Las ventas argentinas al exterior de vino en botellas de 750 cm3 representan el 93% del total de vino fraccionado exportado, y en el último año tuvieron un incremento del 6,2%. Hoy, las restricciones comerciales impuestas por EEUU y China con respecto a sus exportadores habituales, como Francia y Australia, generan una oportunidad de seguir creciendo. Para afianzar esa suba, resultarán de utilidad el análisis de las estadísticas de exportación de las últimas dos décadas, que a continuación publicamos en un informe del Observatorio Vitivinícola Argentino.
Durante el muy especial año 2020, las exportaciones argentinas de vino fraccionado mostraron un muy buen desempeño. Los datos a noviembre de 2020, comparados con igual mes de 2019, indican un crecimiento general del 6,1% en volumen, liderado por las exportaciones de vino embotellado (93% del total de vino fraccionado exportado), éstas últimas con un 6,2% de incremento.
Nuevas oportunidades en los mercados internacionales, que vienen de la mano de las restricciones comerciales impuestas en grandes países de consumo como EEUU y China con respecto a exportadores relevantes como Francia y Australia, reavivan las expectativas de crecimiento de la comercialización de vinos argentinos en el mercado externo, siempre sustentadas en los resultados positivos de 2020.
A partir de este escenario, el Observatorio Vitivinícola Argentino analizó el comportamiento de las exportaciones argentinas de vino fraccionado, así como el de los principales competidores del país, para entender si Argentina puede volver a crecer a las tasas que lo hizo en la década pasada.
Una primera mirada muestra que el valor de las exportaciones de vinos fraccionados tiene dos períodos bien diferenciados.
El primero, comprendido entre el año 2001 y el año 2011, etapa en la cual las exportaciones de los 10 principales exportadores mundiales se expandieron a una tasa promedio del 10% anual (en valor). Estos 10 principales exportadores (entre los que está Argentina) alcanzaron una facturación de U$S 20.632 millones en el año 2011, creciendo desde los U$S 8.695 millones que exportaban en el año 2001.
Ese período, entre 2001 y 2011, fue cuando Argentina creció a tasas de 2 dígitos, tanto en valor como volumen, producto de aumentos en precios promedio y a una reacción de las cantidades también positiva. Luego, en la segunda etapa considerada, a partir de 2011, el valor de las exportaciones de los 10 principales exportadores se estabiliza en el orden de los U$S 20.700 millones promedio.
Las exportaciones de vino fraccionado de Argentina en ese período han seguido un comportamiento similar, aunque con las diferencias que se apuntan a continuación.
En el período 2001-2011, Argentina creció en precio más que todos sus competidores excepto Francia, que registró en este período la misma variación que Argentina (102%). También aumentaron en mayor medida las cantidades exportadas por Argentina que las de sus competidores, excepto Nueva Zelanda, seguida de muy cerca por Chile.
El resultado fue que todos estos países exportadores crecieron en precio, volumen y valor. Durante el período 2001-2011 se vivió un proceso de expansión del comercio muy fuerte que tuvo en Argentina a uno de los principales actores. Lo cierto es que no fue un fenómeno exclusivo de la exportación de vinos fraccionados de Argentina, sino que Francia, España, Italia, Chile, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda también crecieron en precio, valor y volumen. A partir del 2011 se observan comportamientos distintos. Francia, Italia, España, Australia y Argentina siguieron incrementando precios pero a costa de sacrificar volumen, en tanto que Chile, Portugal y Nueva Zelanda redujeron precio y ganaron en volumen.
Lo cierto es que Argentina creció más que sus competidores hasta el 2011 y tuvo un peor desempeño que el resto a partir del 2011, cuando comenzó a caer en valor como consecuencia de disminuciones de cantidades mayores a los aumentos de precios de las exportaciones de vino fraccionado. Respecto a este comportamiento, es importante considerar dos aspectos de relevancia: por un lado la razón del aumento de precios y por otro las condiciones macroeconómicas que determinaron una mejor o peor situación competitiva para la exportación.
El aumento de precios promedio de vino fraccionado responde a un cambio en la canasta de productos exportados por Argentina en esta franja, que evolucionó hasta casi una especialización completa en la botella de 750 cm3. Considerando el valor de las exportaciones, en el año 2002 la botella de 750 cm3 representaba el 86% del valor de las exportaciones de vino fraccionado argentinas, y en 2019 pasó a tener una participación del 96%. En síntesis, hoy sólo un 4% corresponde al resto de productos que componen las exportaciones de vino fraccionado argentinas (vino en cartón, bag in box, otras botellas, etcétera).
Si bien las exportaciones de botellas de 750 cm3 disminuyeron en volumen (10 millones de litros de diferencia entre 2011 y 2019), mantuvieron relativamente el valor, debido justamente al aumento en los precios que se verificó en este producto. En el año 2011 el valor de las exportaciones de vino en botella de 750 cm3 fue de U$S 705 millones contra los U$S 710 millones del año 2019.
La mayor caída en valor y volumen se produjo en el resto de los vinos fraccionados exportados, los que hoy representan 20 millones de litros y U$S 26,7 millones.
Es importante destacar también que entre los años 2010 y 2019 el precio promedio de exportación del vino fraccionado argentino superó al precio promedio de sus principales competidores.
Respecto de las condiciones macroeconómicas, si se compara la evolución del tipo de cambio nominal y de la inflación, se puede determinar cómo ha evolucionado la posición competitiva, en promedio, de los exportadores. Tomando como período base el año 2002 (índice = 1) se advierte que hasta el año 2015 el valor del índice tiene a estar por debajo del valor de base, lo que indica que la tasa de inflación evolucionó de manera más fuerte que la tasa de devaluación, situación que se revierte a partir de 2016 producto de las importantes devaluaciones en la moneda doméstica que verificaron en estos períodos.
Un último aspecto a considerar tiene que ver con las firmas exportadoras, en las cuales se puede observar también distintos comportamientos en los últimos años. De las 485 firmas argentinas que exportaron vino fraccionado en el año 2019, las principales 10 firmas exportadoras representaron el 68% del volumen exportado, en tanto que 80 firmas alcanzaron el 95% de las exportaciones.
El comportamiento de esas 80 firmas refleja prácticamente lo que se observa en el total exportado, que tuvo su máximo en el año 2010 con 204 millones de litros exportados y que hoy están relativamente estables en los 180 millones de litros de exportación en los últimos años.
El dato preocupante es que las restantes 374 sólo participaron en un 5% en el volumen exportado, cuando en el año 2005 representaban el 18% del total y que de los 31 millones de litros que llegaron a exportar en el año 2007, hoy sólo exportan 9 millones de litros.
El camino hacia la expansión del comercio del vino fraccionado de Argentina debería venir, por una parte, con el afianzamiento del comportamiento de aquellas firmas que mantienen un desempeño satisfactorio, atento a que, como se describió, representan el 95% del volumen exportado.
Por otra parte, será necesaria la recomposición de firmas exportadoras más pequeñas, sobre las que las condiciones de competitividad del país impactan de manera más severa dadas sus escalas de producción. Asimismo, la diversificación de la cartera hacia productos más sustentados en volumen que en valor permitiría contribuir al camino de recuperar mercado y mejorar la redistribución en la cadena de valor vitivinícola.
Fuente: Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA)