La empresa belga-norteamericana con planta en San Juan y oficinas en Mendoza lanzó un plan a nivel global para convertir en sustentable toda su producción de tapones antes de 9 años. Para ello, investigan y ensayan nuevos materiales reciclables o de «ciclo infinito», es decir materiales que se puedan reutilizar para volver a fabricar otro tapón de las mismas características.
Según nos detalló Andrés Belinsky, gerente general de Vinventions Sudamérica, ya fabrican tapones con biopolietileno derivado de la caña de azúcar y utilizan la tecnología Sübr, que combina partículas de corcho natural y un aglomerante de origen vegetal biodegradable. Toda esta investigación y desarrollo busca que cada producto deje cero o mínima huella de carbono y, fundamentalmente, que cada sistema de cierre mantenga inalterable al vino en la botella por muchos años.
Desde su creación y lanzamiento hace más de dos décadas, los tapones Nomacorc de Vinventions han ido ganando prestigio y mercado en todo el mundo. En la actualidad, en Argentina, ese sistema de cierre es utilizado por 1 de cada 3 botellas de vino de bodegas orgánicas, naturales, biodinámicas, de baja intervención o comprometidas con la sustentabilidad.
La empresa de origen belga-norteamericano posee su planta argentina en la provincia de San Juan, y desde allí abastece al mercado nacional y sudamericano con los tapones sintéticos Nomacorc, fabricados con un biopolietileno derivado de la caña de azúcar, una materia prima renovable. En 2019, Vinventions invirtió 1,5 millones de dólares en su fábrica en la segunda provincia productora de vino de Argentina, con el objetivo de incorporar tecnología y personal, incrementar la producción en un 30% y desarrollar nuevos productos par proveer la creciente demanda de tapones sustentables en toda América Latina.
Nomacorc ofrece soluciones de tapado para todos los segmentos de vino, desde los de alta rotación hasta los denominados «íconos»: el modelo Smart Green es requerido para vinos de «entrada de gama»; el Classic Green, para vinos de gama media y alta gama; el Select Green para vinos de guarda de aproximadamente 15 años; y el Reserva, diseñado para guardas de 25 años.
Además de aplicar tecnología de elaboración específica para prevenir la llamada enfermedad o defecto del corcho -también conocida como TCA, por las siglas del tricloroanisol, una molécula de cloroanisol que puede generar hongos y perjudicar al vino– y para controlar el oxígeno que ingresa a la botella, en general Vinventions busca no afectar el ambiente y marcar la trazabilidad completa del producto.
Andrés Belinsky: «Buscamos materiales con un ciclo de vida infinito»
Sobre la misión de Vinventions, sus innovaciones tecnológicas y sus proyectos a mediano plazo, el gerente general de la empresa en Sudamérica, el mendocino Andrés Belinsky, nos explicó: «Todos estos proyectos tienen un punto en común: buscan que los vinos sean cada vez más fieles a su lugar de origen y a la gente que los crea. A los consumidores actuales y futuros les importa qué compran y a quién le compran, por eso es de suma importancia que las marcas sean transparentes e informen su compromiso con la sustentabilidad».
Tras remarcar que la sustentabilidad constituye uno de los pilares fundamentales de Vinventions, Belinsky amplió: «Esto quiere decir que nos comprometemos a que, en el año 2030, todos nuestros productos tengan materia prima renovable o sean biodegradables o integren un ciclo de vida infinito que no genere desechos».
Y agregó el gerente general: «Esto es un proyecto global al cual le estamos dedicando fuertes inversiones, investigación y desarrollo, realizando numerosos ensayos con distintos tipos de materiales, siempre obviamente apuntando a que los sistemas de cierre sigan ocupándose de lo principal, que es proteger el vino por muchísimos años en la botella. El proyecto apunta a utilizar esos materiales sustentables en el cien por cien de nuestros productos; a algunos ya los estamos usando, pero tienen que funcionar todos correctamente, ese el desafío».
Con respecto a las tres consignas arriba mencionadas -que la materia prima sea renovable o biodegradables o integren un ciclo de vida infinito que no genere desecho-, Belinsky precisó: «Estamos trabajando en las tres ramas, y apuntamos a que para 2030 estén las tres juntas, pero muchas veces es difícil que cumplan con todas las características. La situación ideal es que estén presentes dos o tres de ellas, que los compuestos sean o biodegradables o reciclables o con contenido reciclado para cumplir el ciclo de vida infinito, de materia prima renovable. Que todo sea materia prima renovable, no fósil como la derivada del petróleo. Hoy estamos probando materiales que son de reciclado infinito, o sea que vuelven a tener su composición original: con un tapón que se recicla se puede volver a formar otro tapón de las mismas características. Y en el caso de los compuestos biodegradables, ya estamos haciendo productos con un aglomerante natural biodegradable, el Sübre, que es un microaglomerado de corcho que se está vendiendo en Europa».
Para concluir, Belinsky resumió: «De a poco, vamos implementando algunas de estas tres facetas. El punto es que al 2030 queremos que los tapones, los sistemas de cierre, tengan cien por ciento algunas de estas características. Ese es nuestro compromiso con nuestros clientes de todo el mundo. Y también nuestro propio compromiso, que manifestamos en nuestros informes anuales de sustentabilidad».
La empresa en el mundo
Vinventions pertenece al Grupo Noël y a L-GAM, una compañía de inversiones de Luxemburgo. Actualmente da empleo a más de 600 personas en todo el mundo y tiene siete centros de producción instalados en Argentina, Estados Unidos, Bélgica, Alemania, Francia, Sudáfrica y China.
Además de Nomacorc, Vinventions está compuesta por otras tres marcas: Sübr (una nueva tecnología que combina partículas de corcho natural y un aglomerante de origen vegetal biodegradable), Vintop (tapas a rosca de diseño elegante y métodos de impresión innovadores) y Wine Quality Solutions (dispositivos de medición y control del proceso enológico, diseñados con tecnología de vanguardia, fácil uso y portabilidad).
Cuatro bodegas argentinas que usan los tapones Nomacorc
● Eureka Wines es una marca de vinos que nació con la sustentabilidad como pilar. Creada por tres hermanos cordobeses radicados en Mendoza, conciben la sustentabilidad de un modo integral: no s{olo cuidar los recursos del planeta, sino también realizar acciones con un enfoque social para impactar positivamente en su comunidad.
● La Imaginación al Poder es un proyecto enológico que parte de la premisa de elaborar vinos libres con mínima intervención. La base sustentable de su viñedo y el cuidado natural de su finca son pilares fundamentales de su filosofía y la defensa inclaudicable del medioambiente es una de las banderas que militan.
● Santa Julia, marca de Familia Zuccardi, es el productor número 1 de Argentina en certificación de viñedos orgánicos, con un sistema de producción que mantiene la salud de los suelos, los ecosistemas y las personas. «Somos la tercera generación de apasionados por los detalles, a nosotros no nos da lo mismo cualquier tierra, cualquier uva o cualquier vino», manifiestan sus directivos.
● Bo Bó es un proyecto que busca el equilibrio desde su nacimiento. Según explican desde la bodega, la sustentabilidad del vino debe empezar en la viña, expresándose sin pisarla, tratando de traducir ese concepto llamado terroir. El equilibrio logrado en la viña es el resultado de la defensa de todo un sistema natural que presenta el lugar. Cuidar sin devastar y expresar lo que se presenta de manera única en cada botella, es su lema.