Tanto en producción como en ventas en los mercados interno y externo, el vino bonarda ha tenido en 2019 una leve recuperación con respecto a 2018, pero aún no alcanza los niveles del 2010. En los últimos 10 años, la comercialización de este varietal en el mercado interno disminuyó un 21,1%, mientras que en el externo la caída fue menor en volumen pero mayor en valor. En cuanto a la superficie plantada, se registra un 1% más que en 2010 pero un retroceso desde el 2014. Es la segunda variedad tinta plantada en Argentina después del malbec.
Presente en la mayoría de las provincias vitivinícolas de Argentina, la variedad de cepa bonarda registró en el año 2019 un total de 18.305 hectáreas cultivadas, lo cual representa el 8,5% del total de vides del país.
Actualmente, se registra un 1% más de superficie implantada con bonarda en todo el país respecto al año 2010 (+177 ha); no obstante, la tendencia indica que el total cultivado va disminuyendo desde el año 2014.
En Mendoza, hay un 0,3% más que en el año 2010. En San Juan creció un 2,2%, y en el resto del país un 10,8%. Mendoza tiene la mayor cantidad de hectáreas del país, alcanzando en 2019 las 15.250 ha (83,3%), seguida por San Juan con 2.267 ha (12,4%). El resto de las provincias, en conjunto, sólo cuentan con 788 ha (4,3%).
Gran potencial enológico: de base de vinos a varietal de calidad
Se considera que la cepa bonarda llega a Argentina a través de las corrientes inmigratorias de fines del siglo XIX, iniciándose su cultivo en la región de Cuyo. Es fácilmente identificable en el viñedo por sus hojas típicamente planchadas, muchas de ellas enteras; brotes fuertemente coloreados y racimos medianos, compactos con características bayas redondas.
Esta variedad ha sido utilizada durante mucho tiempo en nuestro país como base de vinos tintos comunes por sus altos rendimientos por hectárea y su sobresaliente aporte de color. Tiene gran aptitud para mejorar vinos de corte, especialmente con malbec.
Tras el descubrimiento de su potencial enológico, se redujo la producción por hectárea, logrando una calidad excepcional, por lo que comenzó su desarrollo como varietal, del cual se elaboran vinos de alta calidad. Produce vinos de colores vivos: marcados violetas o púrpuras que evolucionan al rojo rubí.
Su aroma es intenso y suelen aparecer atractivas notas frutales de frutas rojas (frambuesa, frutillas, cassis o cerezas) y frutas negras (moras, ciruelas o arándanos). En boca es agradable y dulce, de buena intensidad. Sus taninos son suaves y hacen aterciopelado y elegante al vino.
En Mendoza, la mayor superficie se encuentra en el departamento de San Martín (24,7%), seguido por Lavalle (14,3%), Rivadavia (12%) y San Rafael (11%). El 53% del bonarda de Mendoza, se encuentra en la zona Este, 15,4% en la zona Norte y 14% en la zona Sur. Hay un 10% en la zona Centro y 7,4% en el Valle de Uco
En San Juan, los departamentos que más superficie registran de esta variedad son Sarmiento (30%) y Veinticinco de Mayo (20,1%), seguidos por Caucete (18,4%) y Nueve de Julio (7,5%).
La producción de uva bonarda en 2019
En 2019, la producción total en el país de uvas de esta variedad fue de 2.370.332 quintales. Como se puede observar en el gráfico de evolución, esa producción fue menor a la de 2010, aunque ha ido aumentando en los últimos 3 años, luego de una cosecha 2016 históricamente baja. En el último año, la producción de bonarda fue un 2,3% mayor a la cosecha del año anterior.
En Mendoza, los departamentos que más quintales de cosecharon en 2019 fueron San Martín y Lavalle. En San Juan se cosechó más en los departamentos de Sarmiento y Caucete.
