El Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) creó en 2018 un registro para poder mapear y monitorear las zonas afectadas por la acción dañina de las catas verdes (Myiopsitta Monachus, más conocidas como cotorras) en los cultivos. Hace días, la entidad recordó la vigencia de ese procedimiento y pidió a los agricultores que notifiquen los daños en sus propiedades, con fecha actualizada, en un sitio web habilitado para ello.
El plan es diseñar métodos efectivos para combatirlas, por ejemplo su control con aves rapaces como los halcones y gavilanes. También, según lo establece una resolución de 2017 de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza, está permitido cazar a estas aves en determinadas épocas y horarios, método fuertemente cuestionado por ONGs ambientalistas como la Fundación Cullunche, que propone, en cambio, erradicarlas sin hacerlas sufrir mediante el uso de ultrasonido, laser, espantapájaros electrónicos o control biológico.
Con el objeto de establecer las áreas con presencia de catas, el comportamiento poblacional de estas aves y su impacto en zonas cultivables de Mendoza, el registro busca estimar el daño agrícola producido, como también ser una herramienta objetiva para acciones coordinadas de control.
Los productores que hayan sido afectados deben ingresar al enlace http://www.iscamen.com.ar/certificacion_danio.php. Una vez allí, tras introducir el Renspa/RUT de la propiedad, deberán completar los campos de información con los datos del titular y de la propiedad.
Espantapájaros electrónicos sí, balas y veneno no
a Fundación Cullunche -ONG ambientalista nacida en Mendoza, con proyección nacional-, presentó el 11/12/2020 un recurso legal solicitando a la Justicia una medida cautelar de protección de las catas. En ese momento, los abogados patrocinantes de Cullunche, Oscar Mellado y Juan Ferraris, argumentaron que se debía frenar toda acción contra las catas hasta tanto no se hiciera un profundo análisis de las soluciones alternativas.
Hay que mencionar que la titular de Cullunche, la médica veterinaria y ecologista Jennifer Ibarra, es especialista en aves. Por ello, hace hincapié en que es precioso evaluar mecanismos no cruentos para erradicar a estos habitantes del campo mendocino sin hacerlos sufrir.
Entre las variables posibles hay espantapájaros electrónicos, ultrasonidos y el uso de láser, herramientas que han sido aplicadas con relativo éxito en otros países.
Si bien la resolución del gobierno mendocino que declara plaga a las catas es de 2017, el combate efectivo liderado por el Iscamen comenzó a fines de 2020. Tras esta acción fue que la Fundación Cullunche presentó su recurso de amparo, pues esa ley también autoriza a matarlas en determinadas horas y épocas del año.
En el mencionado registro del Iscamen, el interesado deberá colocar la fecha aproximada del daño producido y cuál ha sido el cultivo afectado, debiendo establecer además los linderos afines. Asimismo, deberá aclarar si realiza o realizó algún tipo de control y, en caso afirmativo, en qué consiste.
Es fundamental incorporar en el registro un contacto de la propiedad, ya sea del encargado, empleado u otro referente autorizado en la finca, para coordinar una visita técnica del Iscamen.
Fuentes: Gobierno de Mendoza, mdzol.com y Fundación Cuyunche