Del 5 al 11 de octubre, Bolivia invita a su «Festival Nacional del Vino y Singani» en formato virtual. Un mercado que genera U$S 140 millones al año. La iniciativa fue de la Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT) y la Asociación Nacional de Industrias Vitivinícolas (ANIV) en alianza con la empresa ExpoLatam. Se prevé la participación de 60 expositores que tendrán la oportunidad de promocionar y comercializar las variedades y marcas de vinos y singanis. Y contará con pabellones virtuales y networking para concretar oportunidades de negocios.
Durante la primera jornada del Festival Nacional del Vino y el Singani se presentará el Plan Estratégico Vitivinícola PEVI Tarija 2040, cuyo principal objetivo es el fortalecimiento de capacidades al sector vitivinícola para la gestión sostenible de los recursos de agua y energía. Que surge de un proyecto de cooperación triangular entre Argentina, Bolivia y Alemania.
Las siguientes fechas de la feria corresponderán a la presentación de las diferentes bodegas, tanto de sus productos como de sus innovaciones, también se realizarán degustaciones virtuales. Por la parte estatal el viceministerio de comercio interno dará una charla presentando los servicios de apoyo al exportador.
Programa completo
Para registrarse sin cargo entrar al siguiente link: https://feria-vino.expolatam.com/timer
Radiografía del vino y el singani en Bolivia
Actualmente, el complejo vitivinícola de Bolivia, en particular de Tarija, se encuentra en plena expansión. Cada año se incorporan más viñedos a la producción y existe un entorno de inversión, tanto pública como privada.
La superficie cultivada en el Valle Central de Tarija representa el 80% del cultivo nacional con 3.996 has. (CEVITA). Existen más de 2.600 familias dedicadas al cultivo de vid, de las cuales un 85% son pequeños productores con explotaciones de 0.5 a 1 hectáreas de vid, el 10% son medianos, con 1 a 5 has, mientras que los mayores solamente representan el 5% con más de 6 hectáreas.
Los rendimientos posibles son de 25.000 kg/ hectárea para uvas de mesa y 15.000 kg/ hectárea para uvas de vinificar. Del total de uva producida, aproximadamente 40% se destina para el consumo en fresco, 32% a vino y el 28% restante para la elaboración de singani. La variedad más cultivada es Moscatel de Alejandría, con doble propósito se puede destinar a la producción de vino, vino base de Singani o como uva de mesa.
Las cepas varietales solo representan el 30% de lo cultivado. Los viñedos en su mayoría son jóvenes: 52% menor de 12 años y 48% de 12 a 24 años. Generalmente los sistemas de conducción son en espaldero con poda guyot o cordón pitoneado, el riego es superficial, solo el 10% aplica riego por goteo.
La producción anual se estima en 8,26 millones de litros, a pesar que existe capacidad instalada para 14 millones de litros. En Tarija, 37 bodegas se dedican a la elaboración de vino, de las cuales 22 son micro (menos de 10 mil litros), 8 son pequeñas (hasta 100 mil litros), 3 medianas (hasta 500 mil litros) y 4 grandes (más de 500 mil litros).
La tecnología utilizada es 47% artesanal, 37% intermedia y 16% industrial. Las bodegas normalmente compran materia prima a terceros, solo el 30% corresponde a viñedos propios.
El 60% de las bodegas se encuentran asociada a alguna institución. Existen proveedores locales de botellas, insumos de empaque (excepto corchos), insumos enológicos, maquinaria y servicios. Además existe la suficiente estructura financiera y logística de distribución. Se estima una alta producción de vino casero y artesanal que se elabora y se comercializa en el mercado informal.
La producción anual de singani se estima en 3,4 millones de litros, con capacidad para producir 8,2 millones de litros. En Tarija, hay 12 destilerías (7 micro, 2 pequeñas y 3 grandes). Se utilizan 4 variedades de uva: moscatel de alejandría (99.08%), uva negra criolla (0.81%), moscatel rosada (0.09%) y uva real (0.02%).
Esta actividad genera los mayores ingresos de la cadena, con altas posibilidades de transformarse en un producto estrella internacional por sus características especiales frente a los otros destilados. Si bien ha obtenido reconocimiento como Denominación de Origen, no se ha instrumentado el mecanismo de fiscalización pertinente.
La cadena de uva, vino y singani de Bolivia genera un volumen de ventas de U$D 140 millones, distribuidos 38% uva de mesa, 33% vino y 29% singani. Desde el año 2009, si bien las exportaciones del complejo crecieron un 58%, son aún insignificantes frente a un mercado interno creciente que motoriza la demanda de productos vitivinícolas asociada a una mejora en el poder adquisitivo de la población.
Condiciones agroecológicas
El área cultivada con vid en Bolivia corresponde a ecoregiones determinadas por Valles Mesotérmicos entre los 20 a 23 grados de latitud sur y sobre los 1.600 hasta los 3.100 msnm generando una irradiación solar elevada.
La región es semiárida fresca con variaciones mesoclimáticas, un período invernal seco y estival y precipitaciones de 550 mm y humedad relativa del 50%. La temperatura media anual 17ºC desde una mínima de 2º C en el mes de julio a una máxima de 29º C en enero. Los suelos son aluviales del período cuaternario de estructura y profundidad variable.
Todas estas condiciones generan un hollejo más grueso y mayor producción de fenoles y antioxidantes, lo que repercute en mayor intensidad de aromas, sabores y colores, taninos más fuertes con mejor estructura y mayor concentración de resveratrol en vinos tintos.
El Valle Central de Tarija se encuentra al sur de Bolivia en la frontera con Argentina entre las latitudes 21. 20º y 21. 58º sur. La mayor parte de los viñedos tarijeños se concentran en las provincias de Avilés y Cercado, con algunos viñedos en las provincias de Arce y Méndez.
Impacto social, económico y territorial
La vitivinicultura contribuye fuertemente con la identidad del sur de Bolivia, como se manifiesta en las definiciones como “Rutas del vino” o Tarija, aromas y sabores”. Éstas cumplen un rol de representación nacional (embajador), y el singani y los vinos fueron premiados en eventos y ferias internacionales. El complejo se distribuye ampliamente en el territorio, incluyendo a más de 57 comunidades involucradas, con 20.000 trabajadores directos e indirectos y 3.500 familias incluidas. La facturación global del complejo supera los U$$ 140 millones y aporta aproximadamente U$S 20 millones al estado.
Fuentes: El estado digital y PEVI Tarija 2040