Comercialización
En el 2019 se comercializaron 73.933 hl de vino varietal puro y 154.560 hl de bonarda en corte con alguna otra variedad. Considerando que el total comercializado de vinos varietales en el país fue de 4.283.058 hl, las ventas de los mismos con presencia de la variedad bonarda representaron el 5,3% de ese total. La tendencia indica que la comercialización total de vinos varietales elaborados con esta cepa ha disminuido en los últimos 10 años un 19%. Esta disminución de volumen comercializado se evidencia en mayor medida en el mercado interno.
En el 2019 el 14% de los vinos varietales elaborados con bonarda se exportó y el 86% se comercializó en el mercado interno. Se evidencia una tendencia decreciente en las ventas de estos varietales hacia el mercado externo, aunque con una recuperación de estas exportaciones en el último año. El volumen comercializado en el mercado interno ha disminuido un 21,1% desde el año 2010, no obstante se observa una recuperación en las ventas en el último año.
Mercado interno
En el año 2019 se comercializaron 196.064 hl de vinos varietales elaborados con bonarda. El 31% corresponde a varietal puro y el 69% a cortes con otra variedad. Si bien las ventas al mercado interno de éstos vinos han ido en disminución desde el año 2011 se observa un aumento del 9,9% en el último año, especialmente en los varietales de Bonarda con corte con otra variedad.
El bonarda y sus cortes como vinos varietales tienen una participación del 9,1% en el total de varietales comercializados en el país en el año 2019. La participación de los vinos elaborados con bonarda en el total de vinos varietales comercializados en el país, ha disminuido 28,7% en los últimos 10 años, pasando de representar el 12,7% en el año 2010 al 9,1% en 2019.
Respecto al tipo de envase de estos vinos comercializados en el 2019 en el mercado interno, se observa que el 84,5% corresponde a botellas, el 14,2% a damajuanas y el 1,3% a bag in box.
Mercado externo
Durante el año 2019 las exportaciones de vinos varietales elaborados con la variedad bonarda alcanzaron un total de 32.429 hl, por un valor FOB de 7.243.000 dólares. Las exportaciones de este varietal han caído en volumen un 4,5%, mientras que han aumentado un 1,8% en valor FOB con respecto al año 2010.
El precio medio de este varietal ha aumentado un 6,5% desde el año 2010, pasando de U$S 2,10 por litro en 2010 a U$S 2,23 en el último año. El 39% del total exportado en 2019 de vinos de bonarda corresponde a varietal puro y 61% a cortes con otras variedades.
Las exportaciones de varietales puros han bajado en el mercado externo y han aumentado los cortes con otras variedades. La participación de vinos bonarda y sus cortes en el volumen total de varietales exportados en el país en 2019 es del 1,5%, mientras que en 2010, esa participación era del 1,7%.
El principal destino de los vinos varietales puros en 2019 fue Canadá, seguido por Brasil. Luego figuran Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia. En tanto, para el bonarda con cortes los principales destinatarios fueron: Irlanda, Gran Bretaña, Bélgica, Brasil y Paraguay.
En cuanto a la modalidad de envío de los vinos varietales elaborados con la variedad bonarda, predominan los envíos fraccionados respecto al granel. El 73% del total de vinos varietales exportados en 2019 fueron fraccionados.
El volumen de las exportaciones a granel va en aumento en los últimos años, aunque con una disminución en el valor obtenido. El precio medio por litro que en el año 2017 alcanzó el mayor valor de la década (1,28 U$S/l) cayó a 0,50 U$S/l en el año 2019. Se exporta un 12,1% más de vino fraccionado que en 2010. El volumen de este tipo de vino se ha recuperado en el último año, luego de un 2018 de bajo volumen, no obstante, el precio medio por litro ha sido menor. Mientras en 2018 se alcanzó el mayor valor de la década con 3,08 U$S/l, el último año ese valor se situó en los 2,89 U$S/l.
Fuente: Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV)