Un nuevo sistema impositivo que gravará a las bebidas según su contenido alcohólico en el segundo país de destino del vino argentino -después de EEUU y antes de Brasil- podría afectar a las compras británicas de nuestro producto. Para analizar el impacto que tendrá este cambio sobre los distintos tipos de vino que cada país proveedor le vende a Gran Bretaña, el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), realizó un informe que muestra cuáles son los más y menos perjudicados.
El eje central del nuevo sistema impositivo británico, previsto para 2023, es modificar las tasas fijas por franjas de grado alcohólico para las distintas bebidas -por ejemplo, 2,23 libras esterlinas (£) por botella para vinos no espumosos entre 8,5% de alcohol y 15% de alcohol- por impuestos variables en función del grado alcohólico que contenga cada bebida (cada vino).
Con el punto de equilibrio propuesto en los 11,5% alc., según el nuevo sistema de gravámenes, los vinos de baja graduación pagarían menos (por ejemplo de £2,23 a £2,14 por botella en un vino de 11% alc.), mientras que los vinos de alta graduación dentro de esta franja pagarían sustancialmente más (por ejemplo de £2,23 a £2,72 para un vino de 14% alc., lo que representa una subida de 49 peniques -media libra esterlina, equivalente a unos 10 pesos argentinos en la actualidad- por botella debida al nuevo impuesto).
Se trata de una medida que afectará a todos los vinos importados por Gran Bretaña, y que afecta también a otras bebidas con contenido alcohólico. No es fácil adivinar cuál será la reacción del consumidor ante este cambio de impuestos; si dejará de consumir este tipo de bebidas, o se moverá hacia las que suban menos por efecto del impuesto, tendiendo a productos de menor graduación o si tenderá a cambiar un tipo de proveedor por otro, una marca por otra. O si, por el contrario, se mantendrá fiel al vino que más le gusta, asumiendo la subida, en todo o en parte, según la política de cada empresa y cada distribuidor. Y, en función de todo ello, no es fácil definir la mejor política posible para cada exportador.
Analizando la cantidad de vino que vende en el mercado británico cada uno de los principales 11 productores mundiales por subcategoría, con un grado alcohólico estimado por cada subcategoría y cada país productor, se puede conocer el impacto que el cambio de sistema impositivo generará sobre cada país en cada tipo de vino y deducir de ello quiénes salen globalmente ganando y quiénes perdiendo.
Así, un país como Italia, para quien predominan las ventas de vinos espumosos de relativa menor graduación y las ventas de vinos blancos, sale globalmente beneficiado, con una reducción de impuestos especiales equivalente al -3,4% respecto de lo que pagaba con el sistema anterior.
Por el contrario, países que proveen a Gran Bretaña fundamentalmente vinos tintos y de relativa alta graduación, como es el caso de muchos del hemisferio Sur, entre ellos Argentina, salen perjudicados.
En el caso de España y debido a la composición de la cartera de ventas al mercado británico, más inclinada hacia vinos tintos de calidad con DO, el perjuicio frente a los impuestos anteriores se estima en 23,8 millones de libras, equivalentes al 5,4%, que es daño superior no sólo al de Italia, sino al que sufren Francia y Alemania.
Los datos globales por país, calculando lo que se pierde en unos vinos y lo que se gana en otros, no significa que una empresa particular pueda compensar lo uno con lo otro, salvo que su cartera de productos sea muy extensa, pero da una idea de los perjuicios o beneficios que se obtienen en cada caso como consecuencia del cambio impositivo propuesto.
Análisis OEMV
- Cómo afectará el cambio de impuestos?
- Lo trasladarán al consumidor?
- Repartirán el efecto con el importador?
- Lo asumirán contra margen?
- En caso de trasladarlo, ¿cuál sería el efecto? ¿pérdida de consumo? o ¿traslado a otros productores?
- Nos afecta a todos por igual?
¿Cómo afectará el cambio de impuestos?
Se suprimirán las tasas diferenciadas para vinos tranquilos y espumosos, y ambos productos tributarán a una tasa única. El vino entre el 8,5 % y el 22 % vol. se gravará a una tasa fija única por litro de alcohol puro con el plan de establecer esto entre las tasas existentes con y sin gas.
1 – Si estimamos el % Alc de cada subcategoría de vinos para cada país proveedor
2 – Y sabemos las compras (millones de litros) que hace UK de vinos de cada categoría a cada país…
3 – …podemos estimar el grado alcohólico medio de las compras británicas de vino a cada proveedor.
4 – Si a esas graduaciones de cada categoría de vino de cada país aplicamos (1) la tasa de Impuestos Especiales (IIEE) anterior y (2) la propuesta…
5 – … podemos hallar el impacto que para cada país tendrá la subida del impuesto, tanto en términos absolutos…
6 – … como en términos relativos.
Lo que nos permite llegar a algunas conclusiones
El cambio de sistema impositivo sobre bebidas con alcohol en Gran Bretaña afecta de forma importante al vino, pero a todos los países proveedores
En líneas generales y por comparación entre las tasas «flat» previas tanto para vinos espumosos como no espumosos un impuesto sobre el grado alcohólico de cada bebida beneficia a: Los vinos espumosos frente a los no espumosos y los vinos con menor contenido alcohólico, resultando los más perjudicados los vinos tranquilos de relativa alta graduación y los vinos fortificados, generosos o de licor. Aunque hay diferencias sobre la posible elasticidad entre subidas de precios y reducción potencial de la demanda, es previsible que una subida de precios de los vinos, derivada de la más alta imposición genere una disminución del consumo.
Lo que no es fácil de saber es si la disminución del consumo de un tipo de vino de un proveedor -país o empresa- puede derivar o no en mayores ventas de otro.
Lo que sí podemos saber es qué país proveedor puede resultar más o menos perjudicado en función de las categorías de vino que vende en Reino Unido. Así, estimando un grado alcohólico para cada categoría de vino de cada país proveedor, podemos deducir que: Italia seria el único país que saldría netamente beneficiado -pagaría menos impuesto globalmente que antes de la modificación- por su mayor proporción de vinos espumosos y por la importancia relativa de sus vinos blancos -y por lo tanto de menor graduación alcohólica- entre los no espumosos.
EEUU, junto con los países del hemisferio Sur, entre ellos Argentina, los países más perjudicados, con subidas de impuestos globales superiores al 10%, por la relativa alta graduación de sus vinos, mayoritariamente no espumosos.
En Europa, Portugal se vería seriamente afectada por la importancia que tienen los vinos de Oporto en Gran Bretaña, pero Francia y Alemania algo menos que España por su mayor proporción de vinos espumosos y blancos de menor graduación. Los vinos españoles, en su conjunto, pagarían por este concepto un 5,4% más que antes.
Para países los beneficios que se obtengan en unos vinos ¿pueden compensar los perjuicios en otros? En realidad, pocas empresas tienen una gama de productos que les permita compensar lo que se pierda en unas categorías con lo que se gana en otras.
Las consecuencias globales pueden dirigirse más hacia una progresiva derivación de ventas y consumo hacia:
- Más vinos espumosos
- Más vinos de menor graduación
- En perjuicio de los vinos de mayor graduación, que seguirán bebiéndose y asociándose a gran calidad, pero consumidos en menor cantidad.
- En el caso de países de la Commonwealth y otros no europeos, el efecto negativo en ventas por subida de impuestos puede verse parcialmente compensado por beneficios derivados de acuerdos de libre comercio.
- Además, los países no europeos tiene mayor facilidad para moverse hacia productos de menor graduación.
- Pero no puede darse una respuesta clara sobre en qué medida la subida de precios de nuestros vinos puedan derivar en mayor consumo de los de nuestros competidores.
Fuente: Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV)