Fundada en 1977 en Santa María de Lamas, Portugal, la fábrica de corchos naturales y técnicos Portocork ha montado plantas de producción ultramodernas en Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania. Interesados por el mercado vitivinícola argentino, desembarcan en Mendoza de la mano de Carina Gómez (foto principal), reconocida profesional que cuenta con 30 años de experiencia en la industria vitivinícola y una sólida formación en tecnología de los alimentos, enología, calidad y negocios.
Desde comienzos de 2025, la sanjuanina Carina Gómez -residente en Mendoza- asumió el desafío de desarrollar desde cero la estructura operativa y comercial de Portocork Argentina, con la visión de convertir a esta compañía portuguesa en un socio estratégico clave para las bodegas del país. Su trayectoria incluye una destacada labor de 24 años en Grupo Peñaflor, donde ocupó distintos roles de responsabilidad hasta desempeñarse como jefa corporativa de Desarrollo de Proveedores. Allí, se involucró en el análisis del impacto de los sistemas de cierre en la calidad del vino, lo que la llevó a especializarse en el mundo del corcho.
Tal como explica ella misma, “el estudio de los sistemas de tapado me permitió entender la conexión profunda entre el vino y su conservación. En 2001, visité por primera vez una floresta de alcornoques en Portugal y me fascinó el valor del corcho como materia prima sostenible, combinando tradición e innovación”.
Origen de Portocork
Portocork -fabricante de corchos naturales y técnicos- fue fundada en 1977 en Santa María de Lamas, Portugal. Sus plantas de producción con tecnología de vanguardia -en Portugal, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos- procesan el corcho natural, procedente de bosques propios o de terceros, controlando la materia prima desde su cosecha hasta su llegada a bodega. En esta combinación complementaria de prácticas naturales centenarias e instalaciones de producción de avanzada, los corchos se someten a rigurosas pruebas en las instalaciones portuguesas, certificadas por robustos sistemas de gestión de calidad certificados (tanto en la materia prima como después de convertirse en tapón).
Desde sus inicios, la compañía invierte en mejoras, como nuevas plantas de procesamiento de materia prima dotadas con innovaciones inéditas nunca antes utilizadas en la producción de corcho. Las nuevas tecnologías permitieron lograr una reducción del 99% en los valores de TCA. Esto es gracias al control de TCA en campo para asegurar la calidad sensorial desde el origen. Luego, con los procesos posteriores de lavado y tecnología aplicada se va reduciendo el contenido de TCA y descartando la materia prima contaminada, logrando corchos libres de contaminación.
«Portocork es una mediana empresa con todas las ventajas de proximidad, flexibilidad y espíritu colaborativo, alineadas con la estabilidad, visión estratégica y capacidad de innovación de una gran empresa», explica Carina Gómez al describir la compañía.
La apuesta en Argentina
Los corchos de Portocork se comercializan en los principales mercados vitivinícolas como Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Portugal, y desde este año 2025 replicará su modelo de productos premium con enfoque sostenible también en Argentina, apostando a la cercanía con los enólogos locales y a la construcción de soluciones de tapado a la medida de los vinos argentinos.
El proyecto es ambicioso porque uno de los objetivos es desarrollar una planta productiva en Mendoza. Al respecto la empresaria detalla: «Tenemos un proyecto de instalación de planta en 2028, pero estamos operando actualmente subcontratando el proceso de marcado y tratamiento en un proveedor local certificado». Mientras tanto, el primer paso es el armado de un equipo comercial conformado por profesionales.
“Queremos que Portocork Argentina sea reconocida por ofrecer tapones premium que resguarden la esencia del vino. Nuestra propuesta combina tecnología de última generación enfocada a la reducción de TCA para tapones naturales y técnicos, con un fuerte compromiso ambiental y una relación directa con las bodegas”, afirma Carina Gómez.
Desde su sede en Mendoza, Portocork Argentina busca consolidarse en el corazón de la vitivinicultura nacional, acompañando a los vinos reconocidos que aspiran a conquistar los mercados más exigentes del mundo.
«La misión de Portocork Argentina se sintetiza en un mensaje claro: sellar la excelencia de los vinos argentinos, capitalizando la historia y tradición de la industria corchera portuguesa con tecnología de vanguardia.», agrega Gómez.
Segmentación y enfoque
La gama de productos de Portocork está segmentada en diferentes categorías para adaptarse a los distintos segmentos del mercado: línea Nova, de tapones naturales que tiene una categoría alta para vinos premium; línea Novatech para espumantes; línea TeCork de tapones microgranulados, que incluye la TeCork Super para vinos premium con 5 y 10 años de vida útil.
«Los tapones microgranulados que vamos a comercializar en Argentina tienen procesos de eliminación de TCA por debajo de 0,3 ng/lt. Un proceso de CO2 supercrítico más sostenible a nivel tecnológico, lo que hace que tenga una mejor huella de carbono respecto a los tapones de la competencia», afirma la ejecutiva.


La empresa se posiciona como una solución integral con triple enfoque:
- Calidad y precisión: cada tapón representa un compromiso con los más altos estándares técnicos y sensoriales libres de TCA y otros compuestos volátiles.
- Innovación aplicada: invierte constantemente en investigación y desarrollo para unir tradición y futuro.
- Asesoramiento técnico: para la elección del mejor tapón para cada vino y el correcto tapado de botellas que garanticen la evolución correcta en el tiempo.
«Cada descorche será más que una experiencia: será el reflejo de una visión compartida entre Portugal y Argentina. Porque los grandes vinos merecen grandes tapones.»
Carina Gómez
Contacto: Carina Gómez – carina.gomez@portocorkargentina.com – Tel: + 54 9 261 591 3399













