Ante la necesidad de buscar alternativas para defender la vitivinicultura del cambio climático, un grupo de investigadores franceses está llevando adelante un estudio que muestra el alcance que puede tener la diversidad intravarietal como una solución para la adaptación de las plantas. Para ello se recolectaron datos de varios clones en los tiempos de floración y envero y se cuantificaron los requerimientos de calor de cada uno de ellos. Los resultados del estudio mostraron una fuerte variabilidad fenotípica dentro de cada variedad y cómo esta se traduce en diferentes unidades de calor. A continuación replicamos el estudio publicado en la revista técnica de la Sociedad Internacional de Viticultura y Enología (IVES, por sus siglas en inglés).
Por Etienne Neethling, Eric Duchêne, Cornelis van Leeuwen y Elisa Marguerit (del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia, Inrae) y Etienne Goulet y Virginie Grondain (del Instituto Francés de la Viña y el Vino, IFV)
Para apoyar la identidad del vino local en escenarios climáticos inciertos, es importante el estudio de la diversidad intravarietal con el fin de reflejar el potencial de adaptación de las variedades cultivadas. Los hallazgos subrayan la fuerte diversidad fenotípica de las variedades estudiadas y la importancia de la diversificación para potenciar la resiliencia al cambio climático. Este estudio de investigadores franceses es un primer paso hacia la cuantificación de los requerimientos de calor de diferentes clones y cómo éstos pueden proveer soluciones de adaptación para los viticultores.
Cultivada y modelada por los usos humanos durante muchos siglos, la vid es dueña de una rica diversidad genética con estimadamente 5.000 a 10.000 variedades en todo el mundo. Cada variedad posee un rango de idoneidad climática, lo que explica la aptitud ecológica de las variedades a un conjunto de condiciones medioambientales. El cambio climático está cuestionando estos nichos climáticos. A pesar de los proyectos en curso sobre la diversidad genética entre las variedades de vides y portainjertos para la adaptación al cambio climático, el estudio de la diversidad intravarietal es igualmente importante para reflejar el potencial adaptativo de las variedades cultivadas en la actualidad.
Para apoyar la identidad del vino en escenarios climáticos inciertos, el objetivo de este estudio en desarrollo es entender hasta qué alcance puede la diversidad intravarietal ser una solución para la adaptación al cambio climático.
Con un enfoque en las variedades de maduración temprana a moderadamente tardía, se colectaron datos históricos para las observaciones agronómicas de la floración y el envero de los clones estudiados (Tabla 1). Aplicando el modelo GFV, se compilaron datos climáticos para calcular las unidades de calor necesarias para que cada clon individual alcance los estados fenológicos. Las proyecciones del cambio climático fueron entonces integradas para observar cómo los clones individuales se van adaptando al calentamiento regional continuo. El objetivo fue evaluar la idoneidad ecológica de las variedades estudiadas considerando sus diversidades genéticas.
Resultados
Los resultados del estudio mostraron una fuerte variabilidad fenotípica dentro de cada variedad y cómo esta se traduce en requerimientos de calor distintos. Por ejemplo, la Tabla 2 ilustra los cálculos con datos históricos para la Chenin y el Sauvignon en el Valle del Loira. Los clones de Chenin con una floración temprana requirieron 1.301 unidades de calor, comparadas con casi 1.400 unidades de calor para los clones con una fenología retardada. Estas variaciones en la fenología y requerimientos de calor se vuelven más importantes a través del periodo vegetativo, como se muestra en el envero. Por ejemplo, los clones de Sauvignon de floración temprana requirieron 2.480 unidades de calor, comparadas con 2.736 unidades de calor para los clones con un tiempo de envero retardado.
Cuando se consideran los requerimientos de calor establecidos para la floración y el envero, estos valores son cercanos al comportamiento de los clones de maduración temprana, de acuerdo a los hallazgos del estudio, destacando el interés de entender mejor la diversidad genética dentro de una misma variedad. La mayoría de los clones fueron seleccionados en la segunda mitad del siglo XX, cuando una fenología precoz era considerada ventajosa para alcanzar la plena madurez. Como resultado, hay cabida para seleccionar otros clones mejor adaptados a condiciones climáticas más cálidas.
El enfoque de modelización ecoclimática busca entender el potencial adaptativo de la diversidad intravarietal en un clima cambiante. Considerando el ejemplo de los clones de Chenin para alcanzar la floración, los hallazgos iniciales muestran que en el pasado reciente la fecha de floración era alrededor del 25 de junio en esta zona del hemisferio Norte, con un rango de 6 días entre los clones más precoces y los más tardíos.
De acuerdo con los escenarios de emisiones, la floración de los clones de la variedad Chenin estudiados se adelantarán entre 7 y 8 días por el 2050, con un rango de 5 días entre los clones más precoces y los más tardíos. Un salto más sustancial en el tiempo de floración se espera por el 2100, bajo los escenarios climáticos RCP 4.5 y 8.5, donde el rango entre los clones de desarrollo temprano y tardío resulta en 5 días.
Para el tiempo del envero, se obtuvieron resultados similares. Con respecto a la Chenin, los hallazgos iniciales muestran que en el pasado reciente el tiempo del envero era alrededor del 8 de setiembre en Francia, con un rango de 15 días entre los clones más precoces y más tardíos. Según los escenarios de emisión, los clones se adelantarán entre 11 y 13 días por el 2050, con un rango de 13 días entre los clones más tempranos y más tardíos. Por el 2100, el envero se adelantará en 22 días (RCP4.5) y en 32 días (RCP8.5) en comparación con 1972-2000. En ambos escenarios, el rango entre los clones tempranos y tardíos será de 11 días.
Conclusión
Con el objetivo común de fortalecer la resiliencia del sector vitivinícola al cambio climático, el objetivo de este estudio es entender hasta qué alcance puede la diversidad intravarietal ser una solución para la adaptación al cambio climático. Los datos fueron recolectados para los tiempos de floración y envero de varios clones de variedades estudiadas.
Aunque los rendimientos del modelo requieran mejoras, este estudio es un primer paso hacia la cuantificación de los requerimientos de calor de diferentes clones y cómo estos pueden proveer soluciones de adaptación para que los viticultores apoyen la identidad del vino local en un clima que cambia globalmente. Los hallazgos destacan la fuerte diversidad fenotípica y la importancia de la diversificación clonal para la resiliencia al cambio climático.
Con respecto a la variabilidad y al cambio climático, es igualmente importante promover proporciones limitadas de selección clonal masiva y privada en la propagación de vides a niveles local y comunal, además de la selección clonal institucional. Estas selecciones masivas y privadas proveen ganancias económicas y la preservación de la diversidad genética. Así como esto último es un proceso en curso a través de mutaciones puntuales y adaptaciones epigenéticas, el trabajo en perspectiva también es explorar los datos clonales para una amplia variedad de localizaciones geográficas.
Este estudio, aún en curso, ha sido financiado por la Agencia Nacional de Investigación de Francia (subsidio ANR-22-CE03-0003).