Los Estados del Mercado Común del Sur (Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y los Estados de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) anunciaron en julio de 2025 la finalización de las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC), el que se firmará el 16 de setiembre próximo en Río de Janeiro. Se beneficiarán con quita total de impuestos el 97% de las exportaciones mutuas, en un mercado de casi 300 millones de personas con un PIB conjunto de 4,3 trillones de dólares.
Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLCA) integral entre el Mercosur y la Asociación EFTA (Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein) fueron precedidas por un diálogo exploratorio que comenzó en marzo de 2015. Las negociaciones iniciaron con una primera ronda en junio de 2017 en Buenos Aires, a las que sucedieron otras 13, celebrando en total 14 rondas.
Desde principios de 2025 el Mercosur y los Estados de la EFTA se involucraron en un intenso proceso de negociaciones basado en los resultados conseguidos hasta agosto de 2019 y con la meta de reflejar los avances relevantes desde entonces y tornar el acuerdo aún más adecuado a los desafíos actuales. La etapa final incluyó tres rondas de negociación presenciales en Buenos Aires y numerosos encuentros en línea.
Finalmente el tratado fue anunciado en la Cumbre del Mercosur realizada en Buenos Aires los días 2 y 3 de junio de 2025 y los países miembros del Mercosur y de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) firmarán el 16 de setiembre próximo en Río de Janeiro el Tratado de Libre Comercio (TLC), según informó el gobierno brasileño.
El acuerdo será suscrito en una «reunión informal» de cancilleres del Mercosur convocada para ese día por Brasil, que preside el bloque sudamericano hasta diciembre próximo, acorde a los informado por la Cancillería de ese país en un comunicado.
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El acuerdo en números
La EFTA está integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, mientras que del Mercosur forman parte Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos. Los países que integran la zona de libre comercio de EFTA reúnen 14,5 millones de habitantes, con un alto nivel de renta per cápita.
El acuerdo entre ambas regiones creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas con un PIB combinado de más de 4,3 trillones de dólares, según un comunicado divulgado por el Mercosur en julio, cuando ambas partes concluyeron las negociaciones que habían iniciado en 2017. «Ambos lados se beneficiarán de mejoras de acceso a los mercados para más del 97 % de sus exportaciones, lo que se traducirá en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas e individuos», según el comunicado divulgado en Buenos Aires.
El acuerdo abarca el comercio de bienes y servicios, inversiones, derechos de propiedad intelectual, compras públicas, competencia, reglas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, y obstáculos técnicos al comercio, entre otros asuntos. Entre tanto, dará ventajas competitivas a Suiza, que es un importante inversor en los países del Mercosur a través de multinacionales como Nestlé, Syngenta, Novartis, Holcim y Glencore.
De acuerdo a datos oficiales del bloque sudamericano, el Mercosur exportó en 2024 bienes a la EFTA por 3.373 millones de dólares, de los cuales 2.111 millones correspondieron a envíos a Suiza, e importó desde esa región productos por 3.824 millones de dólares, de los cuales 3.006 millones de dólares correspondieron a compras a ese país.
El Mercosur es un socio comercial importante para la EFTA, y el TLC permitirá a las empresas de ese bloque beneficiarse de un acceso privilegiado a un mercado de más de 270 millones de consumidores. El comercio bilateral de bienes entre la EFTA y el Mercosur ascendió a 8.300 millones de euros en 2024, con exportaciones de la EFTA por valor de 5.260 millones de euros y importaciones del Mercosur por 3.070 millones de euros. El nuevo TLC permitirá a los exportadores de la EFTA beneficiarse de la eliminación progresiva de aranceles y garantizar la igualdad de condiciones con sus principales competidores en este importante mercado. Además, aumentará la seguridad jurídica y, en general, fortalecerá los vínculos económicos entre la EFTA y el Mercosur.
Fuentes: EFE, Mercosur y EFTA












