La senadora nacional por el peronismo mendocino y actual presidenta del PJ en la provincia, Anabel Fernández Sagasti (en la foto principal, con el ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra), presentó en el Senado de la Nación un proyecto de ley para prorrogar por los próximos 3 años la anterior ley Nº 27.227, que en diciembre de 2015 declaraba de interés del Estado argentino el combate a la plaga lobesia botrana (polilla de la vid) y asignaba fondos específicos entre 2016 y 2019. Terminada su vigencia, la legisladora pide continuidad y una partida especial para tal fin.
La senadora nacional mendocina Anabel Fernández Sagasti pidió extender por 3 años los beneficios otorgados a los productores vitivinícolas mediante la ley N° 27.227.
Este compromiso público-privado permitió cubrir cerca de 90.000 hectáreas durante 2020 en la provincia de Mendoza.
De aprobarse el proyecto de ley y sancionarse la ley, tal como se prevé, el Poder Ejecutivo nacional dispondrá la asignación de una partida presupuestaria especial para cumplir con lo que estipula el Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia Botrana.
Cómo afecta la lobesia botrana a las vides
Esta plaga produce daños directos en los cultivos, provocando pérdidas en los volúmenes de producción y menor rendimiento por planta. Afecta, además, la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación.
Asimismo, favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo. En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos). Además, la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción. Los efectos de dicha plaga ponen en riesgo la competitividad del sector generando una crisis en importantes economías regionales.
Luego de una brusca reducción de aportes entre 2016 y 2019, todos en la industria coinciden en que es necesario continuar con el combate para evitar rebrotes. En este sentido, Fernández Sagasti analizó: «Entendemos que este tipo de decisiones apunta a priorizar las economías regionales, y en el caso de nuestra provincia la posibilidad de erradicar en el corto plazo la polilla de la vid».
En la Argentina 17.000 productores cultivan 220.000 hectáreas de vid, que generan 385.000 puestos de trabajo directos e indirectos. «Son muchos argentinos y argentinas del interior profundo del país que viven de este sector y que se pueden ver afectados por las consecuencias de la plaga; por lo que resulta indispensable dar continuidad a las acciones realizadas» apuntó la vicejefa del Bloque del Frente de Todos en los argumentos del proyecto.