A mediados de junio último, la Cooperativa Cotraavi, de pequeños productores contratistas nucleados por el Sindicato de Contratistas de Viña y Frutales de Mendoza, que lidera el secretario general Edgar Lera, presentó en todo el país su vino malbec reserva 2022 La Ilíada, su tercera etiqueta después del fundacional sirah El Contratista en 2020 y el El Peón en 2021. Este nuevo malbec, añejado en barricas de roble durante 8 meses en la bodega No Me Olvides en El Espino, distrito de Montecaseros, San Martín, es una creación de la joven enóloga Verónica Moreno y su equipo, integrado por el administrador de la finca y la bodega, Jesús Torres, y todos bajo la conducción de la presidenta de la Cooperativa Cotraavi, la contadora Gabriela Olea.
La Ilíada es un vino joven, frutado, con taninos suaves que dejan una sensación redonda en boca y una música en el espíritu que el consumidor querrá volver a escuchar. Inspirado en la historia de la Ilíada del poeta griego Homero, es fruto también de una gesta heroica, pero no guerrera sino de trabajo, a cargo de los 75 pequeños productores integrados en Cotraavi.
Por Pedro Straniero
Editor periodístico de Enolife (pstraniero@enolife.com.ar)
En los primeros días de junio de 2023, los 75 contratistas mendocinos, pequeños productores de uvas, integrados en la Cooperativa de Trabajadores de Viña (Cotraavi) de El Espino, distrito de Montecaseros, San Martín, Mendoza, vieron nacer su tercer «bebé» desde que son una familia conformada en 2010. Es un bonito y saludable malbec reserva 2022, bautizado como «La Ilíada», que ya les provoca pucheros de placer a quienes lo han tomado. Según anuncia la ficha técnica, y le consta a este periodista catador, se trata de un vino joven, frutado, con sutiles aromas matizados por la madera de roble y taninos suaves que dejan una sensación redonda en boca. O sea, lo que dice la etiqueta es la posta, no biri biri.
Tan rica como su sabor es la historia de este vino. Allá por 2010, un grupo de contratistas de viñas y frutales, la mayoría de la zona rural de El Espino, Montecaseros, se convencieron de que solos y separados no podían convertir su trabajo de todo el año en un recurso económico para mejorar su calidad de vida y proyectarse hacia el futuro. Había que unirse, poner cada uno sus uvas, lo que les tocaba de la producción anual de la finca que trabajaban, y hacer un vino que les gustara a ellos y se pudiera vender. Con esta convicción y el asesoramiento del Sindicato de Viñas y Frutales de Mendoza, que hoy conduce como secretario general el también productor Edgardo «Edgar» Lera, en 2012 se integraron formalmente en la Cooperativa Cotraavi y, gracias a un préstamo a través del sistema cooperativo del Estado nacional –«que todavía estamos pagando», aclaran los cooperativistas- compraron la finca con una antigua bodega ubicada en Carril Chivilcoy casi Robert de El Espino, distrito de Montecaseros, San Martín.
Tras revitalizar buena parte de las tierras y viñedos casi abandonados de la finca de 74 hectáreas, y recuperar la vieja bodega construida alrededor de 1950, antes propiedad de las familias Impellizieri y luego Fontana, los cooperativistas unidos -valga la resignificación- se pusieron a hacer vino en 2018, liderados por la joven enóloga Verónica Moreno. Primero fue el expresivo y apetecible sirah El Contratista, en dos añadas, 2019 y 2020; luego en 2021 el trabajado El Peón, un blend con criollas de la zona; y ahora La Ilíada, el malbec reserva añejado en barricas de roble por 8 meses.
FICHA TÉCNICA
Nombre: La Ilíada
Varietal: malbec
Uvas: Viñedos de 20 años de San Carlos, Valle de Uco, Mendoza
Alcohol: 13,10%
Crianza: 8 meses en barricas de roble de segundo uso
Añada: 2022
Bodega: No Me Olvides, de Montecaseros, San Martín
Producción inicial: 1.000 botellas
Arte de etiqueta y textos: Gabriela Olea y Edgardo Lera
Enóloga: Verónica Moreno
Administrador de la finca y equipo de trabajo: Jesús Torres y 75 contratistas cooperativizados.
Características: Vino joven, muy frutado. A la vista presenta un color rojo rubí con reflejos violáceos. En nariz se perciben aromas suaves pero complejos, fruto de su añejamiento en barricas de roble. En boca, los equilibrados taninos generan redondez y persistencia.
Lema: «De la proyección de un visionario nació este vino, del sello de un trayecto construido a través de los años que nos dejará un agradable recuerdo en cada sorbo».
La presentación y el lanzamiento al mundo de La Ilíada se realizó en el seno de la familia contratista, durante el Tercer Encuentro Nacional de Alimentos Cooperativos, los días 16, 17 y 18 de junio último en la bodega No Me Olvides que lo vio nacer. Al mismo tiempo, salió a la escena nacional en el local de alimentos cooperativos ubicado en Moreno 945, en pleno microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Allí, la presidenta de la Cooperativa Cotraavi, Gabriela Olea, lo compartió con los asistentes del movimiento cooperativo, invitados de la industria vitivinícola y periodistas especializados.
