Investigadores españoles del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) de La Rioja, España, y de Bioibérica Plant Health, de Barcelona, realizaron un estudio con el objetivo de evaluar el efecto del uso de un bioestimulante desarrollado por esta última empresa en el viñedo para mejorar la calidad organoléptica de la uva de la variedad tempranillo blanco (variedad nueva con alta potencialidad enológica pero poco estudiada). Las aplicaciones foliares sobre las cepas de esta variedad generaron un aumento de la concentración de la mayoría de los terpenos, C13 norisoprenoides y compuestos bencénicos, principales responsables del aroma de las uvas que aportan notas florales y frutales-, mejorando de manera relevante la composición volátil de la uva. A continuación replicamos el artículo publicado en el medio español revistaagricultura.com.
Por T. Garde-Cerdán , S. Marín-San Román, I. Sáenz de Urturi, , R. Murillo-Peña y E.P. Pérez-Álvarez (del Grupo Vienap del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino, Gobierno de La Rioja, Universidad de La Rioja, España); y M. Bernal y A. Botta, (de Bioibérica Plant Health, Barcelona, España).
La composición volátil de la baya es uno de los parámetros más determinantes de la calidad de la uva y del vino (Robinson et al., 2014; Rubio-Bretón et al., 2020). Los aromas de la uva, también llamados aromas primarios, dependen principalmente de la variedad, del grado de maduración y del estado sanitario de las bayas, así como de las condiciones edafoclimáticas y las prácticas vitícolas realizadas en el viñedo (Marín-San Román et al., 2020a). Químicamente, los principales compuestos que conforman el aroma de la uva pertenecen a los grupos de los terpenos, los C13 norisoprenoides y los compuestos bencénicos (Zalacain et al., 2007; Garde-Cerdán et al., 2015). Por lo general, estos compuestos son los responsables del carácter floral y cítrico descrito en las uvas, encontrándose algunos compuestos de los grupos monoterpenos y C13 norisoprenoides, cuyo límite de detección es muy bajo, entre los más aromáticos (Ribéreau-Gayon et al., 2006).
La variedad tempranillo blanco (Vitis vinifera L.) es una nueva variedad originada por mutación natural a partir de una cepa de tempranillo encontrada en 1988 en un viñedo de Murillo de Río Leza, en La Rioja, España. Tras su multiplicación y estudios experimentales para conocer sus características morfológicas y su comportamiento agronómico y enológico en distintas condiciones edafoclimáticas de viñedos pertenecientes a la Denominación de Origen Calificada Rioja (D.O.Ca. Rioja), en el año 2008 el Consejo Regulador autorizó su cultivo en dicha Denominación (Ibáñez et al., 2015). Así, actualmente, se ha convertido, tras la variedad Viura (69%), en la segunda variedad blanca más cultivada en toda la D.O.Ca. Rioja (13%). Debido a su carácter único, esta variedad aporta singularidad y tipicidad a los vinos elaborados con sus uvas.
Por otro lado, debido a la relevancia de los metabolitos secundarios que componen la uva, como son los compuestos fenólicos y los compuestos volátiles, en su calidad, se ha propuesto el uso de diferentes herramientas agronómicas en el viñedo que contribuyan a aumentar su contenido y, por tanto, mejorar dicha calidad. Entre ellas, una de las prácticas más utilizadas es la aplicación foliar de bioestimulantes en el viñedo.
Los bioestimulantes son compuestos que, aplicados externamente a la planta, pueden activar sus mecanismos de defensa ya que la planta moviliza la ruta metabólica de los fenilpropanoides y activa ciertas enzimas, como pueden ser la fenilalanina amonio-liasa, la polifenoloxidasa, la lipoxigenasa y la peroxidasa, responsables de la síntesis de los metabolitos secundarios de las plantas (du Jardin, 2015).
Así, inicialmente, la aplicación foliar de bioestimulantes fue una estrategia utilizada para incrementar la producción y proteger a la planta frente a patógenos (du Jardin, 2015), como puede ser en el caso del quitosano utilizado para proteger a la cepa frente al mildiu (Pérez-Álvarez et al., 2022), si bien, se ha visto el potencial de diferentes bioestimulantes como herramienta para aumentar la composición nitrogenada (Garde-Cerdán et al., 2016; Pérez-Álvarez et al., 2017), aromática (Garde-Cerdán et al., 2018; Marín-San Román et al., 2022) y fenólica de las uvas (Garde-Cerdán et al., 2023; Portu et al., 2016), incrementando así la calidad de las bayas.
Por consiguiente, el principal objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de un producto comercial usado en el viñedo como bioestimulante para mejorar la calidad organoléptica de la uva de la variedad tempranillo blanco.
