Según el análisis de Wine Australia -ente regulador del vino en el país oceánico- a finales de 2020, a nivel global, la diferencia entre el vino producido y el vino consumido será de 5.500 millones de litros, lo que equivale a un desfasaje del 21%. La estimación se hizo teniendo en cuenta que ya finalizaron las cosechas en el hemisferio Sur y el estado de maduración de las uvas en el hemisferio Norte, sumado a los problemas que provocará la cuarentena en la próxima recolección.
Tanto las actividades de viticultura como de vinificación nunca fueron interrumpidas durante la pandemia de Covid-19. De hecho, la recolección de la uva ya concluyó en el hemisferio Sur, mientras que en el hemisferio Norte el proceso de fructificación de las vides está casi completo, con un inicio de cosecha estimado para dentro de un mes y medio, a mediados de agosto. Un análisis rápido de los principales países productores de vino sugiere un resultado probable hacia el fin de la temporada del hemisferio Norte, aunque es demasiado pronto aún para predecir con certeza qué sucederá.
La vendimia en el hemisferio Sur
Los principales países productores de vino del hemisferio Sur -Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica- fueron sorprendidos a mitad de la cosecha cuando las medidas de confinamiento por Covid-19 fueron implementadas por cada país. Con distintos tipos de restricciones, afortunadamente, se permitió que la cosecha continuara, por lo que no se vio afectada, salvo los cambios introducidos en las prácticas laborales para garantizar el distanciamiento social.
Argentina ha reportado una cosecha de 2,04 millones de toneladas (un equivalente aproximado a 1,98 millones de toneladas métricas y 1,16 billones de litros de vino). Esto representa un 11% menos que la cosecha 2019 y 7% menos que su promedio de los últimos 5 años. Esta disminución se debe a una temporada afectada por la sequía, las heladas, las altas temperaturas y una cosecha temprana y corta.
Chile tuvo una cosecha 18% menor a su promedio de los últimos 5 años, afectada primero por heladas a principios de diciembre y luego por un verano muy caluroso que culminó con el décimo año consecutivo de lluvias por debajo del promedio en las regiones vitivinícolas. En su informe preliminar del 23/4, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) estimó que la producción de vino en este país sería de 1.050 millones de litros.
Sudáfrica ha tenido su mejor cosecha desde 2017, después de dos períodos muy difíciles, y se espera que produzca 1.020 millones de litros de vino. Esto es un 5% más que el 2019, pero aún ligeramente inferior al promedio de los últimos 5 años. Las condiciones climáticas favorables que han prevalecido durante toda la temporada de crecimiento han permitido este resultado.
Nueva Zelanda ha tenido una temporada considerada como benigna y, de acuerdo con la estimación preliminar de la OIV, se espera una producción promedio de 300 millones de litros.
Australia, que recién en julio publicará el informe oficial de cosecha, estima que estará por debajo tanto del período 2019 como del promedio de los últimos 10 años. La temporada se vio diversamente afectada por heladas, humo, fuego y sequía en algunas regiones. No obstante, el acceso al agua suplementaria parece haber mitigado los efectos de la falta de lluvia en algunas zonas. Según datos iniciales de la OIV, la producción de vino de Australia en 2020 será de 1.150 millones de litros, un 4% por debajo de 2019 y un 10% por debajo del promedio de 5 años.
La vendimia en el hemisferio Norte
Iniciando su verano, hasta la fecha han habido pocos informes de problemas que afecten el potencial de los cultivos en esta región y se espera que los principales países productores tendrán al menos una temporada promedio. No obstante quedan varios meses por delante.
California ha tenido una cosecha bastante pareja en los últimos 7 años, excepto en uno, produciendo cerca de 2.400 millones de litros de vino. A la fecha, se ha informado que las condiciones son buenas en todo el estado y se estima que para el 2020 la producción se ajustará el promedio.
Francia ha tenido una primavera sin contrastes y abril trajo buenas lluvias, por lo que las vides están en óptimas condiciones y su desarrollo, para algunas variedades, se ha adelantado entre 2-3 semanas respecto al promedio. Aun cuando existe el potencial de pérdidas por olas de calor y otros eventos del verano, se estima una cosecha promedio para una producción total de vino de 4.400 millones de litros.
España tuvo un invierno con buenas lluvias y sin heladas en momentos críticos, por lo que podría tener una cosecha similar o superior a su promedio. Considerando una producción casi récord de 4.500 millones de litros en 2018 y de 3.400 millones de litros en 2019, una cifra razonable para 2020 se ubicaría en el rango medio de 4.000 millones de litros.
Italia ha sido el mayor productor de vino del mundo desde 2015. Si bien ha tenido uno de los inviernos más cálidos y secos de los últimos años, las condiciones de crecimiento para la temporada 2019-20 han sido normales. Un pronóstico conservador sugiere unos 4.750 millones de litros, algo ligeramente inferior al promedio de cinco años de 4.900 millones de litros.
Para los productores europeos es un problema sustancial la cantidad de existencias remanentes en tanques, como resultado de una disminución significativa de la demanda. Tanto las exportaciones como el consumo interno, se han visto afectados por los aranceles comerciales y las medidas de restricción en distintas regiones. Es probable que esto genere una falta de almacenamiento para los vinos en 2020, sobrestockeando el mercado y bajando los precios. Estos países han pedido a la Comisión Europea que apruebe un programa de «destilación de crisis» para convertir el exceso de alcohol en productos tales como desinfectantes de manos y cosméticos.
Resumen global
El Gráfico 1 muestra la estimación de producción por país para 2020 comparado con cifras de la OIV para el 2019.
La combinación de una cosecha reducida en los países del hemisferio Sur y una producción de tamaño promedio en el hemisferio Norte, sugeriría una cosecha global cercana a los 26.700 mil millones de litros de vino.
Gráfico 1: Estimación de producción para 2020 en comparación con 2019 por país
La oferta estimada vs el consumo esperado
Según las cifras de la OIV, desde el año 2013 el consumo mundial de vino se ha mantenido relativamente estable en una cifra cercana a los 24.000 millones de litros; y similarmente para el 2019 la estimación es de 24.400 millones de litros.
La OIV no hace pronósticos, pero el IWSR de Gran Bretaña, en su reciente publicación, estima una caída sustancial en el consumo mundial de vino como resultado de la pandemia del Covid-19 y los impactos económicos y sociales asociados, con disminuciones de dos dígitos en los 10 principales países consumidores, excepto en los Estados Unidos.
El Gráfico 2 muestra el resultado de aplicar las tasas de crecimiento de IWSR para 2020 a las cifras de consumo de la OIV para los 10 principales países consumidores de vino en 2019, para producir una estimación del consumo en 2020.
Este enfoque se ha adoptado en lugar de utilizar los volúmenes de pronóstico de IWSR por país para dar continuidad a las figuras históricas de la OIV. No hay variación importante entre las cifras de IWSR y OIV en ningún caso.
Gráfico 2: Consumo de vino por país para el pronóstico 2020 vs 2019
La disminución total del consumo mundial de vino en 2020 rondaría el 13%, según el IWSR, es decir unos 21.200 millones de litros. Entonces, la brecha entre la oferta y la demanda, según los datos anteriores, sería de 5.500 millones de litros (21%), más de lo que ha sido durante al menos los últimos 10 años (ver Figura 3).
Gráfico 3: Oferta mundial de vino vs demanda (consumo) a lo largo del tiempo
Fuente: Observatorio Vitivinícola Argentino