«Trabajamos con el pequeño productor, al que no le reciben la uva en ningún lado o le pagan mal»
La enóloga mendocina Verónica Moreno, integrada a la Cooperativa en 2018, junto al administrador de la finca, Jesús Torres, nos resumieron la historia desde su gestación.
–Enolife: Contanos cómo arranca el trabajo en esta finca, cómo recuperaron la bodega y cómo nacieron los vinos de la familia de contratistas…
–Verónica Moreno: Esta casita que ven acá (donde vive el casero Cristian Silva junto con su familia) la recibió la Cooperativa Cotraavi junto con la bodega en 2012, pero la inauguramos muy modificada y arreglada para el lanzamiento de El Contratista, nuestro primer vino, en 2021. Alcanzamos a fraccionarlo durante la pandemia, es un sirah de 2019 del cual todavía nos quedan algunas botellas…
–Jesús Torres: La Cooperativa adquirió la finca y la bodega a través de una gestión ante el gobierno nacional, con un préstamo que todavía se está pagando. La bodega estaba, pero hemos hecho muchos adelantos, arreglando la casita, el quincho, el fraccionamiento, la bodega. Tenemos 34 hectáreas de viñas, tenemos aspiran bouschet, sirah, criollas, de todo un poco, y 2 hectáreas de ciruelos. El resto es chacra y tierras que se están preparando para plantar…
-¿Dónde comercializan los productos de la cooperativa?
–VM: Todos los productos que se obtienen acá se comercializan dentro de la red de Alimentos Cooperativos, en los locales de Mendoza y todo el país. Y a la vez los socios siempre llevamos unas cajas en el auto para ir vendiendo.
-¿Cómo trabajan la finca, la cosecha, la elaboración?
-VM: Jesús, además de ser el administrador de la finca, se encarga de todos los trabajos manuales junto con Cristian, el casero. Poda, riego, atadura… Y cuando llega la cosecha, nos organizamos todos los socios para cosechar, lo primero que sacamos es la aspirant, la primera quincena de febrero. Es lo primero que traemos a la bodega. Cada uno de los más de 70 socios aportan su uva, su pequeño porcentaje, porque no trabajamos con productores grandes, trabajamos con el contratista. Ellos pueden traer sus uvas, algunos incluso tienen su propia marca de vino… Nosotros acá elaboramos y algunos fraccionan el vino por su cuenta, otros fraccionan acá con nosotros y otros venden con nosotros, porque si bien nosotros fraccionamos, seguimos siendo trasladistas. Hay un porcentaje importante de los litros que produce la bodega que salen por traslado.
Verónica Moreno se recibió de enóloga en Don Bosco en 2002. Su primer trabajo fue en una bodega de capitales chilenos en el distrito Bueno Orden de San Martín, luego en una bodega trasladista de Alto Salvador, y después en la bodega Clop de Fray Luis Beltrán, Maipú. En 2018 se integró a la Cooperativa Cotraavi, convocada por su presidenta Gabriela Olea y el secretario general del Sindicato de Contratistas de Viñas y Afines, Edgardo Lera.
-¿Cuáles son las características de las uvas de La Ilíada?
-VM: Las uvas de la Ilíada son de San Carlos, de un contratista socio de San Carlos, malbec puro. Se eligió su finca porque está muy cuidada, muy linda, el contratista es una persona grande que sigue haciendo mucho trabajo manual sin ocupar fertilizantes, sin agroquímicos, y como en la cooperativa estamos en una reconversión hacia lo orgánico, esas uvas nos venían de diez…
-Ahora cuéntennos sobre la bodega…
-VM: Esta es una bodega que tiene 2.100.000 de litros de capacidad, pero ahora tenemos utilizable solamente 1.200.000 litros. La parte interna de la bodega y los piletones están en plena refacción, revistiendo todo con epoxi nuevo. Y acá arriba (nos muestra unos altísimos piletones de concreto, de unos 15 metros de alto, con antiguas pero sólidas y seguras barandas de caños estructurales) la idea final es poner un restaurante… Tenés una vista fantástica de toda la finca, sería algo inédito. Es que dentro de nuestro plan de reconversión estamos diseñando el servicio de enoturismo en la finca y la bodega. Jesús y Cristian están haciendo un trabajo muy grande en la finca, para que los turistas puedan recorrerla, y acá en la bodega también. Ya estamos pensando en el tema de la comida, va a ser un menú tipo bodegón, comida criolla, no apuntamos a la comida gourmet.
La nueva etiqueta de la Cooperativa de Contratistas puede adquirirse en todo el país en la red de locales de Alimentos Cooperativos. En Mendoza, en dos puntos: en el local de Alimentos Cooperativos ubicado en Aguado 556 de la ciudad de San Martín, y en el Pasaje Pedro Vargas casi Pedro Molina de la Capital de Mendoza, donde tiene su sede el Sindicato de Contratistas de Viñas y Frutales.
