En contraste con la estrategia desarrollada por las casas de comida, la casi totalidad de las vinerías y distribuidoras de bebidas de la capital provincial no realizan entregas a domicilio. La única opción para los bebedores encerrados en casa son los grandes supermercados con ventas on line. En España, por ejemplo, en estos días «deliverar» vinos se ha convertido en una práctica común, que incluye protocolos rigurosos para llevar las cajas y botellas al domicilio, con máxima asepsia y nulo contacto entre el vendedor y el comprador.
Por Pedro Straniero (pstraniero@enolife.com.ar)
En todo el mundo, el aislamiento forzoso para prevenir el contagio de la pandemia ha llevado al comercio de alimentos y bebidas a desarrollar estrategias de supervivencia. La principal, como cada día vemos desde la ventana en las calles desiertas de nuestra ciudad, es la entrega a domicilio (por ahora sin medidas estrictas de seguridad sanitaria). Los pibes en bici y moto, con sus mochilas de Uber Eats, Pedidos Ya y Glovo circulan autorizados y proveen lomos y pizzas puerta a puerta. Pero si pedís un vino a un restaurante con este sistema, te cobran el precio de la carta, lo que lo hace inalcanzable para el común de los bebedores.
Enolife intentó pedir vino a domicilio, llamando hoy sábado 21/3 al mediodía a la casi totalidad de las vinerías y distribuidoras de la capital mendocina. Pero fracasamos con todo éxito. Sólo en una muy conocida, de la calle Sarmiento de esta ciudad, el dueño se ofreció amablemente a traernos el pedido en forma personal «a la noche, cuando cierre». Eso sí, con el módico plus de $50 por el servicio. La botella de un cabernet franc de gama media, de una tradicional bodega tupungatina, nos quedaba en $450, cuando en nuestro supermercado, con descuento por membresía, nos sale $230. O sea, dejaremos de lado la comodidad y agarraremos la bolsita de compras.
Calculamos que si la cuarentena sigue o se profundiza, las vinerías de Mendoza se organizarán para traernos a casa, en forma segura, el producto más disfrutable de nuestra tierra. Pero mientras tanto tendremos que peregrinar al almacén del barrio o al súper más cercano donde haya dos por uno en bodegas seleccionadas. Sin desesperarnos, claro, porque, sin duda, desabastecimiento no habrá.
Dicho este llamado a la solidaridad de los vineros, a continuación daremos noticia de cómo en España han perfeccionado el delivery de vinos a domicilio, aplicando un estricto protocolo que minimiza el riesgo de contagio en el procedimiento de entrega.
Protocolo de entrega domiciliaria de vino para evitar contagios
Según da cuenta la publicación especializada Vinetur (vinetur.com), la pyme española Pequeñas D.O.’S propuso un protocolo, que tuvo inmediata aceptación y ya entró en práctica, para la entrega domiciliaria de vinos. Los vineros organizados divulgaron el siguiente mensaje:
«La situación actual es difícil y compleja. Además de la situación sanitaria actual, el parate económico y de consumo traerá consecuencias negativas a medio plazo para el sector, aunque esperamos y deseamos que se recupere lo antes posible.
«Una de las medidas que se pueden tomar para paliar la situación, dentro de lo posible, es el fomento del consumo por parte del cliente final, tanto con la compra directa a bodega como a distribución, ya sea con venta telefónica, a través de la web, etcétera. Ahora mismo en una cuarentena que cabe la posibilidad que se alargue, existe un sector de consumidores que pueden requerir que les sirvan vino directamente en sus domicilios, pero algunos pueden retraerse porque consideren que puede tener algún riesgo para ellos. Con esto en mente, hemos diseñado un «Protocolo para una Entrega Aséptica de Vinos», que cumpla con las máximas garantías para ellos y para el transportista que haga la entrega. Este protocolo aporta las siguientes ventajas:
1) Permite el suministro de vinos a los clientes que estén en cuarentena con las máximas garantías de seguridad para las partes implicadas.
2) En los ‘dos momentos’ de la entrega, en los que ‘coinciden’ el transportista y el cliente, ambos mantienen una ‘distancia de seguridad’, superior a la recomendada.
3) La/s caja/s no entra/n en ningún momento en el domicilio del cliente, su contenido sí, pero con las máximas garantías de asepsia.
4) La/s caja/s de cartón de las botellas son retirada/s por el transportista a un punto de reciclaje.»
Fuente: vinetur.com