Diseño experimental y tratamientos
El ensayo se llevó a cabo en un viñedo experimental de la variedad tempranillo blanco (Vitis vinifera L.) injertada sobre portainjerto Richter-110, ubicado en la finca “La Grajera” de Logroño (La Rioja) (Latitud: 42º26’27,27’’ Norte; Longitud: 2º30’51,54’’ Oeste, a 447 metros sobre el nivel del mar) durante la campaña 2019.
El experimento consistió en la aplicación, sobre las vides de tempranillo blanco, de un producto bioestimulante desarrollado por la empresa Bioibérica: Terra-Sorb Foliar (9% de aminoácidos). Al mismo tiempo, se realizó un estricto control de la aplicación del agua y la humedad en la planta. Cada uno de estos tratamientos se hizo por triplicado, consistiendo cada réplica en 7 cepas. Todas las disoluciones se prepararon en agua.
El tratamiento se preparó a una dosis de 250 mL de producto comercial por 100 L de agua. Las plantas control se trataron únicamente con una disolución acuosa que contenía Tween 80, producto utilizado también en el tratamiento como agente humectante (0,1% v/v). A cada planta se le aplicaron 200 mL de la disolución correspondiente, 100 mL por cada cara de la espaldera. Las disoluciones se aplicaron mediante un dosificador automático, previamente calibrado, de forma homogénea para todos los tratamientos, realizando la aplicación a la misma distancia de la pared vegetativa del viñedo (Foto 1).
Las aplicaciones foliares del tratamiento y del control, se realizaron en cuatro momentos distintos del ciclo vegetativo de la vid: tamaño guisante, envero (70 % enverado) y una y dos semanas después de esta segunda aplicación. Las fechas de las aplicaciones fueron: 10 de julio, 13 de agosto, 20 de agosto y 29 de agosto de 2019.
Muestreos y determinación de la composición volátil de las uvas
La vendimia se realizó el 3 de septiembre de 2019 de forma manual, en cajas, en el momento óptimo de madurez tecnológica y en perfecto estado sanitario.
La determinación de los compuestos volátiles de los mostos se llevó a cabo mediante microextracción en fase sólida por espacio de cabeza (HS-SPME) y su posterior análisis por cromatografía de gases (GC) acoplada a la espectrometría de masas (MS) (GC-MS: Agilent, Palo Alto, EE. UU.), siguiendo el método descrito por Garde-Cerdán et al. (2021).
Dado que los tratamientos se realizaron por triplicado, los resultados de los compuestos aromáticos de las uvas se expresan como la media y la desviación estándar de las tres repeticiones (n = 3).
El tratamiento estadístico de los datos obtenidos se realizó mediante el programa SPSS para Windows versión 22.0, estableciéndose la relación entre los tratamientos ensayados y la composición y la calidad de los mostos obtenidos, a través de la prueba de Duncan (p £ 0,10).
Efecto de la aplicación foliar del bioestimulante en los compuestos volátiles de las uvas
En las Figuras 1-3 se muestran los resultados de la composición volátil de las uvas control y las procedentes de la aplicación foliar en el viñedo de Terra-Sorb Foliar.
Todos los terpenos (Figura 1), con la excepción del p-cimeno (Figura 1e), aumentaron con el tratamiento con Terra-Sorb Foliar, lo que hizo que su concentración total en las uvas aumentara de forma bastante importante respecto al control (Figura 1f). Este resultado es relevante ya que estos aromas varietales juegan un papel muy importante en la tipicidad, contribuyendo al carácter frutal y floral de las uvas y de los vinos (Marín-San Román et al., 2020b; Pérez-Álvarez et al., 2022).
Sin embargo, en el caso de los C13 norisoprenoides (Figura 2) ocurrió lo contrario, todos, con la excepción de la β-ionona (Figura 2c), disminuyeron, de manera que el contenido total de estos compuestos fue significativamente menor en las uvas procedentes del tratamiento con Terra-Sorb Foliar que el control (Figura 2f). Dentro de este grupo de compuestos primarios, β-ionona y β-damascenona son los que más contribuyen al aroma varietal, aportando notas a violeta y a rosa, respectivamente (Alem et al., 2019).
Al igual que ocurría con los terpenos, la aplicación de Terra-Sorb Foliar hizo que el contenido de todos los compuestos bencénicos aumentara de manera importante (Figura 3), por ello, el contenido total fue muy superior al encontrado en las uvas control (Figura 3d), destacando el 2-feniletanol (Figura 3a), ya que aporta un aroma deseable a rosas (del Álamo-Sanza et al., 2019).
En conclusión, la aplicación de Terra-Sorb Foliar en el viñedo de Tempranillo Blanco mejoró de forma importante la composición volátil de la uva, ya que los compuestos terpénicos y bencénicos aumentaron su concentración en tempranillo blanco debido al tratamiento.
Fuente: revistaagricultura.com