-JT: Hemos reacondicionado dos piletas de 58.000 y 59.000 litros, tienen epoxi nuevo por dentro, para mosto sulfitado. Y otro sector con placas móviles para producir blanco escurrido. La bodega tiene más de 50 años, el último dueño fue la familia Impellizieri, y anteriormente los Fontana. Fontana tenía desde Chivilcoy hasta Anzorena, y después se fue fraccionando la finca grande hasta que quedaron estas últimas 74 hectáreas. Todas estas piletas son las originales, de mampostería. Hemos recuperado prácticamente todo lo original, todas las bombas, los dos lagares. El lagar de afuera es donde molemos las criollas, que tiene una moledora vertical, y este acá adentro tiene una moledora de acero inoxidable, es donde molemos las uvas tintas. En estos últimos tiempos adquirimos un filtro de placas, para poder hacer todo el proceso. Y estamos esperando que nos llegue también una línea chica de fraccionamiento, para hacer el lavado, el llenado de botellas y tapado, porque el etiquetado lo hacemos manual, nosotros mismos. También tenemos una cantidad de barricas de roble de Croacia, las tenemos preservadas, sin uso, para los nuevos vinos que planeamos.
Jesús Torres trabajó toda su vida en fincas y bodegas. Nació como todos sus hermanos en una finca de la familia Morcos en El Ramblón, San Martín. Allí vivió hasta 1989, para colaborar luego con Gabriel Amado hasta 2013. Desde 1998, a la par de su trabajo en la viña, la chacra y la elaboración, está ligado a la actividad sindical como representante de los trabajadores. En 2016 fue electo secretario gremial del Sindicato de Contratistas de Viñas y Afines y empezó a dedicarse a la administración de la finca y bodega de la Cooperativa.
-¿Cómo y cuándo arrancaron la producción en la bodega?
VM: En 2018 empezamos a moler, fue un año muy atípico porque eran los inicios de la cooperativa… Nos costó mucho porque prácticamente no teníamos insumos. Jesús, por más onda que le puso a la finca, no obteníamos el rendimiento que queríamos, porque él recibió la finca parada, improductiva, y la fue recuperando de a poco. Había vides productivas pero en mal estado, mal trabajadas… De esa primera cosecha salieron sólo 200.000 litros, muy poquito, y todo se vendió a granel. Con el producto de esa venta aceleramos los arreglos en la bodega y el trabajo en la finca. Ya en 2019, con la finca mucho más recuperada, con los trabajos necesarios, y sin daños climáticos ese año, elaboramos casi 800.000 litros, y de ahí salió el vino El Contratista.
-¿Cómo se hace para integrarse a la Cooperativa Cotraavi? Si yo soy un contratista, un pequeño productor, y no tengo dónde elaborar el vino, ¿qué tengo que hacer para sumarme?
-VM: Cualquiera puede sumarse a la cooperativa, se tiene que acercar acá y vemos cómo hacemos con su cosecha. La idea es seguir manteniendo al pequeño productor, al que no le van a recibir la uva en ningún lado, o le van a pagar mal, o no va a poder elaborar, nosotros lo recibimos. No trabajamos con grandes productores. Generalmente tienen que venir, les hacemos una entrevista, y el contratista me dice qué quiere hacer, si quiere elaborar, si quiere vender la uva. Si quiere elaborar, nosotros le hacemos la recepción de la uva, vamos a la finca, vemos la madurez de la uva, cómo está, y después nosotros hacemos el ingreso y la elaboración. Para la elaboración, yo determino junto con el productor qué calidad de vino quiere, si va a querer un varietal o un tinto genérico. Esa determinación siempre la hacemos antes de la cosecha. Después de la cosecha, el elaborador puede venir y ver dónde está su vino, probarlo… Tenemos esa accesibilidad, para que ellos sepan cómo va su vino, para que tengan acceso a la trazabilidad.
Tenemos tres tipos de asociados. El que vende el vino a granel junto con nosotros, en cuyo caso nosotros le presentamos la oferta que tenemos por el vino y ellos deciden sí o no, le decimos cómo nos van a pagar, en cuántas quincenas, y ellos dicen si venden o no venden. Después tenemos el otro asociado que prefiere guardar el vino, fraccionarlo junto con nosotros y después llevárselo ya fraccionado. Y después está el otro que tiene vino pero no le interesa fraccionarlo y se lo vende a la misma cooperativa. Existen todas esas posibilidades para integrarse.
-¿Dónde realizan los análisis químicos del vino?
-VM: Hemos montado nuestro porpio laboratorio, principalmente para los análisis básicos de cosecha, Hacemos alcohol, azúcar, acidez total, acidez volátil y los dos anhidridos. Hace poco la Cooperativa adquirió varios equipamientos, un PHimetro, espectrómetro, turbidímetro y otros equipos para ir armando la línea de fraccionamiento.
Acá, gracias a un convenio que tenemos con la tecnicatura en Enología del IES de San Martín, los estudiantes hacen las prácticas guiadas. En época de cosecha vienen en dos turnos de 5 chicos cada uno y hacen trabajos de bodega. Y fuera de cosecha, generalmente a fin de año, hacemos un taller de laboratorio. Los chicos vienen, analizan, practican, y es lo que ellos presentan como práctica en el Instituto.