y del 7% en volumen.
Fuente: Unión Italiana del Vino (UIV)