Del 24 al 26 de abril tuvo lugar en París, una nueva edición de la Cumbre anual ChangeNOW, en la que se reunieron líderes globales para construir un mundo sostenible. El director general de la Organización de la Vid y el Vino (OIV), John Barker, firmó el denominado Memorando de Entendimiento (MoU) con la iniciativa internacional “4 por 1000”, un movimiento que nació en 2015 con el Acuerdo de París y que tiene como objetivo demostrar que los suelos agrícolas pueden desempeñar un papel crucial en la seguridad alimentaria y frente a los riesgos del cambio climático.
El 24 de abril de 2025, en el marco de la Cumbre anual ChangeNOW y con motivo del décimo aniversario de la iniciativa internacional “4 por 1000”, el director general de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), John Barker, participó en una mesa redonda y firmó el Memorando de Entendimiento (MoU) para renovar el compromiso de la entidad con la salud del suelo, la resiliencia y la acción frente al cambio climático.
ChangeNOW 2025 convocó 1.000 soluciones innovadoras y líderes visionarios en una exhibición para acelerar la transición hacia un mundo sostenible. Durante 3 días, los visitantes exploraron soluciones inspiradoras para el planeta y escucharon cientos de presentaciones de start-ups de futuros líderes del cambio.
Este nuevo convenio se alinea con los planes estratégicos actualizados de ambas organizaciones y establece objetivos clave y áreas de cooperación, entre las que se incluyen:
- Promover la captura de carbono como una herramienta para combatir el cambio climático, en línea con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Desarrollar una mejor comprensión de la relación entre los suelos y la vid.
- Identificar y promover buenas prácticas, directrices técnicas y criterios para el desarrollo de suelos vitivinícolas sanos y vivos.
- Impulsar la captura de carbono en los suelos y su salud como recurso eficaz para combatir el cambio climático, con un enfoque especial en medidas de mitigación y adaptación que mejoren la resiliencia de los sistemas vitivinícolas.
- Identificar y desarrollar directrices y recomendaciones agroecológicas sobre prácticas vitivinícolas orientadas a lograr una gestión sostenible del suelo.
- Recopilar y analizar datos, estadísticas y tendencias relacionadas con la gestión y el uso del suelo en el sector vitivinícola.
Barker destacó cómo la colaboración entre la OIV y 4 por 1000 ha cambiado significativamente la percepción global sobre la importancia de la salud del suelo, durante su participación en la mesa titulada “La Iniciativa Internacional ‘4 por 1000’ en los últimos 10 años: Perspectivas cruzadas sobre el legado de la primera década”.
Si el nivel de carbono almacenado por los suelos en los 30 a 40 centímetros superiores del suelo aumentara un 0,4% (o un 4‰) al año, el aumento anual de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera se reduciría considerablemente.

Cooperación de la OIV desde 2022
En los últimos años, la OIV ha convertido la salud del suelo en un eje central de su agenda. Este esfuerzo comenzó con una publicación conjunta sobre viticultura en 2022, que contribuyó a aumentar la concienciación internacional sobre la temática.
La OIV reafirmó su compromiso mediante la elaboración de una resolución sobre agroecología, específicamente adaptada al sector vitivinícola. Como resultado, la salud del suelo ha sido integrada en el nuevo Plan Estratégico de la OIV, y un reciente documento de conocimiento colectivo destaca el papel fundamental de la biodiversidad microbiana para fomentar una viticultura sostenible.
Además de su participación en la mesa redonda, la OIV reforzó su compromiso con la iniciativa firmando un nuevo Memorando de Entendimiento (MoU) por otros cinco años, tras la expiración del acuerdo original firmado en abril de 2022.

Qué es la iniciativa 4 por 1000
Lanzada en diciembre de 2015 durante la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) -de la que resultó el Acuerdo de París sobre el cambio climático-, la iniciativa internacional “4 por 1000” tiene como objetivo demostrar cómo los suelos agrícolas pueden ofrecer soluciones concretas al desafío del cambio climático. Por ejemplo, una tasa de crecimiento anual del 4‰ en las reservas de carbono del suelo, en los primeros 30 a 40 cm del mismo, reduciría significativamente la concentración de CO₂ en la atmósfera.
Consiste en federar a todos los actores voluntarios de los sectores público y privado (Estados, autoridades locales, empresas, organizaciones profesionales, ONG, centros de investigación, etc.) en el marco del Plan de Acción Lima-París. Basado en una sólida documentación científica, invita a todos los socios a promover/implementar acciones concretas para el almacenamiento de carbono en el suelo.
Suelos para la seguridad alimentaria y el clima
Es bien sabido que las actividades humanas emiten enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, lo que potencia el efecto invernadero y acelera el cambio climático. Pero lo que es menos conocido es que cada año, alrededor del 30% de este dióxido de carbono es recuperado por las plantas mediante la fotosíntesis. Luego, cuando las plantas mueren y se descomponen, los organismos vivos del suelo, como las bacterias, los hongos o las lombrices, los transforman en materia orgánica. Esta materia orgánica -rica en carbono- es esencial para la alimentación humana porque retiene el agua, el nitrógeno y el fósforo, esenciales para el crecimiento de las plantas. Pero también los suelos representan un enorme potencial de almacenamiento de carbono: los suelos del mundo contienen de 2 a 3 veces más carbono que la atmósfera.
Esta tasa de crecimiento del 4‰ anual de las reservas de carbono del suelo no es un objetivo normativo para cada país, sino una dirección a seguir. Esto es lo que propone la Iniciativa «4 por 1000» – Suelos para la seguridad alimentaria y el clima.
Fuentes: OIV y 4p1000.org